El pasado fin de semana, la tormenta tropical Roslyn tocó tierra al oeste de México. Tras reducir su potencia que alcanzó la categoría 4 en días anteriores, Roslyn golpeó como categoría 3 con vientos de hasta 195 km/h. La Coordinación Nacional de Protección Civil reportó afectaciones en Nayarit, Durango, Jalisco y Colima. 

El Servicio Meteorológico mexicano informó que Roslyn provocó vientos y lluvias fuertes, así como descargas eléctricas, inundaciones, avalanchas y oleajes de hasta seis metros en las costas del pacífico de Nayarit, Jalisco y Colima. Asimismo, trascendió la noticia de tres fallecidos, dos de los cuales fueron derivados de un derrumbe en el municipio de Rosamorada, Nayarit.

Además del conteo de daños, la respuesta del Gobierno mexicano al paso de Roslyn incluyó el despliegue de 2 mil 500 elementos de las Fuerzas Armadas, destinados a tareas de seguridad,limpieza e instalación de refugios. La Secretaría de Marina y la Guardia Nacional también participan en el operativo.

En mayo, autoridades mexicanas pronosticaron una "temporada activa" con hasta 40 ciclones para 2022. A la fecha se han formado los ciclones Ágatha, Darby, Frank, Gerorgette, Javier, Lester, Newton, Orlene, entre otros, siendo Ágatha uno de los más letales, con 11 muertos en Oaxaca. 

A pesar de que se trata de fenómenos cuyo arribo puede ser previsto, continúan costando vidas humanas. Quedan en evidencia no sólo el abandono de infraestructura como drenaje y tendido eléctrico, sino también la indolencia ante las condiciones de vida de miles de personas que diariamente están expuestas a deslaves, derrumbes e inundaciones.