En otra nota de este diario, Abril Lovegood señala las diversas formas en que se celebra la llegada de Cristóbal Colón a nuestro continente. “Día de la descolonización” o “Día de los Pueblos Originarios y del Diálogo Intercultural”. En otros “Día para repudiar el Colonialismo”, pasando por el “Día de la Resistencia Indígena”, hasta llegar a otros donde se conoce como “Día del Encuentro de Dos Mundos” o “Día del Descubrimiento de América”, e incluso “Día de Colón” o “Día de la Hispanidad”. También, en algunos lugares se conmemora el 11 de octubre como el "Último día de libertad y soberanía de los pueblos originarios de América".
Si cada una de estas fórmulas expresa una ubicación entre la posición de los conquistados y la de los conquistadores, no es casual que desde la plaza de San Pedro, en el Vaticano, el "latinoamericano" Papa Francisco I, haya continuado con la tradicional celebración del Día de Nuestra Señora del Pilar, Patrona de la Hispanidad.
El líder de la Iglesia Católica, jesuita argentino, recordó el legado de la institución que dirige. "Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Hoy celebramos a Nuestra Señora del Pilar, Patrona de la Hispanidad". El idioma español fue impuesto a los pueblos originarios, y es parte de la lucha en muchos lugares el reconocimiento de sus lenguas originales y su cultura.
Francisco dedicó su peculiar discurso a decir que las personas no saben lo que quieren y se manejan según modas. "En este tiempo, en el que los reclamos parecen infinitos, y se corre el riesgo de seguir la moda del momento, muchas personas se ven incapaces de dar un rumbo a su vida, de saber qué es lo que quieren". Por supuesto que los reclamos son cada vez mayores en el marco de un mundo con crecientes desigualdades y atropellos.
En Latinoamérica, de donde es oriundo, los pueblos originarios saben bien qué quieren, lo vienen reclamando desde hace más de 500 años. En su país, Argentina, sus reclamos vienen siendo respondidos sistemáticamente con represión por parte del Estado, a pesar de los reconocimientos constitucionales que muchas veces se los lleva el viento. Las tierras apropiadas por los conquistadores siguen siendo defendidas por el Estado en detrimento de los pueblos originarios.
Los conquistadores llegaron a América bajo la doble insignia que sintetizaban los "reyes católicos": la corona de Castilla y Aragón y el poder de la Iglesia Católica. En un mismo acto, la conquista significó no solo nuevos súbditos para la corona y mano de obra para la expoliación de los productos de las tierras americanas, sino también la conversión forzosa de los nativos y esclavos traídos de otras latitudes al catolicismo. La pretensión civilizatoria de la empresa conquistadora procuró su sumisión física y también espiritual. La orden de los Jesuitas, a la que pertenece Jorge Bergoglio, estuvo a la vanguardia de esta tarea. |