En días recientes trascendió que el Sistema de Administración Tributaria (SAT) había conseguido cobrar una parte de los impuestos atrasados que adeudaba el empresario Ricardo Salinas Pliego (dueño de Elektra y Grupo Salinas) por más de 2700 millones de pesos. Mientras que la 4T lo presentó como un triunfo, el magnate despotrico contra la medida en la red social Twitter con la soberbia que lo caracteriza de la siguiente manera:
Es interesante observar que ante una medida que lo único que hace es que se cumpla de forma tímida la ley, Salinas Pliego no puede esconder sus fobias y se lanza contra “los comunistas”, afirmación que no tiene ningún sentido, pues en todos los países capitalistas el pago de impuestos es obligatorio. Más bien, se pretende confundir a la población relacionando al comunismo con la legalidad burguesa, lo cual es una falacia, pues en el comunismo serían los trabajadores los que controlaran las empresas repartiendo racionalmente los recursos con el fin de que todas y todos tuviéramos nuestras necesidades mínimas cubiertas.
Asimismo, vemos como uno de los empresarios consentidos del actual gobierno (pues a recibido contratos multimillonarios por publicidad y por administrar los fondos de varios programas sociales de la actual administración) tiene roces con el gobierno que más que meterlo en cintura, está buscando desesperadamente fondos para seguir impulsando sus políticas clientelares, la militarización y los mega proyectos.
La forma tan arrogante de expresarse de este nefasto personaje sólo refleja el estatus quo de la sociedad, es decir, en el mundo los que mandan son los ricos independientemente de que exista democracia de manera formal, entonces, Salinas Pliego (como su clase en general) se siente con el derecho de insultar y violar la ley porque es consciente de que tiene inmunidad política y que sus grandes negocios se encuentran a salvo.
¿Hacer cumplir la ley es suficiente?
El discurso oficial ha presentado el pago como una victoria de la legalidad y de la política gubernamental de López Obrador. Sin embargo, si vemos la cuestión a más a fondo nos podemos percatar de que el cobro de impuestos, a pesar de ser una gran cantidad de dinero, se queda corta en comparación con la dimensión de la fortuna de Salinas Pliego y otros grandes propietarios (como por ejemplo Slim o Larrea). Esto significa que se cobra poco en relación con lo que realmente pueden y deberían pagar, porque no olvidemos que ese dinero se construyó sobre el sudor de la base trabajadora y las privatizaciones masivas que se dieron a finales de la década de los 80 y principios de los 90. Entonces, una primera salida es establecer impuestos progresivos, que vayan aumentando según crezca el capital.
Por otro lado, es necesario preguntarnos a dónde se va a destinar esos 2700 millones, pues como hemos visto en los últimos años del gobierno de MORENA, los recursos no se destinan a garantizar derechos sociales, sino a las fuerzas armadas y la militarización del país, que en nada beneficia al grueso de la población, sino que realmente sirve para controlar y reprimir el descontento interno generado por la desigualdad social. Por tanto, ese dinero se debe destinar a basificar a todos los trabajadores del país, asegurar los insumos básicos de los hospitales, etc. |