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La Izquierda Diario
22 de febrero de 2025 Twitter Faceboock

Necesitamos un gran movimiento en todo el Estado contra la represión sindical
Alex León | @A10Leon

La manifestación en Madrid que pide la absolución de seis sindicalistas de CNT por el conflicto sindical en la Pastelería La Suiza puede ser un punto de partida para organizar un gran movimiento contra la represión sindical en todo el Estado junto todas las organizaciones políticas y sindicales de la izquierda trabajadora.

Composición en base a un cartel de CNT.

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La normalización de la coacción y represión en el ámbito laboral está impregnada en todos los niveles de la realidad en el Estado español. Tanto en las grandes empresas que buscan los máximos beneficios a través exprimir el mayor rendimiento a cada trabajador, como en las pequeñas empresas que utilizan el “contacto cercano” para saltarse los derechos de los trabajadores. En todos los niveles existe represión sindical y explotación laboral.

Uno de los casos de represión sindical más resonantes en los últimos años es el de los 6 sindicalistas de La Suiza en Gijón. Desde 2017 lleva este caso en manos de la justicia hasta que el Tribunal Superior de Justicia de Asturias ratificó la condena de tres años y medio de prisión para seis de los ocho acusados por las movilizaciones y protestas que se hicieron en la puerta de esta pastelería.

El origen del conflicto sindical habría sido la situación de acoso e irregularidades detallada por CNT Gijón, según el cual la empleada contratada a 40 horas semanales estaba haciendo en torno a 80 horas extras al mes obligatorias, sin remunerar, situación de acoso, cargas excesivas durante el embarazo, con dos amenazas de aborto hasta que finalmente recibió la baja por embarazo de riesgo.

Tal como declaran dos de las acusadas “tenemos la condena de obstrucción a la justicia por negociar y la de coacciones continuadas por concentrarnos, a pesar de que todas las concentraciones se comunicaron a la Subdelegación del Gobierno, siempre hubo presencia policial, siempre nos concentramos en la otra acera y no hubo detenciones ni nada reseñable.” Según la denuncia estas concentraciones propiciarían el posterior cierre de la pastelería, a pesar de que el local llevaba tiempo intentando venderse.

Este caso de represión sindical, por su dureza y por el lugar, recuerda la represión vivida en la lucha por la Naval Xixon en el año 2000 con la condena y el ingreso en prisión de los sindicalistas Cándido y Morala cuya salida de prisión solo se consiguió con una gran movilización social.

En las empresas donde existe mayor tradición de lucha y más representación sindical la represión es menor o más sutil. Porque aquellos sectores consiguieron conquistar posiciones y por medio de la lucha imponer el respeto a los derechos laborales básicos.

En la gran mayoría de casos, sin embargo, la represión queda invisibilizada o normalizada porque “lleva siendo así siempre”. Ni la inspección laboral que se encuentra desbordada y sin competencias, ni la lenta justicia que además responde a los intereses de las empresas son una salida real a la represión sindical y a la vulneración de derechos laborales. Tampoco las burocracias sindicales son aliados en esta lucha, ya que son capaces de aliarse a la patronal para evitar que les puedan robar posiciones en los comités de empresa.

El primer objetivo de la represión sindical es evitar que surja un movimiento de trabajadores, cortando los primeros conatos de organización cuando los estos empiezan a luchar. La mayor parte de los casos de persecución se dan cuando en las empresas un grupo de trabajadores recién comienza a organizarse, todavía no se han podido presentar a elecciones, pero ya comienzan a estar activos. Ahí las patronales buscan despedir a los activistas, que todavía no cuentan con cobertura sindical. Y en muchos casos cuentan con la complicidad de los sindicatos mayoritarios, que no quieren que nuevos sindicatos más combativos se organicen en la empresa. Es aquí cuando más vulnerables somos ante el poder económico de las empresas aprovechándose de que el despido es totalmente libre y muy barato.

El segundo objetivo y mas importante es que cunda el ejemplo con el resto de la plantilla. Es una gran victoria para cada empresa que quede dentro de la mente de cada trabajador que quejarse en su trabajo es un motivo de despido avalado por la ley y la justicia.

La lucha contra la represión sindical

El 24 de septiembre en Madrid a las 12.30 horas desde el Ministerio de Justicia una manifestación pide la absolución de seis sindicalistas de CNT por el conflicto sindical en la Pastelería La Suiza de Gijón en 2017, pero también debe ser un primer paso en la lucha y organización de todos los casos de represión sindical sean de las siglas que sean.

Casos como este no son hechos aislados, sino que se ocurren sistemáticamente a distintas escalas en el estado español. Casos muy sonados como la represión policial tras los disturbios por las huelgas de Cádiz, en luchas en Euskal Herria como Tubacex o ITP-PCB, el despido del secretario general de CGT Aragón y todos los casos de represión que se empiezan a organizar a través de la Plataforma de Represaliados Sindicales son ejemplos de que este comportamiento está amparado por las reformas laborales, las burocracias sindicales y la justicia burguesa.

Una represión respaldada por la reforma laboral, la burocracia sindical y la justicia burguesa

Los distintos agentes sociales, políticos y judiciales son cómplices de la vulneración de derechos sindicales básicos en el estado español. La última reforma laboral que se presentó como la solución a todos los problemas laborales de los últimos 40 años y que en la práctica sigue la filosofía de las dos reformas laborales anteriores que profundizaron en la precarización del trabajo y la vida.

El abaratamiento del despido libre junto a la poca protección por el ejercicio de libertad sindical son las dos patas que sostienen política y judicialmente los mecanismos por el cual las empresas ejercen represión sindical para detener fácilmente la organización de los trabajadores en su puesto de trabajo. Mecanismos por el cual la justicia burguesa acepta un despido a no ser que sea el propio trabajador quien demuestre su participación en la lucha sindical cuando no es miembro electo del comité de empresa. Esto hace que todo el camino desde que te empiezas a movilizar hasta que consigues ser representante de los trabajadores sea un tortuoso camino en el que en cualquier momento te puedes quedar sin empleo.

La dificultad de organizarte en las empresas donde no existen secciones sindicales es una de las razones por la cual en el estado español tenemos un porcentaje de trabajadores sindicados tan bajo, por debajo del 15%. A esa razón se suma la actuación de las burocracias sindicales que actúan en ocasiones incluso como un arma mas de las propias empresas para evitar que secciones combativas puedan presentarse a elecciones como está ocurriendo en Vips (->link) y como ha ocurrido en infoMarktel. Pero también grandes empresas como Decathlon utilizan todos sus mecanismos para debilitar a las secciones sindicales combativas por medios de mentiras y falsas acusaciones como robos o sanciones falseadas.

La lacra de la represión sindical no existe para los medios de comunicación, que por ser controlados por grandes empresas o por que pueden perder publicidad que le venden a estos no cuentan los casos de represión de grandes multinacionales como Amazon, Starbucks, VIPS, Decathlon, Iveco, Zara, Renault y muchas otras empresas que basan sus ganancias en la precarización de los trabajadores.

Por un gran movimiento desde abajo contra la represión sindical

La propuesta de la Plataforma de Represaliados Sindicales de organizarse desde las bases de los diferentes sindicatos debe ser el pilar sobre el cual debe construirse todo un movimiento que aspira a superar a las burocracias sindicales y políticas en la lucha contra la represión sindical. Este movimiento no debe acabar ahí, sino que debe empezar a cuestionar todo el pilar sobre el que está construido esta represión: justicia burguesa, burocracia sindical, reformas laborales y hasta la misma Ley Orgánica de Libertad Sindical.

Frente a los continuos atropellos es necesaria una respuesta contundente, una amplia movilización de todos de las y los trabajadores y sindicatos, con el apoyo de las organizaciones vecinales, juveniles y feministas contra la represión.

Es necesario extender la solidaridad contra la represión, por la libertad sin cargos, la readmisión, así como la condonación y retirada de las multas de todas y todos los represaliados sindicales. Organicemos un frente de lucha con la movilización más amplia posible de todos los sindicatos, partidos y organizaciones sociales de la izquierda.

 
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