La noticia sobre la nieta de María recorre Mendoza como un vendaval, se multiplican los abrazos, los mensajes y las publicaciones. La nieta 117, recuperada por las Abuelas y los luchadores por los DDHH, es la nieta de nuestra María Assof de Dominguez, una de las imprescindibles. Una de las Madres de la Plaza mendocinas que lucharon y luchan hasta hoy contra la impunidad de los genocidas.
Walter Dominguez, venía del Martín Zapata, y había fundado el Centro de Estudiantes de la Universidad de Mendoza a donde estudiaba arquitectura. Trabajaba desde los 14 años y fue empleado en la Bogeda Giol y luego chofer de la línea 3. Gladys Castro venía del CUC, y tuvo que dejar sus estudios en la Facultad de Artes y Diseño para trabajar como empleada en una panadería.
Gladys con 23 años y Walter con 22, eran militantes del Partido Comunista Marxista Leninista. Su vida de jóvenes trabajadores y estudiantes estaba dedicada a la lucha por una trasformación revolucionaria de la sociedad, por una revolución socialista que terminara con la explotación del hombre por el hombre. El 9 de diciembre de 1977 Walter y Gladys fueron secuestrados. La noche de su secuestro, también fueron a buscar a su hermano Osiris, que trabajaba en Pescarmona, al que no lograron secuestrar, y que debió escapar hasta el exilio en Francia.
Ella estaba embarazada de 6 meses y la mantuvieron viva, por lo menos, hasta que dio a luz. Su hija nacida en cautiverio, fue tomada como un "botín" por los genocidas y sus cómplices, y por 38 años lograron mantener oculta su identidad. Pero hoy la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo confirmó que la nieta de María había sido identificada.
Hoy, han recibido un golpe. Ellos, los genocidas de las Fuerzas Armadas y de Seguridad con sus patotas que ejecutaron el plan de secuestro, tortura y exterminio de nuestros compañeros. Los genocidas de la Iglesia de Monseñor Maresma, que protegían a la dictadura y le dijeron a la madres que "no gastaran pólvora en chimangos" buscando a sus hijos, la Iglesia de los Monseñor Graseli, el que le mostró a María un fichero que decía ser de "todas, chicas embarazadas" y que no se hiciera problemas "porque las trataban bien". Los genocidas de la Justicia que rechazaron los habeas corpus y protegieron los secuestros, las torturas y la desaparición de los 30mil compañeros. Los que sirvieron a los grandes empresarios, dueños de la provincia, esos que sostuvieron a la dictadura e hicieron con ella sus negocios. Como el propio Pescarmona, que logró con ellos transferirle al estado una deuda millonaria.
Los políticos que participaron como funcionarios e interventores de la dictadura genocida, e incluso los que aún hoy reivindican "a los intendentes de la dictadura".
La Mendoza que lucha contra estos genocidas y sus cómplices, hoy se abraza y se refleja en sus ojos la lucha de María.
La restitución de su nieta, es un nuevo impulso para la lucha por la recuperación de alrededor de 400 hermanos que fueron robados por este aparato criminal, y que aún continúan apropiados. En ese marco, cobra relevancia la exigencia al Estado de la apertura de todos los archivos (públicos, privados y eclesiásticos) que existen sobre la dictadura recobra vigencia, en función de que resultaría la vía más directa para hallarlos. |