Macarena Olona, exdiputada y excandidata de Vox a la Junta de Andalucía, abandonó la política a principios de verano citando motivos médicos. Sin embargo, a inicios de curso ha realizado maniobras para volver a la primera línea de la política en ese partido, algo que no parece aprobar su dirección. Estas últimas dos semanas han dejado entrever un pulso entre ambas partes que puede llevar a rupturas mayores.
El pulso interno en Vox: Olona vs Abascal
La exdiputada de Vox volvió a la política tras un par de meses en los que una baja médica la habría forzado en teoría a abandonar la actividad de forma permanente. Olona reapareció primero alentando a sus seguidores a hacer el Camino de Santiago con ella, poco después trató de hacer una charla en la Universidad de Granada que provocó el rechazo de estudiantes y trabajadores. Tras los polémicos sucesos, Olona anunció nuevas charlas y la intención de reunirse con Santiago Abascal, presidente de Vox, para decidir si “seguían caminando juntos por el bien de España”, toda una declaración pública de un pulso interno que según los medios venía de antes.
Como se ha ido desvelando a lo largo del verano, el conflicto real entre Macarena Olona y la dirección de Vox proviene de antes de las elecciones andaluzas. La excandidata había ganado grandes cuotas de popularidad ante el electorado de la ultraderecha durante su estancia en el Congreso de los Diputados y buscaba canjear dicho poder mediático con un puesto en la dirección estatal de Vox, un círculo de poder muy reducido y que controla con mano de hierro el conjunto de la estructura partidaria. La negativa a que esto pudiera suceder habría llevado a que la dirección la “desterrase” enviándola como candidata a Andalucía lo que junto a su posterior fracaso electoral habría sellado la derrota en la interna. Posteriormente se negaron a la posibilidad de que volviese a Madrid como senadora autonómica.
Ahora Olona ha aprovechado la atención mediática para sacar a la luz críticas internas a la dirección de VOX, como la falta de democracia interna en el partido, su funcionamiento burocrático de arriba a abajo y su voluntad de negar perfiles populares que puedan disputar el poder a dicha dirección. Toda una declaración de guerra en una formación que se jactaba de ser “una gran familia” que siempre se mantenía unida frente al exterior.
La respuesta de la dirección no se ha hecho de esperar. Ivan Espinosa de los Monteros, portavoz de Vox en el Congreso de los Diputados, ha anunciado que Macarena Olona no volverá al partido de ultraderecha tras haber realizado declaraciones que dañan a la formación. Un golpe en la mesa por parte de la dirección que pretende reducir los daños en un momento delicado para Vox. El fracaso en Andalucía y la recuperación del PP han generado que sus expectativas electorales para el próximo periodo estén en caída, lo que según algunos medios estaría ya provocando una relativa fuga de militantes a nivel local de cara a las municipales.
Además, está la polémica en redes sociales. La excandidata denunció que una diputada había movido un video ridiculizándola entre los canales del partido, y después se vio el enfrentamiento de Olona contra los trolls profesionales de Vox en redes sociales. En concreto, la excandidata se ha enfrentado a Españabola, un veterano del ejército de incels online de la ultraderecha, que coordina los trolls de Vox siguiendo las indicaciones de Manuel Mariscal Zabala, vicesecretario de Comunicación de Vox y director de sus campañas en redes. Tras unos ataques misóginos del troll a Olona, esta respondió revelando públicamente que el conocido neonazi es un joven catalán a sueldo de Vox para atacar en redes a rivales políticos. Amenazando con desvelar la conexión exacta (financiera) entre este tipo de perfiles y el partido, ha logrado forzar una tregua aparente. Vox ha publicado un comunicado en su canal de Telegram pidiendo a cargos públicos y orgánicos que dejasen de atacar a la excandidata. Esto también ha parado a este tipo de cuentas por el momento y, de hecho, el afectado ha pasado el fin de semana borrando fotos y pruebas de que era neonazi en redes sociales.
¿Un nuevo partido para Olona?
La exdirigente de Vox y la que fue desde 2020 hasta hace poco su gran perfil aparte de Santiago Abascal, amaga ahora con construir un nuevo partido político si VOX fracasa en las elecciones autonómicas y municipales. Olona ha jugado la carta de intentar una conciliación para desgastar a la dirección de Vox mientras se ha ido reuniendo con críticos y expulsados del partido en distintas ciudades. La amenaza de una posible escisión en un momento de debilidad podría suponer un duro golpe al partido de Abascal.
No obstante, es remarcable no sólo la poca experiencia política de Olona cuya militancia se resume a los escasos años que ha estado en Vox, sino su falta de infraestructura de cara a iniciar dicho proceso. Si bien es cierto que ha recabado apoyos -por ejemplo, los diputados de Vox expulsados en Murcia-, la realidad es que por ahora ningún sector interno del partido ha mostrado su apoyo a la exdiputada.
Más allá de su innegable potencial mediático entre las filas de la ultraderecha, es una realidad que la musa de incels, fachas y casposos no cuenta por ahora con un mínimo aparato que le permita pasar a la ofensiva contra su antigua dirección. Queda por ver si de aquí a mayo la exdirigente será capaz de recabar los suficientes apoyos externos e internos para transformar la atención mediática que ha conseguido en fuerza política suficiente para continuar el pulso contra Abascal y los suyos. |