La clave de la magia, afirman quienes saben, es crear una ilusión distrayendo al espectador y la espectadora, haciendo que centre su atención en algo que oculta lo verdaderamente importante. “Miren esta mano, mientras me guardo la carta en la otra”, podría sintetizarse el juego.
Un poco de eso hace por estas horas el Frente de Todos. Mientras en la Cámara de Diputados se vota un Presupuesto de ajuste ordenado por el FMI, sus referentes y dirigentes mueven las manos intentando distraer la atención.
Así, durante la tarde y la noche del martes, una campaña recorrió las redes sociales intentando hablar solo del Impuesto a las Ganancias contra los jueces, evitando así -o intentando evitar- la discusión global del Presupuesto. Fue Myriam Bregman, en diálogo con Pablo Duggan, quien desnudó esta pobre maniobra.
Ahora, ya en la mañana del miércoles se conocieron dos tuits de la vicepresidenta Cristina Kirchner, donde condena las subas en la medicina prepaga. Como si ella no fuera parte del Poder Ejecutivo, escribe: “Resulta francamente inaceptable el nuevo aumento, esta vez de dos dígitos (13,8%), que el Gobierno autorizó a las empresas de medicina prepaga". Agrega que esa suma significa un “114% anual de aumento otorgado. O sea, más de un 20% sobre la inflación anualizada".
Nadie podría estar en desacuerdo con esa frase. La medicina privada ha tenido importantes aumentos a lo largo del año y, con esa suba, le ganará por bastante a la inflación proyectada. Atendiendo a su propia rentabilidad, ese sector no para de exigir aumentos hacia el Estado.
Sin embargo, CFK habla como si no fuera funcionaria nacional y como si no fuera, en términos formales, la segunda persona más importante dentro del mismo Gobierno. Intentando atajarse de las críticas, la vicepresidenta dice que “oportuna y reservadamente, manifestamos nuestra opinión contraria a seguir concediendo aumentos que afectan a las familias argentinas en un servicio imprescindible como el de la salud y que además agrava al proceso inflacionario".
El kirchnerismo repite una táctica: la crítica de los hechos consumados. Es decir, hablar contra el ajuste luego de que el ajuste avanza y se consolida. ¿Por qué el kirchnerismo no hizo esta misma denuncia de manera pública y no reservada? La mecánica es siempre similar. Denunciar públicamente el ajuste y sus consecuencias cuando éste ya está avanzando y generando malestar. Mientras tanto, se lo deja avanzar.
Ahora bien, cuando la vicepresidencia tuiteó, no habían pasado más que algunas horas de la aprobación en Diputados del Presupuesto 2023. Un proyecto que el kirchnerismo votó abiertamente, garantizando de esa forma su aprobación. Y ese proyecto está construido sobre la base del acuerdo de ajuste firmado con el FMI, que tiene un componente inflacionario y apuesta a que esa sea la pauta que garantice el ajuste en 2023.
Como en la magia, una mano se mueve para distraer la atención sobre lo que hace la otra. | 
