Una avalancha humana producida este viernes 29 de octubre, durante las celebraciones de Halloween en el barrio de Itaewon en Seul, dejó al menos 154 muertos y 133 heridos. Alrededor de 100.000 personas se habían congregado en este barrio que es una conocida zona de ocio nocturno y cuenta con calles estrechas. La tragedia se produjo en un empinado callejón en las cercanías del Hotel Hamilton, frente a la estación de metro de Itaewon.
Las autoridades decretaron luto nacional y tratan determinar la causa del suceso, que según testigos presenciales, autoridades y vídeos publicados en redes sociales se originó por una acumulación excesiva de gente en un estrecho callejón que conecta la principal avenida del barrio, Itaewon ro, con una concurrida zona de bares. Allí quedaron atrapadas centenares de personas, muchas de las cuales fallecieron por asfixia.
Imágenes publicadas en internet muestran a un gran número de gente atrapada en el mencionado callejón mientras los equipos de emergencia tratan de evacuar a algunos de ellos, y también practicando maniobras de reanimación sobre las víctimas.
Testigos presenciales han criticado la falta de presencia policial y la opinión pública se pregunta sobre la falta de previsión. Muchos de los 154 fallecidos son veinteañeros, y de esa cifra provisional, casi un centenar son mujeres, según los datos ofrecidos por el departamento de bomberos del distrito de Yongsan, que contiene al barrio de Itaewon.
Asimismo, entre los heridos hay 37 en estado grave, por lo que el balance final de muertos podría ser mayor. Las autoridades detallaron que entre las víctimas mortales hay una veintena de extranjeros, y mencionaron entre sus países de origen a China, Austria, Francia, Noruega, Rusia, Estados Unidos, Australia, Irán, Vietnam, Kazajistán, Uzbekistán, Tailandia y Sri Lanka.
El Gobierno de Seúl informó también que se han recibido 355 reportes de personas desaparecidas que podrían estar vinculadas al suceso, y que unos 500 agentes de la Policía Metropolitana fueron asignados a las tareas de investigación e identificación de las víctimas.
El callejón donde sucedió la tragedia y las calles aledañas permanecían hoy acordonados.
En las cercanías del lugar de los hechos algunas personas comenzaron a depositar hoy flores y otras ofrendas en recuerdo a las víctimas, mientras que el Gobierno anunció que este lunes se colocarán altares con ese fin en una plaza de Itaewon y en la plaza frente al ayuntamiento de Seúl.
Hipocresía del Gobierno
El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, anunció hoy el comienzo de un período de luto nacional que se prolongará hasta el próximo sábado, y prometió una "investigación en profundidad" sobre sus causas. A su vez, destacó que la "máxima prioridad" del Ejecutivo es en estos momentos es "determinar las causas del accidente y prevenir incidentes similares", además de las tareas de asistencia a las víctimas y a sus allegados, durante un discurso televisado horas después del accidente.
El mandatario también trasladó sus condolencias a los allegados de las víctimas del suceso, y lo definió como "horrible" y como "una tragedia y un desastre que nunca debió haber ocurrido", antes de desplazarse este domingo a Itaewon.
Sin embargo, como denunció el grupo Marcha al Socialismo la responsabilidad es del propio Gobierno que no garantizó las medidas preventivas necesarias frente a un evento masivo como el que se esperaba. Había muy poco personal de seguridad y asistencia sanitaria.
Y la tragedia no es solo Itaewon. En Corea del Sur los accidentes fatales se repiten todos los días en los lugares de trabajo con un promedio de 6 muertes diarias. Los trabajadores son puestos a trabajar sin capacitación en seguridad, o no son llevados a hospitales en caso de un accidente industrial. Los principales culpables de los accidentes fatales son los capitalistas que desestiman la seguridad de los trabajadores en pos del lucro, y el Gobierno, que neutralizó la Ley de Sanción Empresarial por Accidentes Graves y eliminó la responsabilidad del Estado por la seguridad laboral.
El grito de los subcontratistas de Daewoo Shipbuilding, “No podemos vivir así” se convirtió en un eslogan para la Marcha por la Justicia Climática y en una expresión de la condición general de nuestro tiempo. Es muy probable que en los próximos meses la crisis del capitalismo, que se expresa en forma de crisis energética, inflación y guerra, seguirá agravándose. Con este panorama por delante, con una sociedad sin futuro a la vista y asfixiada, nos encontramos hoy con una tragedia evitable en la que personas de nuestra generación, que salían a divertirse aunque sea por un momento, encontraron la muerte en grupo.
Expresamos nuestras condolencias por todas las víctimas de la tragedia de Itaewon y sus familiares. Debe haber una investigación exhaustiva para determinar los responsables; y para evitar que vuelva a repetirse se deben establecer medidas claras de prevención. El Gobierno tiene que implementar ya una contención estatal para las familias en duelo y los heridos, con los suficientes recursos humanos y económicos.
Una política de prevención general tiene que comenzar por garantizar la seguridad de los trabajadores y ciudadanos en su vida diaria y en el lugar de trabajo. Los grandes almacenes Sampoong, el ferry Sewol, la fábrica SPC, la estación Sindang e Itaewon no deberían ser lugares donde la gente pueda morir o resultar herida.
La única forma de superar esta situación es terminar con este sistema que no puede garantizar la seguridad pública en un evento masivo, en la perspectiva de crear una sociedad donde la vida y la salud de las y los trabajadores y de la juventud tengan prioridad sobre cualquier otra cosa. |