A pesar de que la CGT ha recurrido la requisición de trabajadores huelguistas de Exxon en la planta de Gravenchon, y de la de Total en Flandres, el tribunal administrativo de Rouen, y posteriormente el de Lille, han rechazado los recursos interpuestos por la CGT, validando dichas requisiciones.
Tras la orden de Elisabeth Borne (primera ministra francesa), las primeras ordenes de requisición de huelguistas llegaron el jueves. Numerosos trabajadores han recibido la visita de la policía en sus domicilios para amedrentarlos y obligarlos a ir al trabajo, como explicaba un trabajador de la refinería de Flandes para Révolution Permanente.
El procedimiento de requisiciones, especialmente coercitivo, implica seis meses de cárcel y 10.000 euros de multa en caso de que los huelguistas se niegan a cumplirlas. Una medida que se creó en 1938, con la ley de 1938 sobre “ la organización general de la nación en tiempos de guerra” antes de extenderse en 2003 con la excusa de responder a fenómenos excepcionales como catástrofes naturales o industriales. Un desarrollo legislativo que permite normalizar y ampliar el uso de las requisiciones en el marco de los conflictos sociales, con el objetivo de reventar las huelgas en el sector privado.
Las requisiciones contra los refinadores: una ofensiva autoritaria de carácter político
En este caso en particular, las requisiciones conllevan un evidentemente y potente ataque al derecho a huelga, ya que se ordenan con el objetivo de volver a un “funcionamiento normal” frente a una “alteración del orden público”. Sin embargo, la huelga es un derecho que permite a los trabajadores defenderse y conseguir sus reivindicaciones frente a la patronal que los explota. El hecho de que su ejercicio conlleve en ocasiones consecuencias económicas para todo el país no puede justificar poner en cuestión este derecho. Así lo argumentó la abogada Elsa Marcel, a la audiencia en el Tribunal Administrativo de Lille: “ el gobierno asume que las requisiciones deberán permitir poner fin al conflicto. Esto no es un naturalmente un motivo válido.”
Es más, estas requisiciones pueden ser criticadas incluso desde la propia legislación que permite este ataque al derecho a la huelga. Precisamente si según la Justicia, una requisición debe ser realizada una vez que cualquier otra alternativa haya sido agotada, hay una opción que no ha sido contemplada por el tribunal: Exxon y Total podrían simplemente ceder a las reivindicaciones de los huelguistas y conceder los aumentos de salario. Una tribuna de abogados y profesores de derecho publicada esta semana en Libération denunciaba el ataque terriblemente liberticida que representaban estas requisiciones.
En definitiva, la puesta en marcha de las requisiciones y el rechazo a los recursos por parte de la Justicia son una decisión esencialmente política con el objetivo de romper la huelga de los refinadores que amenaza con generalizarse. El uso por parte del gobierno y de Total de dicho procedimiento revela un importante nerviosismo.
Validación de las requisiciones por los tribunales ¡Construyamos una correlación de fuerzas a través de la movilización!
Frente a este claro ataque al derecho a la huelga, el Tribunal Administrativo de Rouen ha aprobado previsiblemente las requisiciones, bajo la excusa de “ prevenir riesgos de atentados al orden público”. Más tarde, se sumo a esto el Tribunal Administrativo de Lille, validando todas las requisiciones.
Una decisión escandalosa, a pesar de previsible, que justifica los métodos autoritarios del gobierno y de los prefectos, que van de la mano con Total. El gobierno ha expresado claramente su voluntad de reventar la huelga, con los ejemplos de Elisabeth Borne u Olivier Véran (ministro y portavoz del gobierno) explicando que las requisiciones debían servir para poner fin al movimiento, los tribunales se alinearon a favor de este nuevo ataque al derecho a huelga, rápidamente denunciado por las organizaciones del movimiento obrero.
Según la letrada Elsa Marcel, que reaccionó a la decisión judicial: “El juez asume los argumentos del prefecto. Esta decisión confirma que se trata de asunto fundamentalmente político. Es muy difícil ganar esto sin una correlación de fuerzas política, es por eso que es una muy buena noticia que haya fecha de movilización que llamen a pelear contra este ataque al derecho a huelga, pero también locamente, en el puerto de Le Havre, del lado de Marsella, que haya un número importante de sectores, especialmente estibadores, que se movilicen para expresar su rechazo a las requisiciones que serán notificadas”.
Teniendo en cuenta la presión ejercida por el gobierno, eran de esperar estas decisiones judiciales. No obstante, estas no implican un fin de la lucha, al contrario de lo que afirman ya los medios de comunicación al servicio de gobierno. Todo lo contrario, Macron se ha visto en dificultades por la huelga de las refinerías y la escasez, mientras que nuevos sectores anuncian huelgas reconductibles, por ejemplo, la SNCF. Los trabajadores de las refinerías de Total anunciaron el viernes que iban a continuar la huelga hasta el 18 de octubre, día de la manifestación interprofesional.
Para apoyar a los trabajadores de Total y de Exxon frente a las presiones del Estado y contra un ataque histórico contra el derecho a huelga, hay que apoyar esta movilización para que sea exitosa y que numerosos sectores se unan a la huelga. Como expresaba Anasse Kazib sobre el piquete de la refinería de Normandía: “Una victoria de los trabajadores petroquímicos es una victoria para todos nosotros”. |