“Tiempo robado: Pobreza de Tiempo, productividad y acumulación capitalista”, así se titula el reciente Documento de Trabajo de la Fundación Sol, elaborado por las investigadoras Francisca Barriga, Andrea Soto y Gonzalo Durán.
Puedes leer el informe completo aquí:
Según el estudio los analistas resumen que “Durante la última década la productividad en el país ha aumentado, lo que no se ha traducido en mejoras materiales significativas para la clase trabajadora, ni en términos salariales ni en términos de reducción de las jornadas laborales. Esto se debe a que el excedente del aumento de producción ha ido, principalmente, a incrementar el capital de la elite mercantil en desmedro de los y las trabajadoras”.
Señalan a continuación que “El trabajador/a financia su propio trabajo y además ganancias para el capital. De una jornada laboral de 8 horas, solo 3 horas de trabajo están destinadas al salario y 5 a las ganancias del capital. Si se tiene en cuenta la rotación del capital, las cifras son de 7 horas para el empresario y solo una para el trabajador/a”.
Si bien estos datos resultan sumamente interesante, el estudio se explaya a propósito de la hipotética reducción de la jornada laboral a 40 y de cómo ésta impactaría en la pobreza de tiempo que tienen actualmente hombres y mujeres trabajadoras, estableciendo que, por las horas que la población destina al trabajo remunerado y al trabajo doméstico, actualmente “aproximadamente 1 de cada 3 hombres, y 1 de cada 2 mujeres, no cuentan con horas suficientes para cubrir un umbral básico de tiempo para cuidados personales, descanso, ocio y tiempo libre”.
Señala, así mismo “En esta tarea el fortalecimiento de los sindicatos es central, ya que sopesar el poder de la patronal permite reducir niveles de desigualdad y habilitar la redistribución del poder y la riqueza. Además de poder negociar en igualdad de condiciones las propuestas de jornadas que respondan a las necesidades de sectores productivos y la realidad de cada espacio laboral”.
Finalmente, concluye el estudio, que “a pesar de que las políticas públicas pueden actuar como dinamizadoras en un escenario de retrocesos de las fuerzas de los y las trabajadoras, es urgente pensar en el fortalecimiento del actor sindical evidenciando el conflicto que existe en el empobrecimiento relativo de la clase en distintas dimensiones”.
La reducción de la jornada laboral es una demanda urgente, que diversos expertos estiman como beneficiosa en múltiples ámbitos, sin embargo, tal y como establece el estudio, la actual reforma resultaría insuficiente para garantizar el derecho al descanso y al ocio para miles de familias trabajadoras.
Son medidas urgentes, pero se requiere ir mucho más allá, para ello es necesario afectar las ganancias de los capitalistas y grandes empresarios que roban el tiempo y la vida a millones de trabajadores, literalmente se apropian de 5 horas de trabajo y de la riqueza que éste genera, mientras las familias trabajadoras viven con migajas que apenas alcanzan para llegar a fin de mes.
Es correcto lo que señala el estudio sobre el rol que le toca a los sindicatos y las organizaciones obreras en esta lucha por el tiempo, sin embargo, estas organizaciones están plagadas de dirigentes cooptados por el gobierno o bien dirigidos por pequeños círculos mafiosos. Por lo mismo, otro desafío, es prepararse para recuperar los sindicatos de estas camarillas de burócratas sindicales y que son un freno para que los trabajadores luchen por recuperar el tiempo robado. |