Como primer punto es importante remarcar las funciones de United Steelworkers (USW), la unión industrial más grande de Norteamérica, se trata de un sindicato internacional de trabajadores del acero. Con sede en Pittsburgh, la United Steelworkers representa a los y las trabajadores en la industria minera y extractiva no solo en cargos administrativos, también operativos, incluso el Sindicato Minero tiene una sección especial de mujeres trabajadoras de minas en Canadá, México, el Caribe y los Estados Unidos, congregando a diversos sectores obreros de una amplia gama de industrias, que incluyen: metales primarios y fabricados, papel, productos químicos, vidrio, caucho, cintas transportadoras de servicio pesado, neumáticos, transporte, servicios públicos, industria de contenedores, productos farmacéuticos, “call centers” y atención médica. Como vemos, es un conjunto de varios sectores industriales estratégicos clave en la economía internacional y de México.
Alianzas internacionales y su presencia en México
Cabe mencionar que las alianzas internacionales de la USW en Europa, también cobran importancia, ya que, desde julio del 2008, United Steelworkers firmó un acuerdo para fusionarse con el sindicato United, con sede en el Reino Unido e Irlanda, para formar una nueva entidad sindical mundial llamada Workers Uniting. Actualmente, United Steelworkers está afiliado a la American Federation of Labor and Congress of Industrial Organizations (AFL-CIO) en los Estados Unidos y al Congreso Laboral Canadiense (CLC), así como a varias federaciones sindicales internacionales y con presencia en México.
Es importante señalar que los miembros de base y los representantes, están afiliados al Sindicato Internacional de Trabajadores del Acero Unidos, sin embargo, hay otros trabajadores que no están afiliados. Esta división entre trabajadores de primera y de segunda es importante en América del Norte, donde la gran mayoría de la industria del acero está sindicalizada.
Esto se debe a que algunas de las empresas más reconocibles y más grandes del sector, como lo son United States Steel (USS) y Cleveland-Cliffs, posen una fuerza laboral dispersada en instalaciones ubicadas en diferentes ciudades de América del Norte, donde la mayoría de trabajadores siderúrgicos están representados por el USW. Esto incluye a las instalaciones más grandes del continente, como lo son Gary Works de US Steel, Burns Harbor de Cleveland-Cliffs en Burns Harbor, Indiana Harbor East y West, todas localizadas en el estado de Indiana y Cleveland Plant en Cleveland, Ohio.
También han tenido presencia en México. Recordemos que los trabajadores de la mina San Rafael detuvieron sus operaciones el 26 de enero del 2020, exigiendo mejoras de salud y seguridad en las instalaciones y lograron una votación para reemplazar el sindicato apoyado por la empresa, optando por el Sindicato Nacional de Trabajadores Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de La República Mexicana (Los Mineros), dirigido por Napoleón Gómez Urrutia. Por tal la situación, pidieron a las autoridades mexicanas y canadienses que garantizaran la integridad del recuento sindical programado para el 17 de septiembre en dicha mina ubicada en Cosalá, Sinaloa, la cual es explotada por la empresa minera canadiense Americas Gold and Silver.
Sin embargo, el apoyo que los sindicatos transnacionales hacia los mineros y los automotrices no es para nada gratuito. Los objetivos inmediatos de las grandes corporaciones sindicales estadounidenses giran en torno de las agendas de las patronales imperialistas y sus partidos electorales, como podemos ver en la página de la AFL-CIO que ha lanzado una gran campaña durante los últimos meses “para buscar el beneficio” de la clase trabajadora, en la que el llamado a organizarse y sindicalizarse queda prácticamente oculto tras el llamado al voto del 8 de noviembre.
Para los burócratas sindicales estadounidenses, el interés de sus patrones en mantener el statu quo por la vía del circo electoral es prioritario y cuando mucho hacen un intento de disfrazarlo: "vote por candidatos afines a las demandas de los trabajadores", sin dirimir si son demócratas o republicanos, pues para el caso es lo mismo, aunque por tradición la AFL CIO llama a votar candidatos del Partido Demócrata.
portal del AFL CIO
De la misma manera estos grandes sindicatos dicen apoyar a sus “compañeros” al sur del río Bravo. Tanto el USW como la AFL CIO han dedicado dinero y esfuerzos a “apoyar” a movimientos de lucha contra el charrismo oficial de la CTM, la CROC o la CATEM y también al sindicato minero, como pudimos ver en la lucha de los trabajadores de General Motors Silao donde apoyaron al SNTIIA para sacar a la CTM aprovechando el resquicio que deja la reforma laboral de la 4T, en aras de complacer a los patrones yanquis a través del T-MEC, por la vía del proceso de “legitimación de contratos colectivos”. Pero lo que queda en el trasfondo es la profunda desconfianza que tienen los patrones yanquis al charrismo autóctono y es por ello que envían a los suyos a que controlen estos movimientos independientes que se quitan el corsé del charrismo nacional para dejarse sujetar por el sindicalismo colaboracionista extranjero.
Napoleón Gómez Urrutia y la “paz laboral”
Desde su regreso a México y su triunfo como senador por parte de Morena, Gómez Urrutia aboga por la conciliación “pacífica” entre el empresariado y el gremio trabajadores mineros. Sin embargo, cabe preguntar, ¿qué acciones contundentes se ha hecho para reparar los terribles daños al gremio y al medio ambiente y para lograr justicia laboral para el gremio minero? Y también: ¿qué representa para los trabajadores mexicanos que haga alianza con corporaciones sindicales establecidas en los países imperialistas del norte?
Sin embargo, poco o nada se ha hecho por respaldar al gremio minero en México, desde las huelgas históricas que han durado más de 15 años sin solución, como en Cananea, Sombrerete y Taxco, así como el ecocidio constante provocado por las empresas mineras más grandes del país, como lo es Grupo México y su dueño Germán Larrea, son un claro ejemplo de la impunidad que predomina en el país para los magnates del extractivismo
Cabe mencionar que el ahora senador Gómez Urrutia, es parte del Comité Ejecutivo de la central sindical internacional Industrial Al Global Unión. Hace un par de años, acudió al aniversario del Sindicato Minero en Inglaterra en compañía de Jeremy Corbyn líder del Partido Laborista del 12 de septiembre de 2015 al 4 de abril de 2020, por lo que deja ver que sus nexos con instituciones partidos reformistas, imperialistas y de colaboración patronal de este nivel se remontan desde hace muchos años.
El que Napoleón regresara a México, no se debe a la buena voluntad del dirigente de Morena, ni tampoco por consternación por la base minera, su regreso del autoexilio en Canadá bajo la cobertura del USW, y su nombramiento plurinominal tuvo un fin concreto: garantizar el voto de miles de mineros, lo que aportó acerco al triunfo de AMLO a la presidencia en 2018, Pero también le permitió a López Obrador mostrarse como “amigo” de los sindicatos, depositando en Gómez Urrutia, con la conformación de una nueva central, la CIT, la tarea de ofrecerse como una opción para atajar a quienes están abandonando las viejas centrales charras.
De esta manera la 4T refuerza su viabilidad ante los empresarios, con el argumento de construir un gobierno estable, que garantice la “paz laboral” y propicie el diálogo entre empresarios y los dirigentes trabajadores de gremios estratégicos como el minero. Sin embargo, en casi 4 años de gobierno, se ha quedado corto no tanto por las medidas y regulaciones legales, sino por exonerar y encubrir a quienes son señalados como responsables de catástrofes ambientales y laborales provocadas por la industria minera.
Por lo que no es descabellado preguntar ¿Por qué el sindicato ha permitido por décadas la sobreexplotación, la precariedad y el ecocidio? ¿Cuál ha sido el papel del líder del sindicato minero al respecto? ¿Qué han hecho organismos internacionales como USW ante tales crímenes contra la clase trabajadora minera en México? En siguientes entregas, seguiremos profundizando sobre estos temas y reflexionando sobre el potencial combativo de las bases mineras y sus organizaciones sindicales en México y el mundo.
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