Sobre un posible gobierno de Juntos, Macri dijo que "van a volver las piedras", refiriéndose peyorativamente a la resistencia obrera y popular que planean enfrentar a la hora de querer aplicar mayores ajustes y contrarreformas, por la vía del shock.
El 14 y 18 de diciembre de 2017 marcaron el comienzo del fin para Mauricio Macri como presidente del país. El pueblo trabajador, los jóvenes y gremios, salían a la calle contra la reforma jubilatoria, con paro, movilización y enfrentándose a la policía. A partir de estas fechas, el gobierno del PRO acompañado de la Coalición Cívica y la UCR, tuvo los días contados.
Cinco meses después, el gobierno de Macri entregaba el país a los designios del FMI, con un préstamo fraudulento e imposible de pagar, compartiendo con Donald Trump la esperanza de que así podría mantenerse en el poder. Es que en 2018 los "mercados" le habían dado la espalda, disparando el precio del dólar; y presionando a que pisara el acelerador del ajuste fiscal y se olvidara del "gradualismo".
Éste lunes en La Rural, Mauricio Macri presentó un libro titulado Para Qué, donde hace un racconto personal sobre su "liderazgo": en Boca, en la política y como empresario. Y plantea algunos lineamientos de cara a un deseado futuro gobierno de su coalición.
En sus páginas está escrito: "Habrá que tomar decisiones drásticas. Aquel ’buenísimo’ que algunos señalaron durante nuestra gestión, no va más. El populismo light no es una opción". Plan de shock o macrismo recargado: lo mismo, pero más rápido.
El hecho es que varias de las reformas estructurales que figuran en el espíritu del acuerdo que delineó el Frente de Todos con el FMI -y que también aprobó Juntos por el Cambio en el Congreso- eran parte del sueño de "reformismo permanente" que para Mauricio Macri terminó con aquellas jornadas de lucha obrera y popular de diciembre 2017.
Se van tendiendo puentes sobre la grieta. También lo veremos en las próximas semana, cuando se vote en el Congreso el Presupuesto 2023, que ideó Sergio Massa con el FMI. El PRO ya felicitó al Frente de Todos y al kirchnerismo en particular por el "cambio histórico", es decir, por pasar guadaña en áreas sensibles como salud, educación y vivienda.
La presentación de Para Qué se hizo en un salón de 1.800 metros cuadrados, con un auditorio compuesto mayormente por dirigentes de Juntos por el Cambio y figuras del empresariado. Tuvieron que ir comidos, pues no hubo catering por "cuestiones de tiempo y austeridad". A penas terminó el evento, Macri voló rumbo a Estados Unidos.
Junto a Mauricio Macri estuvo Pablo Avelluto, editor del libro, exministro de Cultura en la gestión Cambiemita y, según muchos creen, el verdadero ghost writer del texto publicado.
No faltaron los tres presidenciables del PRO: Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal. También estuvo Miguel Ángel Pichetto, a quien se le cantó el feliz cumpleaños; hace días lanzó su espacio político reivindicando a Julio Argentino Roca.
Las butacas vacías fueron las de los presidenciables de la UCR: Gerardo Morales y Facundo Manes. Y la de Elisa Carrió de la Coalición Cívica. Todos fueron invitados, pero no aceptaron el convite.
"Van a volver las piedras"
Gran parte de la exposición y del libro (80 páginas de 250), estuvo dedicada a la gestión de Mauricio Macri frente al club Boca Juniors, durante el menemismo. La charla de Macri se explayó en un anecdotario personal sobre sus liderazgos, con un vago y superficial análisis político de su gestión como jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y como presidente del país.
Una brutal frase que soltó sobre su presidencia fue: “Con las piedras y los maldonados, la cabeza me estallaba”. En relación a la desaparición seguida de muerte del joven Santiago Maldonado, en el marco de una represión de la gendarmería nacional al pueblo mapuche, en Chubut; cuyo caso aún sigue impune. Probablemente un guiño a Patricia Bullrich.
También planteó que cuando Juntos por el Cambio vuelva a gobernar (si es que ocurre) "van a volver las piedras". Expresión derechista y distorsionada, para referirse a la resistencia obrera y popular con la que planean enfrentarse a la hora querer aplicar más ajuste y contrarreformas, por la vía del shock.
En una entrevista anterior en LN+, Macri dijo que "si los del neumáticos (los trabajadores del SUTNA) hacen lo que hicieron y ponen de rodillas a toda la industria automotriz, no hay futuro". Una declaración de hostilidades contra los trabajadores que, organizándose de forma independiente y con la solidaridad de otros sectores, lograron una paritaria por encima de la inflación.
Mano dura, privatización y meritocracia
Mano dura
Un video de María Eugenia Vidal, fue el disparador para recordar la represión conjunta que desplegó el macrismo y el gobierno de nacional de Cristina Kirchner, ante la toma del Parque Indoamericano en 2011.
Vidal lo citó: "Prefiero dejar de ser jefe de gobierno, a pasar a ser el jefe que convalidó que tomar un predio o una plaza, es la forma de acceder a una vivienda". En esta represión conjunta de la Policía de la Ciudad y la Policía Federal, asesinaron a tres personas y dejaron a otros tantos heridos. Macri prefirió esto, antes que garantizar el derecho a la vivienda.
Sin saldos trágicos, por fortuna, pero con igual brutalidad: la respuesta represiva frente a la crisis habitacional, es otro de los puentes que conectan los dos lados de la grieta. De Guernica a Merlo, el gobierno de Axel Kicillof viene realizando violentos desalojos a las mujeres y familias sin techo.
Privatización
Pablo Avelluto le tiró un centro para hablar de cómo están avanzando "las ideas de la libertad", en relación al liberalismo económico. Y Macri tomó el guante para plantear la privatización Aerolíneas Argentinas. El ABC menemista del ajuste fiscal.
"Cuando nos fuimos del gobierno, el 70% de la gente decía que Aerolíneas tenía que ser estatal", dijo Macri y aseguró que ahora ese porcentaje bajó. Más allá de las encuestas, lo que sigue firme es la organización de sus trabajadores, que pelean contra la precarización y en defensa del salario frente al ajuste.
Macri usó el término "privilegio" para mencionar todo lo público, desde los trabajadores estatales hasta empresas estatales o incluso derechos como el acceso a la vivienda.
Meritocracia
Mauricio Macri reivindicó a la "meritocracia" y a la competencia como un valor. "Las sociedades progresan cuando la gente compite", dijo.
Y en el mismo sentido, planteó la competencia en internas PASO dentro de Juntos por el Cambio, de cara a las elecciones presidenciales del 2023. "Tenemos que empezar por dar el ejemplo nosotros, en Juntos por el Cambio, para definir los liderazgos en los distintos lugares".
Internas y butacas vacías
El evento quiso mostrar un Juntos por el Cambio unido. Lo que se vio fue la cofradía de los candidateables del PRO, junto a Miguel Ángel Pichetto, que fueron enfocados en pantalla en varias ocasiones. Los radicales y el espacio de Carrió, brillaron por su ausencia.
La frase del "populismo light", en referencia al "gradualismo" de ajuste, combinado con ataques al salario, que desplegó Mauricio Macri en su gestión (junto a la toma de deuda con el FMI) fue felizmente atribuída a Pichetto. "Hay que reconocer que el populismo a todos en algo nos pegó", dijo Macri. Y agregó: "Lo que no significa que niegue que no alcanza".
Aunque el "no alcanza" probablemente fue un guiño sincero hacia el empresariado argentino. Hace unos meses Paolo Rocca, dueño de Techint afirmó que "Juntos por el Cambio no está en condiciones para gobernar en 2023".
Las peleas internas dentro del PRO, entre el sector de los "halcones" (Patricia Bullrich y Mauricio Macri) y el sector de las "palomas" (Larreta y Vidal), se vienen dirimiendo según lo que, desde su perspectiva, consideran "populismo": o la incapacidad de ir a fondo con su programa político, porque la relación de fuerzas no les permite aplicar medidas antipopulares de un plumazo. "El populismo es muy contagioso", dijo varias veces Macri en su exposición.
Tanto Facundo Manes como Gerardo Morales (gobernador de Jujuy), dedicaron el día a hacer campaña política propia y desairearon la invitación de Macri.
Manes viene de hacer una fuerte denuncia al espionaje político realizado por Macri hacia los suyos propios, durante su gestión. Esto abrió una división entre la UCR nacional, que salió a repudiar los dichos; y la UCR bonaerense, que respaldó a su líder.
Por su parte, Lilita Carrió pivotea entre un candidato y otro del PRO; sin definir aún su lealtad para disputar un espacio en las listas para la Coalición Cívica. Hace unos meses despotricó contra Horacio Rodríguez Larreta, pero luego lo apoyó contra Patricia Bullrich.
Las diferencias y disputas, dentro de la carrera por el poder, siguen abiertas. Y, aunque varios líderes planteen esto como una "competencia" productiva, no deja de ser una debilidad, que marca la crisis de los partido políticos del régimen.