El pasado 5 de septiembre se iniciaba el curso escolar en Catalunya lleno de novedades. Recordemos que este curso se inicia tras las históricas huelgas educativas del curso pasado que consiguieron una primera victoria e impusieron al Departament d’Educació un acuerdo con los sindicatos docentes.
Hasta ahora se ha conseguido llegar al acuerdo de la devolución de la hora lectiva pero todavía quedan muchas cuestiones para mejorar en nuestras escuelas e institutos públicos. Y por eso nos mantendremos en pie de lucha hasta lograr el conjunto de las demandas educativas.
Cuando el Departament d’Educació, con el conseller a Josep Gonzàlez Cambray al frente, anunció el avance del inicio de curso estaba claro que esto sólo podía traer caos en los centros educativos. Debido al adelanto del curso, muchos centros se quejan del calor y las altas temperaturas que tenemos en las aulas en septiembre, pues cada vez suben más y se tienen que soportar 34 grados, o más, dentro de una aula con 30 alumnos y un profesor. Ahora bien, eso sí, los centros educativos privados que no pasen calor.
En este sentido, Ester, una de nuestras profesoras de secundaria nos comenta qué opina de este tema y cómo lo vive el centro; “es una crueldad extrema tener tantas alumnas cerradas con estas temperaturas. Los institutos parecen una tortura hacia el alumnado y profesorado. Nos podemos jugar la vida porque estas temperaturas son tan elevadas que a alguien le puede dar un golpe de calor y riesgo de muerte si la persona sufre de alguna cardiopatía, diabetes o alguna enfermedad respiratoria, estamos sufriendo muchísimo y es ir para atrás".
Todo esto tiene que ver con el adelanto escolar, sin duda, pero también es por culpa del calentamiento global que, en comparación y solo como ejemplo, durante septiembre del 2017 la temperatura media fue de 19 grados mientras que ahora la temperatura media es de 25 grados.
Mientras las empresas energéticas, a nivel mundial, disparan los precios y el Estado les devuelve con la mano derecha el dinero que les sacó con la izquierda a través de decretos leyes, como es el caso del gobierno del PSOE y Unidas Podemos.
No podemos continuar así, la comunidad educativa y la clase trabajadora no tenemos que soportar que por culpa del Estado y de las energéticas en pleno julio o agosto no se pueda ni poner en marcha el ventilador porque la factura de la luz nos costará medio salario.
Frente a esto es necesario imponer al mismo Departament d’Educació un plan urgente de ventilación y aislamiento acorde también al avance del cambio climático, y que forme parte del conjunto de las demandas que todavía están para conquistarle a Cambray y al Govern de la Generalitat. |