Duarte enmarcó la publicación en la crisis climática global sin precedentes, que avanza motorizada por la irracionalidad capitalista así como su contracara extractivista en Latinoamérica, y señaló que la intención de publicar este libro es poner a disposición de las nuevas generaciones, que empiezan a luchar contra la crisis climática, herramientas conceptuales del marxismo para comprender de qué se tratan los fenómenos y recrear un pensamiento que guíe la actividad práctica en el sentido de transformar la sociedad y su relación actual con la naturaleza.
Se realizó un recorrido por los principales debates que aborda el libro, partiendo de qué tipo de críticas recibe el marxismo sobre la cuestión ecológica, desde las críticas clásicas -un supuesto economicismo, antropocentrismo, o “prometeismo” tecnológico- que retoma Foster, hasta los debates que hay con las distintas corrientes actuantes en el ambientalismo hoy en día. Como señaló Duarte: “el autor muestra que Marx, reconocido por su crítica de la sociedad capitalista, también estaba profundamente preocupado por la cambiante relación humana con la naturaleza” y que, lejos de cualquier antropocentrismo, “justamente es el capitalismo el que separa al ser humano de la naturaleza (alienación de la naturaleza) mostrando esta última como algo exterior que es factible de apropiarse y mercantilizar, proceso que corre parejo con el de la alienación del trabajo”.
Sobre el lugar de la tecnología, recordó el debate con Proudhon, en el cual lejos del ludismo, la clave pasa por cuestionar las relaciones de producción capitalistas que usan los avances de la ciencia y la técnica para explotar el trabajo y expoliarla naturaleza. A su vez, hizo una introducción de las principales herramientas que deja el pensamiento marxista para entender la relación del hombre con la naturaleza: el lugar central de la dialéctica para pensar una ciencia no reduccionista, y el rescate de los conceptos marxistas de metabolismo y de fractura metabólica, que se plantean con el capitalismo y que “permiten comprender los orígenes concretos de la crisis climática y ambiental que estamos atravesando, producto de las políticas irracionales que impulsa el capitalismo, cuyo único fin es lograr una mayor valorización del capital, es decir, aumentar las ganancias de las multinacionales y los capitalistas, aunque el resultado sea la destrucción de la relación entre el ser humano y las especies con la naturaleza, al costo de poner en peligro las condiciones de vida en el planeta”. A modo de ejemplo explicó la ruptura del metabolismo del suelo analizada por Marx y, la actual ruptura del ciclo del Carbono por parte de la explotación de combustibles fósiles y la deforestación, que dan lugar al calentamiento global.
Entre los debates que atravesaron la charla estuvo presente pensar qué perspectiva estratégica tener frente a la crisis climática. Uno de los debates surgió a partir de si es posible como estrategia para enfrentar la crisis ecológica que atravesamos, una perspectiva individual de "consumidores inteligentes" donde cuestionemos nuestro propio consumo y de esa manera las empresas dejen de producir de manera contaminante, poniendo de esta forma el foco del problema en los seres humanos.
Sobre este punto se tomó en cuenta que bajo el capitalismo lo que prima es la búsqueda de maximizar la ganancia capitalista y eso lleva a los métodos más destructivos para la extracción de recursos y, a su vez los dueños de los grandes medios de producción también tienen a su disposición todo el aparato ideológico, mediático y estatal para no sólo para seguir produciendo de esta manera sino también para influir en nuestros hábitos de consumo, formas de relacionarnos con la naturaleza o incluso entre nosotros mismos.
“¿Es posible efectivamente poder elegir qué comer? cuando de ello dependo de mi salario con el que no llego a fin de mes y no me alcanza para elegir o cuando en las escuelas públicas las viandas no son para nada nutritivas o si elijo producir mi propio alimento es muy poco el tiempo con el que cuento para sostener mi huerta”, reflexionó una de las participantes, que también señaló el rol del Estado y los gobiernos “que cajonean leyes como la de los humedales en beneficio de los empresarios del campo que queman hectáreas para expandir la frontera agrícola mientras el mismo gobierno les hace un regalo con el dólar soja”.
Enfoques como la medición de "la huella ecológica" pone el foco en el impacto que cada organismo tiene sobre el ambiente, y lo que produce en este de acuerdo a la cantidad de naturaleza "apropiada" o consumida. O sea, se mide el coste de las diversas actividades económicas de consumo, cómo energía, comida, vivienda y otras actividades de consumo cotidiano, y esto da una idea del espacio ecológico –o "zona biológicamente productiva equivalente"– que requiere cada ser humano, consumidor, para realizar y satisfacer sus necesidades diarias básicas, lo que se presenta como cantidad de toneladas de emisión de dióxido de carbono (huella de carbono) que produce cada persona. Este enfoque se centra en la máxima según la cual debemos vivir con "sencillez" y consumir menos.
Sin embargo, el uso de esta terminología es problemática, ya que pone la responsabilidad de la degradación ecológica en todos los consumidores de recursos, suponiendo que el consumo global es una suma de consumos agregados de individuos. Esto por un lado supone que cada consumidor tiene total libertad de decisión, pero, sobre todo, deja de lado que los orígenes de la crisis están en la esfera de la producción capitalista.
En este mismo sentido se discutió en torno a la transición energética, que “no sólo es posible sino que es urgente”. Pero que “esta no va a venir de la mano de las empresas que están dispuestas a todo en busca de rentabilidad, ni de los gobiernos que recurren al ‘“greenwashing’”, utilizando conceptos como ‘“sostenible’” y palabras verdes, que mientras suscriben al acuerdo de París profundizan la agenda extractivista, centrados en los combustibles fósiles incluso en offshore”, señaló Duarte. Para tomar un ejemplo se señaló cómo en Latinoamérica bajo el signo de gobiernos llamados progresistas, la reprimarización y la dependencia no solo no se revirtió sino que se profundizó.
Actualmente, en Argentina tanto el gobierno de Frente de Todos y la oposición de derecha, para honrrar al FMI, están llevando adelante el ajuste en educación, salud y discapacidad al mismo tiempo que avanzan con más actividades extractivistas, como la exploración petrolera offshore de nuestro mar, el trigo y soja transgénicos, la explotación megaminera del litio o megaproyectos de “transición” en manos del capital como el del hidrógeno verde en manos de la megaminera australiana Fortescue en Río Negro, entre otras.
Sobre esto se planteó la necesidad de avanzar en reflexiones estratégicas sobre cómo vamos a pasar de la resistencia, que tuvo hitos importantes como la defensa de la 7722 en Mendoza, la lucha en Chubutcontra la megaminería o el Atlanticazo en nuestra ciudad, a realizar una transición hacia otro tipo de producción de alimentos y de energías planificadas racionalmente, de modo de revertir la crisis climática, p que no genere epidemias y pandemias (como vimos con el covid y otras pandemias previas), intoxicaciones, incendios o contaminación, bajo una lógica no del lucro, sino de las verdaderas y racionales necesidades de las mayorías.
En este sentido se señaló la importancia del "ejemplo de Chubut, con la entrada en escena de los trabajadores portuarios que tiraron abajo la ley de zonificación minera mediante el paro de losl puertos y los piquetes en las rutas. La alianza entre quienes salen a luchar en defensa del ambiente y la clase obrera con sus métodos fue crucial". TambiénTambien rescató otros “ejemplos que podemos verlos en las fábricas recuperadas como MadyGraf o Fasinpat, en Neuquén que decidieron de forma democrática y en asamblea la reconversión energética de ambas plantas haciendo frente por un lado a las tarifas que los ahogan al mismo tiempo que buscan avanzar en mejorar la eficiencia energética. Lo hacen junto a profesionales especializados para poner en pie sistemas de producción de energía renovable, así como un tratamiento adecuado de los efluentes. A esa alianza estratégica y su potencialidad apostamos las y los revolucionarios; la clave para una transición energética ‘justa’ está en el control obrero desde abajo”.
Como señaló Micaela de En clave Roja: “Frente a la avanzada extractivista del gobierno del Frente de Todos que quiere instalar petroleras en las costas del Mar Argentino y muy cerca de la ciudad que viene resistiendo este proyecto en las calles con el "Atlanticazo" no es de extrañar que esta cátedra haya despertado la curiosidad de decenas de jóvenes que aprovecharon el espacio para debatir cómo darle una salida a la creciente crisis ecológica y en este sentido la charla de hoy es un gran aporte para elaborar un programa que dé salida al desastre ambiental al que nos lleva el capitalismo, y desarrollar una estrategia para hacer realidad ese programa en la lucha de clases.” Agregó: “apostamos a que estos espacios nos permitan a los estudiantes debatir al servicio de quién están puestos nuestros conocimiento y discutir de manera democrática el uso de la ciencia que construimos, ya que en manos de los gobiernos capitalistas los avances técnicos se ponen en función del lucro y no de las necesidades de las mayorías trabajadoras ni de una relación racional y sostenible con la naturaleza."
Por último remarcó: “muchos compañeros y compañeras están entusiasmadas con conocer las ideas de Marx, que comienzan a ver la situación de crisis en la que nos encontramos con una perspectiva crítica pero también con mucho entusiasmo de retomar las ideas de Marx para darle una salida, empezar a organizarse para defender la educación pública, contra el ajuste, contra las petroleras, en apoyo a las y los trabajadores que salen a pelearla y por una sociedad donde los que decidamos todos los días seamos las grandes mayorías populares, las y los trabajadores, estudiantes, la juventud y no los que viven a costa de nuestro trabajo dia a dia y que solo buscan llenarse mas los bolsillos a costa de destruir el planeta. Por eso llamamos a seguir desarrollando las cátedras y a empezar a organizarnos, invitamos a todas las compañeras y compañeros interesados a organizarse con nosotrxs en EnClave Roja para dar todas estas peleas" |