En pocos días más volveremos a ver en las pantallas el espectáculo televisivo que desde 1978 se viene realizando y que se presenta como una campaña solidaria en beneficio de las Personas con Discapacidad. Como ocurre con muchas instituciones y prácticas que se mantienen desde la época de la dictadura, este espectáculo naturaliza la vulneración de derechos sobre quienes somos vistos como personas dignas de caridad o héroes que servimos de ejemplo porque sobrellevamos una “tragedia personal” y nos muestran como un ejemplo de superación individual invisibilizando las enormes barreras y desigualdades que afectan a la mayor parte de las Personas con Discapacidad y de las que el Estado no se hace cargo de manera efectiva.
No cuestionamos la obra del Instituto Teletón (el Instituto de Rehabilitación Infantil que existía desde el año 1947 y luego fue asociado a la campaña televisiva) ni a los profesionales que hacen un excelente trabajo, estamos en contra de la forma y el daño a la imagen del ciudadano con discapacidad. Pero como Personas con Discapacidad, familiares y cuidadoras/es nos oponemos a perpetuar un enfoque de caridad que se encarga de recaudar dinero mediante la lástima.
En 2016, el Comité de los derechos de las personas con discapacidad ONU examinó el informe inicial de Chile sobre el complimiento de nuestros derechos en el país (CRPD/C/CHL/. La revisión dejó de manifiesto la preocupación del Comité por el incumplimiento a la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad al no reconocerlas como sujetos de derecho, a pesar de haber firmado dicho compromiso el año 2008.
El Comité señala explícitamente que los esfuerzos del Estado parte (Chile) para combatir los prejuicios y estereotipos negativos de las personas con discapacidad continúan siendo insuficientes, dada la existencia de campañas como Teletón, receptora de fondos públicos, que refuerzan el modelo asistencialista hacia las personas con discapacidad. El Comité alienta al Estado a combatir los estereotipos y la discriminación en medios de comunicación, e impulsar campañas públicas de promoción de las personas con discapacidad como sujetos de derechos humanos, declarando además que los fondos públicos no deben ser utilizados para propósitos contrarios.
Las campañas para recaudar fondos que refuerzan estereotipos y visiones centradas en la “tragedia personal” son un daño sistemático a nuestra calidad de vida y entregan la responsabilidad de generar políticas públicas eficientes a particulares que, además, usufructúan de ello. Lo mismo ocurre con la imagen de superación heroica por el esfuerzo titánico de hermanas y hermanos en la discapacidad que invisibilizan las reales condiciones de exclusión que vivimos mayoritariamente las Personas con Discapacidad en todas las áreas a causa de las barreras que nos presenta el actual modelo de sociedad. El Estado de Chile no está cumpliendo como garante de nuestros derechos y avala estas prácticas perjudiciales. No podemos quedarnos indiferentes ante esa irresponsabilidad.
Esperamos que en vez de perpetuar un espectáculo televisivo una vez al año, nos incluyan de manera digna en los medios de comunicación en forma permanente y que la solidaridad se materialice en una nueva institucionalidad del Estado que garantice nuestros derechos y la igualdad sustantiva de las Personas con Discapacidad.
¡Por respeto a nuestra dignidad y por una verdadera inclusión en igualdad, no más limosnas!
*¡Somos sujetos/as de Derechos no de Caridad! | 
