Irán se vio sacudido en la noche de este jueves por una de las protestas más multitudinarias de la ola desatada tras la muerte de Mahsa Amini hace 40 días. Pero junto con las protestas también recrudeció la represión del régimen que ve amenazado su poder. Amnistía Internacional reportó ocho muertos en las últimas 24 horas.
Esta organización señaló que en las provincias de Kurdistán, Azerbaiyán Occidental, Kermanshah y Lorestán "las fuerzas de seguridad de Irán mataron al menos a ocho personas desde la última noche, cuando abrieron fuego contra personas en duelo y manifestantes".
La represión se ha desatado con especial saña en la provincia del Kurdistán de donde era originaria Amini, y las protestas también han crecido en intensidad.
Diferentes organizaciones de derechos humanos contabilizaron al menos cuatro personas asesinadas en la ciudad de Mahabad, en la provincia del Azerbaiyán Occidental y un joven de 21 años asesinado por un disparo cuando protestaba en una ruta en la ciudad de Sanandaj, una de las 13 ciudades del Kurdistán iraní.
Esta situación ha provocado una espiral de protestas cada vez más grande donde cada uno de los funerales de las personas asesinadas por el régimen se convierten en nuevas manifestaciones masivas.
Es lo que pasó por ejemplo el jueves por la mañana en Mahabad, en el noroeste de Irán. Allí la Policía abrió fuego contra las personas que se encontraban en el entierro de Ismail Moloudi, quien había sido asesinado por las fuerzas represivas la noche anterior. Esto provocó la ira de todos los presentes, que convirtieron el funeral en una movilización masiva por la ciudad que terminó tomando el control de la oficina del gobernador local y al menos una estación de policía, al grito de "¡Muerte a Khamenei!" y cantos contra el régimen.
Al caer la noche, los manifestantes también salieron a las calles en varias ciudades kurdas, incluidas Sanandaj, Baneh, Bukan, Marivan, Mahabad. En algunas localidades bloquearon las carreteras y tomaron el control de sus ciudades y pueblos, incluyendo las oficinas del gobernador y edificios administrativos, para evitar que las fuerzas represivas se desplegaran en los barrios. El Gobierno tomó nota de una situación que se le puede están yendo de las manos y envió este viernes refuerzos desde la ciudad de Urmia con el objetivo de reprimir las protestas.
Aunque de menor calibre también se realizaron acciones nocturnas en Tehranpars de Teherán, Ahvaz y Zahedan. En esta última ciudad los manifestantes salieron a las calles después de las oraciones de los viernes para protestar contra el régimen a pesar de que el Gobierno había desplegado unidades de la Policía para reprimirlos, contemplando que la convocatoria sería multitudinaria.
Por su parte las y los estudiantes también reanudaron sus manifestaciones de protesta en varias ciudades de Irán el jueves, incluidas Teherán, Karaj, Mashhad, Isfahan y Malayer. Los estudiantes corearon consignas contra el régimen, entre ellas "¡Muerte al dictador!" y “¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!" Los estudiantes también manifestaron su determinación de continuar con sus protestas a pesar de la brutal represión del régimen cantando: “¡Por cada persona muerta, otras mil las reemplazarán!”.
Ante esta situación el presidente iraní, Ebrahim Raisi, afirmó que los "disturbios" provocados por la muerte de Amini allanan el camino a ataques "terroristas", abriendo de esa manera el camino para justificar una represión aún mayor.
Las represión de las protestas han causado al menos 215 muertos, entre ellos 27 niños, según Iran Human Rights (IHR), con sede en Oslo, Noruega.
También ha habido una campaña de arrestos masivos de manifestantes y sus simpatizantes, incluyendo profesores universitarios, periodistas y celebridades.
Las protestas en todo el país se centraron primero en el estricto código de vestimenta de las mujeres de Irán, pero pronto se convirtieron en uno de los desafíos más serios para el régimen iraní desde la revolución de 1979, con manifestantes que se enfrentaban con las fuerzas de seguridad y piden abiertamente su caída. |