¿Qué te motivó a hacer esta investigación?
Aunque parezca naif, empecé esta nota haciéndome preguntas, por leer y por curiosidad. Estoy en conexión con la UNR desde hace tiempo, pasé por ahí como alumna y cubrí muchas notas como periodista en distintas gestiones de gobierno. Escribí varias sobre las obras y acciones de este período encabezado por Bartolacci y la semana pasada cuando vi que se abría una nueva escuela secundaria leí con especial interés la noticia, me alegró. Pero me llamó la atención que no hubiera ningún dato de cuánto salía la obra, cuánto se invertiría. Le pregunté al compañero que la redactó y me dijo que el dato no estaba aún, me fijé en otros medios, nada; en la web oficial de la UNR, nada. Y sencillamente me hice la pregunta, de dónde salían los fondos, porque tengo muy presente que en una época nos cansábamos de escribir expresiones de rectores y decanos que decían que el presupuesto solo alcanzaba para pagar los sueldos y no mucho más. Entonces me pregunté, ¿qué había cambiado? ¿La UNR recibía más dinero del tesoro nacional? Si era así, ¿por qué? ¿O tenía ingresos que yo desconocía? Traslade mi pregunta a varias personas que me contestaron más en off que en on. Algunos me dijeron que estaba todo claro y que mezclaba peras con manzanas, otros no me contestaron, alguno más se rieron como diciendo que era un viejo tema tapadísimo del que nadie quería hablar, otros me dieron explicaciones que tuve que confirmar y contrastar con datos de hace años. También fui al archivo del diario La Capital, siempre útil para mí, tal vez el más importante de la ciudad.
En una de tus notas vos hablas de la “zona gris” de los ingresos de la UNR. ¿Qué serían esas zonas grises? Y también en tu investigación hablás de estructuras paralelas ¿a qué te referís?
Me hablan de "zona gris" algunas personas a las que consulto y me parece una buena imagen de lo no dicho, de lo que no se visibiliza, de lo que se tapa o es deliberadamente ambiguo. Y cuando estas voces dicen esto se refieren a que la UNR históricamente se ha dado el lujo de no publicar sus balances diferenciando los ingresos que recibe del gobierno nacional y lo del propio producido: posgrados, doctorados para alumnos extranjeros que pagan en dólares, cursos de lenguas extranjeras, investigaciones. Tampoco visibilizó a la comunidad educativa de manera pública en qué aplica el dinero recibido, qué saldos a cobrar o a pagar quedan pendientes al final de cada ejercicio o cuánto se destina a cada facultad y por qué. La única información pública disponible la brinda Nación en la cuenta inversión. Y si esto no fuera ya gris o irregular y encima de vieja data, lo que habla de un silencio cómplice de los distintos sectores partidarios de la Universidad, hay algo peor: existen fundaciones, asociaciones y cooperadoras que desde el menemismo a la actualidad armaron estructuras paralelas, usando el territorio universitario en su mayoría y realizando actividades de incumbencia de la UNR, sin rendir cuentas a la Inspección General de Personas Jurídicas de la provincia que las habilitó ni a repartición nacional alguna. El economista y ex docente de la UNR, Sergio Arelovich, que viene analizando desde hace años los presupuestos de las últimas décadas de la UNR asegura con números en la mano que estas entidades funcionan de manera privada y suplen las insuficiencias presupuestarias. Cajas múltiples, que nadie sabe cuánto acumulan ni quien las maneja.
Algunas de esas entidades privadas son Funpei e Icla ¿Nos podés contar qué son, a qué se dedican y cómo funcionan?
Funpei (Fundación para los estudios internacionales) e Icla (Instituto de Cooperación Latinoamericana) son como dicen sus denominaciones una fundación y un instituto de enseñanza superior, que tienen vinculación con la UNR, no solo porque hay docentes, como Pedro Romero (ex director de Ciencia Política de la UNR), y ex decanos, como Darío Maiorana, que trabajan allí dirigiéndolas o dando clases, sino que ofrecen servicios como los cursos de lenguas extranjeras, de manera paralela y hasta ofrecen certificados emitidos por la UNR. Lo curioso de estas dos entidades es que, a diferencia de las de la mayoría de las facultades o la propia de la UNR, sentaron domicilio legal en el Mendoza 444 donde está el colegio privado y confesional Lasalle. Funpei no funciona desde ayer, sino desde 1994, e Icla desde 2011, y las dirigen Pedro Romero y su hermano José y en ambos casos se repite el staff. ¿Por qué se conecta una Universidad Pública con un colegio religioso? ¿Por qué estas dos personas también registraron ese domicilio a una Universidad, tengo entendido salesiana, como la Usal? ¿Quién desde la UNR habilitó y sostuvo esto? ¿Quién no pidió cuentas y visibilización? ¿Qué se hace con el dinero que ingresan por allí? Son preguntas aún sin respuesta. Y en cuanto a si hay más casos irregulares, no me cabe dudas. Mirá, en la primera nota di cuenta de la investigación que se realizó en 2012 a la cooperadora de Ciencias Medicas por desmanejos bochornosos: pagos a proveedores inexistentes y facturas apócrifas entre otras cosas. En la segunda nota se reflejaron algunos desmanejos de la Asociación José Pedroni de Humanidades y Artes, que nunca regularizó su situación en la Afip. Y tal vez haya más casos que desconocemos. Sí puedo decir que hasta el lunes cuando estaba trabajando la segunda nota de la UNR, la Cofade -Cooperadora de la Facultad de Derecho- tenia publicados en su página balances hasta 2018, firmado por el presidente Mario Ducler, el secretario Pablo Javkin y el tesorero, Luis Facciano. El miércoles después de publicadas las dos notas se ven balances hasta 2021, cuando las autoridades son Stella Maris Alou, presidenta; Bruno Arpi, secretario y sigue Facciano como tesorero. No sé si las notas lograrán explicaciones pero al menos sirvieron para empezar a poner los papeles un poco al día. Y digo "un poco" porque por lo que se ve en el balance cerrado el 31 de enero de 2021, la Cofade poseía casi 500 mil dólares por fuera del sistema bancario, lo que se suele llamar "fuga" y no se sabe por qué tiene esa moneda extranjera. ¿Cobraron cursos en moneda extranjera? ¿Compraron con el excedente en pesos en el mercado negro? ¿Qué hicieron? Al menos allí no se lee.
¿En qué crees que puede influenciar, más allá de lo económico, las relaciones con estas fundaciones privadas?
Sinceramente no lo sé, eso deberá investigarse. Lo que es claro es que estas fundaciones y asociaciones están flojas de papeles y gozaron por décadas de impunidad para acumular dinero y no dar cuentas a nadie. Hay nombres allí de personas que han ocupado cargos directivos en la UNR y también antes y ahora en el Estado municipal y provincial. Eso no las hace culpables de nada, pero si alguien pide informes sería bueno que aclaren ante la comunidad de la Universidad Pública, al menos, qué hicieron allí y transparentar cómo circuló el dinero ingresado y qué se hizo con él. Pero además, no puedo dejar de ligar todo esto con los hechos de violencia de los que tanto se habla y nos tienen con miedo en Rosario. En septiembre publicamos una nota sobre un fenómeno nuevo en la UNR pero que acompaña la crisis de hoy. Un grupo de estudiantes hizo un sondeo y comprobó que el 50% del alumnado no puede pagarse una terapia en salud mental y el 40% no tiene obra social, y estamos hablando de facultades y colegios secundarios a los que ya prácticamente no ingresan los sectores populares. Entonces, si los dineros públicos quedan en pocas manos sin pudor, no busquemos más culpables de la violencia en pibes y pibas empobrecidos y dejemos de contar muertos. Las explicaciones hay que buscarlas en los sectores de poder académicos, empresarios, medios y funcionarios. Y si eso parece que no vale la pena vean la película "El suplente", con Juan Minujín, que muestra mejor que las notas que escribí qué les pasa a esos pibes en las escuelas, en la calle con la policía. O escuchen una charla magnífca que dio justamente en la UNR el psicoanalista Emiliano Galende hace unos días, cuando lo declaron Dr. Honoris Causa. Varias cabezas lo miraban con respeto y asentían sus certeras palabras que hablaban del capitalismo de ayer y de hoy, y de la salud mental de quienes siempre quedan afuera de todo. Nada es tan difícil de entender solo hay que sacarse algunas máscaras. |