En el marco del debate por el presupuesto de ajuste 2023, el FDT busco montar una campaña para disfrazarlo. La maniobra era plantear el cobro del impuesto a las ganancias a los jueces sin discriminar a los empleados judiciales del mismo. De hecho, solo el 4% de lo recaudado mediante el artículo 100 del presupuesto elaborado por Massa al servicio de FMI, corresponde a jueces, mientras el 96% saldrá del salario de los empleados judiciales, que no cobran $4,5 millones como un juez de la suprema corte. La diferencia entre salario y privilegio.
Este impuesto al salario que graba a menos de 300.000 trabajadores en blanco de los que mejor cobran desde hace años, constituye un ataque a aquellos sectores que aun conservan sus derechos laborales, mientras las ganancias de las grandes patronales continúan impunes a pesar de las amenazas de grabar la “renta extraordinaria” a los sectores exportadores. Para ellos, se elaboró un conjunto de medidas que incluyen dólares excepcionales a precios muy convenientes.
Tan convenientes que incluso el 15,5% de recorte del presupuesto de educación para el año próximo que contempla este presupuesto, equivale a todo lo que pagaremos por el dólar soja. Y decimos “pagaremos” porque estos recortes en educación, salud y otros ítems son parte de la enorme transferencia de ingresos desde la clase trabajadora a los sectores mas concentrados del capital que han ahondado la grieta social en los últimos años. Mas de USD70.000 millones de dólares desde 2017, 40.000 de los cuales fueron transferidos durante el gobierno del FDT.
Alejandro Vilca, diputado del Frente de Izquierda Unidad, denunció que lo destinado al bono por única vez para los sectores más vulnerable equivale de gasto para el Estado $70.000 millones, mientras que la medida del dólar soja costó $ 280.000 millones. Cuando hay más de 17 millones de pobres en todo el país el Gobierno destinó “¡4 veces más para los sojeros…. que para los sectores más vulnerables de nuestra población!”, destacó el diputado.
Parece que “la patria es el otro” sólo aplica a quienes viven de su salario, a quienes se pide un “esfuerzo impositivo solidario”, mientras el gran capital no tiene patria. Para los trabajadores está en discusión el bono de navidad, pero para el campo, el gobierno ya se comprometió a subsidiar el 40 % de los gastos de siembra, aunque no hayan liquidado el 80% de la cosecha especulando con mayores ventajas. La promesa de ingreso de dólares del agro para pagar la deuda, parece que quedó en eso. De todos modos, el Fondo que “no es el mismo”, insiste en lo mismo: más ajuste.
Mientras tanto, la justicia intenta sostener su macula de “independencia” como poder del Estado, pese al reciente viaje de jueces y fiscales en un avión de la embajada yanqui a la mansión de Lewis en Lago Escondido. Cada tanto, desempolvan alguna causa escandalosa, como ahora con el tiroteo que sufrió Gabriel Fredes en plena pandemia en el portón de su casa, pero mas en general archivan las denuncias por la represión de diciembre pasado mientras llaman a indagatoria a 24 imputados por enfrentar a la brutal Policía de Arcioni en las calles.
Sobre todo, cuando el Poder Judicial de Chubut pelea en la Legislatura su presupuesto 2023. Mientras el calculo general inflacionario del ejecutivo hablaba de un 40% de inflación para 2022, el poder judicial pidió para este período un 94% mas de presupuesto. Algún dato de la inflación real, tenían en mente. Parece que no a todos los chubutenses “nos saluda el mismo sol” como canta Yoel Hernández. Los docentes y estatales siguen enfrentando el magro 14% en cuotas que ofrece el gobierno.
En una provincia donde crece el desempleo y la pobreza, las petroleras se la siguen llevando en pala y las mineras se refriegan las manos ante la genuflexión al extractivismo que implica el acuerdo con el FMI. Luego de secar el lago Colhue Huapi en pos del interés de petroleras y terratenientes, lo que queda para la población son tormentas de polvo ante las que el gobierno recomienda el uso de máscaras como sucedió en Comodoro el viernes pasado. Un editorial gráfico en sí mismo.
Mientras se prepara el terreno para profundizar el ataque las condiciones de los y las trabajadoras estatales con una campaña al servicio del ajuste fiscal requerido por el FMI, continúa el paro de ATE y este viernes confluirá con el paro de ATECH, por fin.
Sucede que la suspensión de la atención médica por la obra social provincial, SEROS, ahora es causada por el paro de estatales que impide además el envío de fondos a los municipios. Un ejemplo mas de la importancia del trabajo de quienes mantienen en movimiento el mundo.
Porque la campaña de que los estatales “son ñoquis”, choca contra el hecho concreto de la importancia de su trabajo que, aunque no esté vinculado a la producción de mercancías, resulta fundamental. Médicos, enfermeras, viales, docentes, auxiliares y empleados municipales son quienes garantizan día a día el funcionamiento de todo. Y este hecho, demuestra el poder de fuego que el sindicato estatal ATE podría poner en juego para arrancar al gobierno de Arcioni sus demandas por salario y condiciones laborales. Algo que Quiroga y compañía no hacen hace años.
Lula ganó por tercera vez la presidencia de Brasil en alianza con el menemismo brasileño, y con promesas a una parte de las bancas de “el buey, la biblia y la bala”, los evangelistas y ultraderechistas que destituyeron a Dilma y apoyaron a Bolsonaro durante su gobierno. De hecho, en campaña prometió a las iglesias que no aprobará el aborto. La propuesta de “desmonte cero” en la Amazonía, caen en esa bolsa de promesas poco posibles de cumplir en un gobierno aliado a la derecha neoliberal.
Los bloqueos de rutas bolsonaristas fueron enfrentados por trabajadores y sectores populares que demostraron como combatir el avance de la derecha reaccionaria: en las calles. Algo difícil para la conducción de la CUT y el PT que están atados a los acuerdos con que el viejo dirigente metalúrgico selló su candidatura.
El espejo en el que intenta verse el FDT, que apuesta a replicar el triunfo, pírrico, de Lula el próximo año, devuelve el reflejo de una coalición que prometía llenar la heladera aliándose con sectores de derecha para “sacar a Macri” y termino entregando el gobierno a Sergio Massa y aplicando al agenda de la derecha.
Pero el espejo de Brasil es el mismo que podríamos replicar en todos los “progresismos” de latinoamerica, dispuestos a perecer ante una correlación de fuerzas que cuestionaron de palabra pero no buscaron combatir en los hechos, sino que lo profundizaron y consolidaron, acatando el consenso neoliberal impuesto en los noventa. Geraldo Alkhim, el vice de Lula, es testimonio evidente de ello.
Por ello, PASO si, PASO no, el verdadero debate de cara al 2023 es quien ganará la puja distributiva: ellos o nosotros. Es decir, si la clase trabajadora se organiza para dar pelea por sus reivindicaciones con independencia de las variantes políticas patronales, o si volveremos a perecer ante el malmenorismo y la derecha.
Por ello, desde el PTS en el FIT, queremos poner en pie 100 asambleas abiertas en todo el país. Donde trabajadores, mujeres y la juventud, pongamos en discusión como organizarnos y tomemos resoluciones para conquistar nuestras demandas.
Este viernes 4 marcharemos como cada cuatro contra el saqueo megaminero y por la libertad de las presas políticas mapuche que aún continúan detenidas luego del brutal operativo en Villa Mascardi. Esta semana dialogamos desde La Izquierda Diario con Andrea Despó sobre lo que sufrió durante su detención y sobre la importancia de esta pelea elemental por las libertades democráticas contra los atropellos del poder.
Por la tarde-noche nos juntamos en nuestro local de Urquiza 458 para ver “1985” y debatir sobre el legado de la dictadura genocida y su actualidad, a partir de las 21 horas.
Todas estas actividades están atravesadas por la invitación a que el próximo 11 a las 18 seamos decenas organizándonos en al Asamblea Abierta del PTS en Trelew, que también será en nuestro local y a la cual te invitamos a sumarte. |