Foto / Poder Judicial Mendoza
Finalmente, con el aval de todos los jueces de la Suprema Corte y los votos del peronismo, el gobierno de Suárez-Cornejo logrará aprobar la reforma de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Mendoza.
Esencialmente, esta reforma busca concentrar aún más poder de la UCR y aumentar las mayorías automáticas en la Corte.
Recordemos que hoy la Corte está conformada por 7 miembros, tres de extracción peronista: Adaro, Palermo, Gómez, y 4 de extracción radical: Day, Llorente, el ex ministro de Cornejo, Dalmiro Garay y el cuestionado Valerio. Nadie puede decir que la Corte sea imparcial o no responda a intereses políticos.
Hasta ahora, el funcionamiento está dividido en Salas. Por un lado, la Sala Laboral-Penal conformada por Palermo, Adaro y Valerio; la Sala Civil-Comercial-Familia formada por Day, Gómez, Llorente; y la Sala Administrativa que se conforma cada quince días por cada una de las Salas anteriores.
¿Qué busca la reforma de la Corte?
La intención del gobernador Suárez es eliminar el hecho de que haya Salas donde los ministros que le responden directamente sean minoría. Es decir, que se busca desarticular la Sala Laboral-Penal, que, cada quince días, funciona también como Sala Administrativa donde van todas las causas que se realizan contra el Estado.
Si bien, como los mismos jueces Adaro y Palermo se encargaron de explicar, no hay diferencias en la mayoría de las sentencias dictadas por uno u otro arco político de la Corte; el Poder Ejecutivo quiere evitar toda posibilidad de que una Sala que no controla directamente dicte una sentencia que le sea contraria. Ya sea en materia penal, para aumentar el punitivismo que tanto pregonan; en materia laboral contra los trabajadores y a favor de las empresas; y en materia administrativa para que las medidas contra el Estado sean rechazadas.
¿Cómo se logra esto en la reforma? A través de los artículos 9 y 10 se elimina la composición fija de las Salas, y cada una se compondrá por sorteo cuando entre una causa. Es decir, que, si por ejemplo llega a la Corte una acción contra una medida del Estado o el despido de un delegado sindical, los tres jueces que resolverán, serán sorteados entre los 7 miembros de la Corte.
Ahora bien, uno podría pensar que con el azar del sorteo le pueda tocar una Sala relativamente favorable a su reclamo. Sin embargo, el hecho de que las Salas sean cambiantes, dará lugar a que sobre causas similares haya sentencias contradictorias. Entonces frente a esta situación, la reforma establece que, para evitar estas sentencias contradictorias, la Corte deberá resolver en Pleno, es decir, con los 7 miembros y no por los 3 jueces de la Sala. De esta forma, el Poder Ejecutivo, se garantiza una mayoría automática, con 4 de los 7 miembros que le responden directamente, ante los procesos judiciales controvertidos.
A las claras está, que la reforma no busca otra cosa que concentrar mayor poder del gobierno en la Corte, y garantizarse mayoría automática en todo.
Una Corte con más poder para los tiempos que se vienen
El aval del peronismo, y de los jueces afines, a esta reforma es una rendición a los planes de la UCR sobre el control de la Corte. Aunque no extraña, ya que ellos también defienden sus privilegios. Y si bien hay cuestiones que han tenido una visión contraria al radicalismo, estos jueces han avalado entre otras cosas, el ítem aula, o el desafuero del delegado sindical que enfrentaba a los Millán, Jonatan Neira de Supermercados Átomo.
En tiempos donde la conflictividad social está creciendo a la par que crece la pobreza y la desigualdad, las y los trabajadores protagonizan grandes luchas como vitivinícolas o docentes, el movimiento ambiental sigue defendiendo el agua de Mendoza y la 7722 frente a los intentos de avance de la megaminería contaminante, y tanto el gobierno nacional como provincial imponen más ajuste contra el pueblo trabajador a pedido del FMI y los grandes empresarios, la Suprema Corte de Mendoza avanza en ser una institución cada vez más reaccionaria y dependiente del Poder Ejecutivo.
Se preparan para darle más poder a una institución que tiene la última palabra en la decisión de causas esenciales como derechos sindicales, garantías democráticas, derechos ambientales, criminalización de la protesta, entre otros.
Los Jueces de la Corte tienen un poder absoluto, pero nadie los votó, excepto los senadores del peronismo y cambiemos, que además lo hacen de forma secreta. Poseen cargos vitalicios, cobran sueldos millonarios y están llenos de privilegios.
La existencia de la Corte no tiene razón de ser para el pueblo trabajador. Es necesario terminar con esta institución, así como con todos los privilegios de la casta judicial, establecer la elección directa de todos los jueces y generalizar los juicios por jurado. |