A las y los compañeros docentes, a las madres y padres de familia:
En el último mes se han dado una serie de movilizaciones y paros en universidades como la UNAM, el IPN y Chapingo, así como en la Universidad Autónoma de Querétaro, producto del descontento generado por la crisis capitalista profundizada enormemente por la pandemia de Covid-19. Lo que ha creado un gran hartazgo por parte de las comunidades de esas instituciones, quienes desde hace años vienen padeciendo los abusos de las autoridades de los antidemocráticos regímenes universitarios.
El descontento comenzó a manifestarse desde finales de agosto en varias de las escuelas que conforman al IPN, en donde se organizaron asambleas, las cuales de forma democrática discutieron las problemáticas que recorren sus centros educativos. De esa manera se decidieron los paros que iban dirigidos contra la corrupción, la desviación de fondos, la infraestructura insuficiente como salones y laboratorios para algunas carreras, además de la saturación en los grupos (situación que provoca la exclusión para que los alumnos puedan cursarlas), a lo cual se sumó la lucha contra la violencia de género.
La iniciativa que tuvieron los estudiantes del Politécnico alentó a la comunidad de la UNAM a hacer lo mismo, organizarse en asambleas para discutir sus problemáticas junto con realizar paros y movilizaciones, para visibilizar cosas como la falta de becas, la necesidad de comedores subsidiados, el hostigamiento a estudiantes que comenzaron a vender en sus escuelas diversos productos a causa de la precariedad de la vida, para poder sostener sus carreras. Por otra parte, al igual que hicieron sus compañeros del IPN, se denunció la violencia e inseguridad que se vive dentro y fuera de los planteles, como la violencia de género, lo que se replicó en la Universidad Autónoma Chapingo.
Diversos profesores nos hemos sumado a estas acciones en apoyo a los estudiantes, ya que tenemos objetivos e intereses en común, la defensa de la educación pública y gratuita, la democratización de las instituciones educativas y la lucha contra la precarización educativa y laboral, en la que no se ofrecen condiciones dignas ni para alumnos ni para docentes. Pues además de la falta de becas para estudiantes, la mayoría de los profesores estamos sometidos a condiciones de precarización laboral, en donde destacan la falta de plazas para tener estabilidad en el empleo, los bajos salarios, las pobres o nulas prestaciones, los despidos velados producto de la represión, disfrazada con la no contratación para el siguiente semestre cuando mostramos nuestra inconformidad con las condiciones laborales y/o académicas, o cuando manifestamos nuestro apoyo democrático a las demandas estudiantiles.
Por dichas razones, la defensa de la educación pública es algo que concierne a estudiantes, trabajadores, profesores y padres de familia, quienes tenemos el interés común de defender la educación pública, que brinde las mejores condiciones de estudio y laborales para desarrollarnos como profesionistas, como trabajadores libres y en especial como seres humanos. El ejemplo de esto nos lo están poniendo ahora los jóvenes, quienes se han rebelado contra el autoritarismo, la falta de oportunidades y la precarización de la vida, por lo que es necesario que apoyemos la lucha de los estudiantes por un futuro mejor, que inicia cambiando el presente.
Esta defensa también pasa por rechazar las clases en línea a las que están llamando las autoridades universitarias, así como sus intentos de utilizar -a través de mentiras- a madres y padres de familia, en ambos casos para romper los paros, ya que son ellas quienes causan las problemáticas perpetrando actos de corrupción, no atendiendo los reclamos de las comunidades mientras tienen sueldos onerosos a costa del presupuesto universitario, perpetuándose como élite académica privilegiada. Son estas élites o “castas doradas” las que mantienen a miles de profesores en la precarización laboral, a la vez que promueven aumentos salariales raquíticos contra el resto de los trabajadores. Por todas esas razones, hay que apoyar los paros. |