Todo lo que el Gobierno de Macron quería evitar en Francia está sucediendo. A la huelga en las refinerías que ya lleva más de 20 días y está provocando escasez de combustibles en todo el país, se suman votaciones para ir a la huelga entre los trabajadores ferroviarios y también entre los de las centrales nucleares. Algunas centrales sindicales ya anunciaron una jornada de huelga general para el martes 18.
Desde comienzos de la semana, el Gobierno ha venido trtando de aislar de todas las formas posibles a los trabajadores petroquímicos en huelga. El martes, la primera ministra anunció la requisición (imposición de servicios mínimos bajo pena de cárcel) de alguno de ellos para las instalaciones de ExxonMobil, con la esperanza de intimidar a aquellos sectores que estaban debatiendo unirse al movimiento.
Pero ha ocurrido lo contrario. Al mismo tiempo que la refinería de Donges, la segunda más importante del país, se suma a la huelga, lo hace también la central nuclear de Gravelines en respuesta a la represión gubernamental, y es ahora el turno de los ferroviarios para unirse a la pelea: este miércoles por la tarde, los trabajadores del centro técnico ferroviario de Landy votaron la huelga reconductible [por tiempo indeterminado pero que se vota periodicamente en asamblea] por aumento de salarios a partir del lunes.
“Estos últimos días, hemos hecho varias reuniones sindicales para discutir con los compañeros de la actualidad, en especial de lo que ocurría en las refinerías” nos explicó Karim Dabaj, trabajador en el centro técnico de Landy y militante de SudRail. “Muchos ferroviarios nos sentimos interpelados por la huelga en el sector petroquímico, y pensamos que tenemos un rol que jugar en la lucha conjunta por los salarios” continuaba.
La asamblea general de ferroviarios del equipo de noche convocados el pasado miércoles reunió a una centena de trabajadores y el mensaje fue claro: se votó huelga para el lunes 17 de octubre. “Estamos en una dinámica de huelga reconductible. Sin combustible ni trenes, vamos a entrar a un movimiento fuerte”, añadía Karim.
Gracias al golpe sobre la mesa de los trabajadores petroquímicos, quienes están en huelga desde hace varias semanas en diferentes plantas de ExxonMobil y TotalEnergies, que ha parado a una parte del país debido a la escasez de combustible, otros sectores que también pelean por el aumento de salarios se han visto inspirados para seguir su ejemplo.
“De forma sencilla, la huelga de las refinerías ha inspirado y transmitido ideas a los ferroviarios” señaló Karim, que explicó también que los beneficios récord del grupo SNCF este año contribuyó a generar la cólera entre los trabajadores. En este marco, los huelguistas reclamaron un aumento general de los salarios de 400 euros, así como indemnizaciones y mejoras de las condiciones laborales.
En un comunicado público de este miércoles por la noche, los trabajadores reunidos en asamblea general llaman a otros técnicos a sumarse al movimiento. “Hay cinco centros técnicos en Francia. Si se suman, se para toda la red ferroviaria” explicó Karim, que añadió: “después hará falta que el resto de trabajadores de la SNCF se sumen a la huelga para construir una correlación de fuerzas”. Una asamblea general para los equipos de día está prevista, y debería confirmar la dinámica de huelga del centro técnico.
Una situación que podría inspirar a otros sectores obreros, mientras se prepara una jornada de huelga nacional para el 18 de octubre. |