Los accidentes laborales se viven día con día en todos los centros de trabajo. Es bien sabido que actualmente se da prioridad a las ganancias por encima de las condiciones de salud y seguridad, pues para muchos empleadores, los trabajadores solamente somos un número.
Recientemente, en la planta de General Motors hubo un accidente que nos consternó a todos. Detrás de este accidente, que dejó discapacitado a un compañero, se esconden distintas posturas que nos permiten ver cuáles son los verdaderos problemas en nuestra planta.
Ante estos accidentes siempre pasan dos cosas de manera inmediata: Los patrones intentan hacer todo lo posible por silenciar el hecho y evitar que salga a la luz y siempre se trata de culpar al accidentado para evitar cualquier tipo de responsabilidad para la empresa o jefe.
Precisamente esto están intentando hacer con el caso actual. En palabras de un compañero lo siguiente:
“Que te puedo decir, ya sabes cómo se manejan aquí las cosas en la planta. Me refiero a que nos dicen que la persona está estable, que el compañero se le está dando la atención que merece. Que están haciendo estudios, que están haciendo análisis, pues realmente no saben cómo sucedió al cien. Pero lo que sí nos comentan, es que al parecer el compañero estaba en un área en donde no debía de ir a reparar y perdió de vista el transportador”.
Al mismo tiempo, la planta ha guardado silencio y la dirección sindical del SINTTIA ha pedido mediante un comunicado que no se publique nada. Es claro que se intenta silenciar la realidad y culpar al compañero por diferentes vías… pero, ¿es culpable el compañero?
Hay varios aspectos por considerar.
Primero, consideremos las extenuantes jornadas de trabajo de 12 horas. En estas jornadas no se puede parar, ni siquiera para ir al baño. Durante estas 12 horas se debe intentar mantener la concentración a pesar del cansancio físico y la extrema fatiga mental de repetir durante tanto tiempo la misma tarea. Esto afecta a nuestro sistema nervioso y nuestra concentración se ve deteriorada, dejándonos sin claridad. El tiempo que conlleva sostener un "aguante" físico ya con el horario se explica solo, y más cuando es de máxima responsabilidad, cosa que casi siempre pasa.
Segundo, el exceso de producción. La realidad es que siempre se busca cubrir el objetivo de producción, a como dé lugar, dejando a un lado la calidad e inclusive la seguridad. El objetivo de todos los jefes es lograr la producción para poder obtener un bono. Por medio de estos bonos los hacen competir y que nos presionen los jefes sin importar nuestras condiciones.
Con estos 2 puntos se ve claramente el riesgo latente de que con este tipo de presiones en tiempo y esfuerzos, te lleven a resultados en donde la fatiga y la tensión puedan afectar la atención, convirtiendo la planta en una trampa mortal. Aunado a esto y a que se considera mucho menos, es el sentimiento emocional que pasa cada uno de los trabajadores, como problemas familiares, económicos e incluso de salud.
De cualquier manera y por todos los medios, vemos que la empresa buscará decir que no fue su responsabilidad, reprimir y buscar culpables.
Entonces, ¿qué debemos hacer los trabajadores?, ¿Tienen que pasar más accidentes que pudieran ser hasta mortales y algunos hasta se ocultan para beneficio de la empresa? ¿Hasta cuándo estos sindicatos que según nos representan permitirán estas condiciones?
La única opción es buscar la unidad de la clase trabajadora, para así juntos dejar en claro que esto se vive día a día y que no debemos de guardar silencio porque el próximo puede ser cualquiera de nosotros. Debemos de exigir al sindicato que en vez de callarnos, deje de “insistir” como ellos dicen a la empresa y le empiecen a exigir inmediatamente condiciones de seguridad para los más de 6 mil trabajadores y una pensión inmediata de por vida para el compañero lesionado.
Para esto se debe de crear una comisión de seguridad e higiene votada de manera democrática que tenga la función de revisar y realizar las observaciones necesarias para evitar estos accidentes y que la patronal los implemente de manera inmediata. No podemos seguir arriesgando nuestra vida por salarios de 9 mil u 11 mil pesos que están muy por debajo de la canasta básica.
¡Nuestras vidas valen más que sus ganancias! |