El pasado 27 de septiembre la Asamblea General de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, decidió votar la suspensión total de labores de manera indefinida ante la falta de respuesta de las autoridades a sus peticiones expresadas en el pliego petitorio que se entregó el 21 de septiembre. Al día de hoy no ha habido una respuesta puntual que permita ver con claridad una solución a las peticiones estudiantiles. Solo se remiten a buscar una mesa de diálogo y a mandar los links de becas y protocolos ya establecidos.

Asamblea estudiantil de la FES Acatlán vota paro indefinido

¿Qué son las mesas de diálogo?

Las mesas de diálogo o de negociación, son mecanismos que muchas veces usan las autoridades para intentar desarticular el movimiento estudiantil o social cuando este los ha rebasado. Tal es el caso del proceso estudiantil que vive hoy la FES Acatlán: las autoridades, después de haber usado la carta de la criminalización y de acusar de violentos a los estudiantes organizados, se apoyan ahora de su carta democrática y llaman al diálogo. El 26 de septiembre, en el comunicado que hicieron llegar a todos los correos institucionales, llamaron a entablar el primer acercamiento para trabajar en una mesa de diálogo.

La fecha y hora para tal trabajo fue propuesta por las autoridades nada más y nada menos que el mismo día en que iba a sesionar la asamblea general, con solo una hora diferencia. ¿Meramente casualidad? ¿Genuinos deseos de querer encontrar soluciones a las demandas de la comunidad? Ni lo uno, ni lo otro. Por el contrario, haber citado una hora antes de la Asamblea General expresa el deseo de contener el movimiento para que no se saliera de sus manos, sin embargo, no tuvieron éxito porque la comunidad desconoció el diálogo y la asamblea donde se votó el paro indefinido fue masivo, mientras en el paro se están realizando decenas de actividades.

En distintos comunicados que siguieron al día de inicio del paro indefinido, siguen intentando llevar el movimiento hacia las mesas de diálogo y negociación, pero sin decir si atenderán el pliego petitorio.

Este mecanismo es muy usado por las autoridades, pero no es el único. Hay que recordar que los consejeros y representantes estudiantiles, cuando no cumplen funciones ornamentales, tienen por tarea intervenir en los movimientos para desviar la lucha, o más cínicamente para bajar la línea de las autoridades. Las mesas de diálogo nunca vienen solas, pues están acompañadas con campañas por arriba en la que intentan dividir entre “nosotros los democráticos y dialogantes” y “ustedes los cerrados e intransigentes”, mientras por abajo se apoyan de los consejeros y estudiantes afines para “organizar” a los estudiantes para levantar el paro mediante encuestas; estos que nunca se paran para defender sus posturas políticas en las asambleas democráticas, sí que vienen a organizar el levantamiento del paro a espaldas de la comunidad, y luego acusan de antidemocráticos a los estudiantes organizados.

Las mesas de negociación buscan contener, descomprimir, desviar y evitar que el movimiento estudiantil confluya con otros sectores en lucha. No podemos perder de vista esto. Las autoridades no solo tienen “mesas de diálogo” y a estudiantes alineado, tienen a profesores afines, - o mejor dicho- tienen a funcionarios, a personal administrativo que entre otras cosas también dan clases, estos son sus “generales” de combate y los primeros en llevar a cabo el retorno a clases para romper en los hechos el paro. Pero también es cierto que hay docentes que son presionados y amenazados por los funcionarios e inician clases, por miedo a ser despedidos. Estos profesores son los que estructuralmente tienen una posición más frágil, ya que no cuentan con derechos laborales, ni garantizada su permanencia en la facultad y ceden rápidamente ante el autoritarismo de Martínez Justo.

¿Qué tipo de mesa de diálogo necesitamos?

El movimiento estudiantil en su lucha y organización ha desarrollado diversas tácticas y métodos de lucha. Los paros, bloqueos y marchas son los más emblemáticos y más comunes, sin embargo, hay otras tácticas, como por ejemplo las mesas de negociación, la disputa por consejerías estudiantiles genuinamente propias del movimiento estudiantil, etc., Les estudiantes organizades no están en contra de las mesas de diálogo por sí mismas, están en contra del uso amañado de estas, en contra de que las autoridades quieran usar las mesas como único medio para atender las demandas de la comunidad. Una mesa diálogo bien conducida por les estudiantes se puede convertir en una táctica de lucha para demostrar que las autoridades no tienen nada que ofrecernos y que, para conquistar nuestras demandas, es necesario conformar un movimiento tripartito (estudiantes, docentes y trabajadorxs) e independiente de las autoridades.

Les estudiantes debemos de decidir democráticamente en asambleas abiertas si queremos la mesa de diálogo y negociación, y en caso de que sí, debemos de acordar la modalidad de la mesa. Lo más democrático sería que esta sea abierta, pública y con transmisión en vivo para que toda la comunidad vea lo que se discute. Los representantes estudiantiles que estén en dicha mesa deben de ser elegidos por la comunidad estudiantil en asamblea, deben de portar y expresar los acuerdos y necesidades de la comunidad, es decir, su participación en una mesa de diálogo debe ser acompañada con mandato de base. La revocabilidad, es decir, quitar representantes que no cumplan con lo decidido en las asambleas, o incluso que pacten a espaldas de la comunidad y rotatividad de sus tareas, debe de ser un criterio indispensable para garantizar la participación democrática y limite la cooptación política de parte de las autoridades.

La misma Asamblea General debe facultar a sus representantes para que acuerden en dicha mesa qué se negociará y los tiempos a esperar. No pueden aceptar de parte de las autoridades los mismos links de siempre, cuando lo que se piden rebasa las convocatorias de las becas, los protocolos de género; o bien, cuando solo se remiten a pedir una cita con SEMOVI para ver el tema del transporte. El piso mínimo de negociación es el cumplimiento de los ejes que iniciaron el paro de labores.

Es indispensable recordar que, más allá de la "disposición" de las autoridades a entablar un diálogo, la realidad es que poco van a hacer para cumplir el pliego si no hay un gran movimiento de la comunidad que presione. Además, la estructura de la Universidad funciona de tal forma que, quienes toman las decisiones más importantes son personas pertenecientes a una casta dorada, alejados de la realidad de la comunidad.

Es por eso que no podemos confiar en las autoridades que en otros momentos han demostrado su verdadero rostro, cómo se vio en el 2018, donde el director Manuel Martínez Justo, rompió y abandonó el diálogo sin dar ninguna respuesta a la comunidad, otro ejemplo claro fue durante el #UNAMNoPaga dónde las autoridades ni asistieron al diálogo convocado por estudiantes y docentes organizados.

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Por eso es importante confiar en nuestras propias fuerzas y apostarnos a la más amplia organización en las facultades y escuelas, porque solo así se puede cambiar las condiciones que hay en la universidad y así poder construir la universidad que necesitamos y merecemos. Una universidad verdaderamente pública, gratuita, con pensamiento crítico, que ponga sus conocimientos y técnica en beneficio del pueblo pobre y trabajador.