Ya son 30 las ballenas muertas en Puerto Madryn, Chubut. La hipótesis principal es el fenómeno conocido como "marea roja". La Izquierda Diario entrevistó a la Dra. Valeria D’ Agostino, investigadora del Laboratorio de Mamíferos Marinos (CESIMAR – CCT CENPAT – CONICET) que se especializa en la transferencia de toxinas fitoplanctónicas desde las especies productoras del fitoplancton hacia los niveles tróficos superiores.
La Izquierda Diario: ¿Qué son las toxinas producidas por el fitoplancton? Y cómo podrían las ballenas estar expuestas a ellas?
Valeria D’Agostino: Las biotoxinas son compuestos naturales sintetizados por ciertas especies de microalgas fitoplanctónicas. A su vez, estas microalgas tóxicas son consumidas y sus toxinas acumuladas por otros organismos marinos, como peces, moluscos, krill y otros invertebrados que actúan como vectores a lo largo de las redes tróficas. Por lo que, sus efectos adversos han sido registrados en aves marinas, lobos marinos, ballenas y seres humanos, los cuales han sufrido diferentes tipos de daños gastrointestinales, neurológicos e inclusive la muerte. Hay que tener en cuenta que los mamíferos marinos, como las ballenas, son considerados centinelas de las floraciones de fitoplancton tóxico para los ecosistemas donde habitan. En este sentido, los mamíferos marinos, sirven para advertir sobre posibles amenazas para la salud humana asociadas con el deterioro de las condiciones oceánicas.
La Izquierda Diario: Valeria, ¿contanos sobre qué se basa tu investigación?
Valeria D’Agostino: Actualmente investigo la transferencia de toxinas fitoplanctónicas desde las especies productoras del fitoplancton hacia los niveles tróficos superiores, incluyendo especies de mamíferos marinos que habitan el norte y centro de Patagonia. Desarrollo mis actividades en el Laboratorio de Mamíferos Marinos del Centro para el estudio de Sistemas Marinos (CESIMAR – CCT CENPAT – CONICET).
La Izquierda Diario: ¿qué te llevó a investigar este tema?
Valeria D’Agostino: Con esta línea de investigación comencé en el año 2015 durante mi tesis de licenciatura en la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, sede Puerto Madryn. El objetivo de mi trabajo en ese momento era conocer las principales presas de las ballenas francas australes en el área de Península Valdés, para lo cual analizaba muestras fecales de ballenas vivas y muertas de la zona. A raíz de la observación de los restos de presas en las muestras, comencé a encontrar fragmentos de diatomeas (microalgas que forman parte del fitoplancton) potencialmente tóxicas. Por lo que durante mi doctorado analicé la exposición de ballenas a las toxinas producidas por el fitoplancton. A partir de esta investigación, encontré niveles elevados de toxinas amnésicas de moluscos en muestras fecales de individuos adultos y juveniles vivos de ballena franca austral recolectadas en el Golfo Nuevo, lo cual indica que estas ballenas están expuestas toxinas durante su estadía reproductiva en el área.
La Izquierda Diario: ¿Cómo llegaste a investigar y estudiar las causas que provocó la muerte de las ballenas hasta ahora en el Golfo Nuevo, Chubut?
Valeria D’Agostino: La temática de mi investigación me lleva a estudiar la exposición de mamíferos marinos a las toxinas producidas por el fitoplancton, incluyendo a las ballenas francas australes. Para cumplir con los objetivos de este trabajo, realizo muestreos sistemáticos de fitoplancton (plancton de origen vegetal y donde se encuentran las especies de microalgas productoras de toxinas), zooplancton (plancton de origen animal y principales presas de las ballenas), de principales presas de mamíferos marinos y de mamíferos marinos vivos y muertos. A partir de estos muestreos pretendo interpretar los riesgos asociados a las floraciones de fitoplancton tóxico que ocurren frecuentemente en la zona donde trabajo. Para la obtención de las muestras de ballenas muertas adultas y juveniles halladas en los últimos días en Península Valdés, cuento con la colaboración del Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral, quienes todos los años recolectan muestras de ballenas muertas para el análisis de toxinas fitoplanctónicas.
La Izquierda Diario: ¿qué hipótesis de trabajo tenés o tienen partiendo de que la principal es que las muertes fueron provocadas por la marea roja?
Valeria D’Agostino: La hipótesis de la transferencia trófica de toxinas fitoplanctónicas podría ser una explicación a la mortandad de ballenas registrada en los últimos días en el Golfo Nuevo. Esta hipótesis se ve reforzada teniendo en cuenta que las muestras de fitoplancton que recolectamos luego de la aparición de las primeras ballenas muertas, mostraron una floración de microalgas responsables de la producción de toxinas paralizantes de moluscos (estas toxinas actúan como un bloqueador neuromuscular, pudiendo causar la muerte por asfixia), como así también de diatomeas responsables de la producción de toxinas amnésicas de moluscos (toxinas que afectan al sistema nervioso central, causando la pérdida de memoria e incluso la muerte dependiendo de la gravedad de la intoxicación).
A su vez, se detentaron niveles elevados de toxinas paralizante de moluscos en cholgas que recolectamos en la misma fecha, en la zona de la Bahía Pirámides y Punta Pardelas (Golfo Nuevo) lo que llevó a establecer la veda para la colecta y consumo de moluscos bivalvos y gasterópodos en todo el Golfo Nuevo. Sumado a esto, días previos al hallazgo de la primera ballena muerta, vimos ballenas alimentándose de zooplancton en el Golfo Nuevo, también recolectamos una muestra y pudimos observar una gran abundancia de las principales presas de ballenas en esta zona. Sin embargo, es fundamental aclarar que hasta no tener los resultados de los análisis de toxinas en las muestras de los ejemplares muertos no podemos asegurar que las ballenas hayan muerto por la exposición a toxinas producidas por el fitoplancton.
La Izquierda Diario: Que rol o intervención tiene la actividad humana en este proceso, que según manifestaron de la Red de Fauna Silvestre está asociada al calentamiento global?
Valeria D’Agostino: Sin dudas varias actividades humanas tienen un efecto directo en la ocurrencia de las floraciones algales, como por ejemplo aquellas que amplifican el efecto invernadero natural, causando que la temperatura de la atmósfera, el océano y la superficie de la tierra aumente. Se ha demostrado, que una de las consecuencias de este aumento de temperatura hace que la frecuencia, intensidad y duración de las floraciones de fitoplancton tóxico hayan aumentado en todo el mundo en los últimos años. Incluso un estudio reciente realizado en el Mar Argentino demostró que las toxinas producidas por el fitoplancton se han incrementado grandemente en los últimos 40 años en la plataforma patagónica, lo cual representa una amenaza creciente para la vida silvestre y la salud humana.
La Izquierda Diario: ¿Es posible que además de la marea roja, la contaminación con plásticos ( cómo se vio en las playas de Península Valdés con toneladas de desechos de las pesqueras) o la contaminación que genera Aluar), puedan ser otros factores en este proceso que desencadenó la muerte de las ballenas?
Valeria D’Agostino: Si bien aún no tenemos los resultados para asegurar cual fue la causa que provocó el deceso de estos ejemplares de ballenas, la hipótesis más robusta que estamos investigando es la exposición a toxinas del fitoplancton. Como mencioné anteriormente, las floraciones de fitoplancton tóxicos se están incrementando a nivel mundial y no es un hecho particular de nuestra zona.
La Izquierda Diario: ¿Ves alguna similitud entre los sucesos de 2021 y de este año dónde murieron una cantidad similar de ballenas pero con la diferencia del tiempo en que sucedieron las muertes de las ballenas?
Valeria D’Agostino: En este evento de mortalidad lo que llevó a plantearnos que las muertes podrían estar relacionadas con las toxinas producidas por el fitoplancton, fue que los individuos afectados se encontraban en buen estado general, murieron en fechas cercanas unos de otros y se trataba de adultos y juveniles, es decir animales que se alimentan en la zona. A esto se suma la floración de fitoplancton tóxico detectado en fechas cercanas al hallazgo de las ballenas muertas y que los niveles de toxinas registrados en ejemplares de cholgas recolectados en sitios cercanos donde vimos ballenas alimentándose fueron muy elevados. Anteriormente, no se había registrado un evento similar en nuestras costas.
La Izquierda Diario:¿Querés agregar algo más? Valeria D’Agostino: Sí, aquí me gustaría decir que investigar es un proceso que demanda tiempo y esfuerzo. Se requiere de muchos pasos para poder comprender un suceso y muchas veces no se obtienen resultados rápidos, pero eso no significa que no estemos trabajando para comprender lo que acontece. En este caso particular, las necropsias de ejemplares tan grandes como las ballenas francas australes ( 16 m y 40000 Kg) demandan mucho esfuerzo, además el procesamiento, análisis y la determinación de toxinas fitoplanctónicas en muestras biológicas es un proceso que requiere de tiempo. Investigar es un proceso riguroso y dinámico, que sin dudas conduce a la adquisición de nuevos conocimientos. Comprender y respetar esos tiempos es responsabilidad de todos frente a hechos tan lamentables como la muerte inesperada de 30 ballenas en nuestras costas.