El Círculo Rojo |
La agenda olvidada: ¿cómo se vive en la Argentina?
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El Indec difundió datos sobre las graves condiciones de vida de los hogares. Columna de economía de El Círculo Rojo, un programa de La Izquierda Diario en Radio Con Vos, 89.9. En texto y audio. |
Link: https://www.laizquierdadiario.com/La-agenda-olvidada-como-se-vive-en-la-Argentina
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Foto: Télam.
- Se sabe que la situación social es muy crítica. Este martes se conocieron datos del Índice de Salarios del Indec que exhiben a las claras el retroceso del poder de compra en los últimos años, en todos los segmentos laborales.
- Pero el retroceso es muy fuerte entre los informales, cuyo salario real en agosto se encontraba más de 35 puntos porcentuales por debajo de su nivel de octubre de 2016. Una parte no menor de esa caída se explica por lo que ocurrió en los primeros ocho meses de este año.
- Esa es un fragmento de la realidad social, el que tiene que ver con el día a día, con llegar o no a fin de mes. Igual o más grave es el panorama cuando se observan datos que dan cuenta de las condiciones estructurales de vida. Este jueves 3/11 el Indec publicó estadísticas que exhiben varios aspectos de la grave situación en las condiciones de vida de los hogares.
- Veamos algunas de esas estadísticas relevadas en 31 aglomerados urbanos del país.
- En el primer semestre de este año en relación a las características habitacionales surge que el 19% de los hogares no contaba con una calidad suficiente en los materiales de construcción. Viven en viviendas precarias.
- Además, se registraron medio millón de hogares (5,3% del total) que habitan cerca de basurales y alrededor de 700 mil hogares que habitan cerca de zonas inundables. Esto afecta a 1,9 millones de personas en el primer caso y 2,4 millones en el segundo caso.
- En relación a los servicios públicos, se observó que más del 10 % de los hogares no tienen acceso a agua corriente, más de un 30 % no accede al gas de red y un 26 % no cuenta con desagüe cloacal.
- Pero, cuando se consideran en simultáneo los tres servicios, resulta que el 44 % de los hogares no tiene acceso a alguno de ellos. Se trata de 4,3 millones de hogares donde viven más de 14 millones de personas que carecen de acceso a alguno de los servicios públicos.
- El Indec también señaló que el 22 % de los hogares son inquilinos. Es decir, no tienen vivienda propia. Esto comprende a 2,2 millones de hogares y a casi 5,5 millones de personas. A la vez, existen 2,5 millones de personas que son ocupantes de la vivienda. De conjunto, estos números muestran que no se cumple el derecho al acceso a la vivienda establecido en la Constitución Nacional.
- Siempre, es importante recardar, que estos números corresponden a los 31 aglomerados urbanos que releva el Indec, pero son más elevados si se extienden a todo el territorio.
- El organismo estadístico también realiza un entrecruzamiento entre condiciones de vida y la condición de pobreza. Allí se ve nítido que las personas pobres e indigentes tienen las peores condiciones de vida.
- Por ejemplo, solo el 24 % de las personas indigentes cuenta con acceso a los tres servicios públicos (agua, gas y cloacas) mientras el 76% no accede a alguno de estos servicios. También son mayormente estas personas las que habitan cerca de basurales y zonas inundables. Y, aunque, en general, son elevados los niveles de asistencia escolar, las personas indigentes cuentan con peor clima educativo en el hogar.
- Cuando se ve la evolución en los últimos años (el comunicado del Indec muestra información desde 2019) el resultado es que la mayoría de los datos son invariantes. Es decir, que se trata de una realidad social, grave, profunda, pero que no parece evolucionar en sentido positivo.
- Es como que se naturalizó que en este país no hay soluciones para estos déficits que dan cuenta de la existencia extendida de condiciones de pobreza estructural.
- De hecho, las estadísticas que publicó el Indec casi que pasaron desapercibidas en la esfera pública. Todo un síntoma de que al régimen capitalista argentino no le importa, no ya dar soluciones, sino ni siquiera simular algún interés.
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