Huesera es la opera prima de la directora Michelle Garza Cervera. Se presentó en varios festivales internacionales, Tribeca, donde ganó el premio a mejor directora nueva; en Sitges, el premio de la crítica; y en Morelia, el premio de la audiencia. Se presenta ahora en Competición Latinoamericana en la 37ª edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.

Valeria (Natalia Solián) se entera que está embarazada a pocos minutos de comenzar la película, y partir de allí, las ansiedades comienzan y aumentan con cada minuto del metraje. La película enmarca la situación de Valeria en dos frentes distintos. Por un lado, la protagonista, a través de flashbacks, revive su vida antes de ponerse en pareja con Raúl (Alfonso Dosal). Lo cual parece en principio un raconto de un mundo diferente al que habita ahora: “aspiracional” como la tilda su hermana, quien posee dos niños. También es acorralada por insinuaciones, o insultos directos, acerca de su incapacidad para afrontar una futura maternidad. Bajo esta mirada la película pareciera enmarcarse en un drama de una mujer cuestionada a través de mandatos patriarcales.

Pero hay otro ámbito de la película, al que no tardamos en asistir: una suerte de fenómeno supernatural que acosa a Valeria, la huesera, una leyenda del folclore mexicano que cuenta que una mujer luego de recoger huesos, transforma a estos en mujeres. La leyenda mexicana sirve aquí para enmarcar los miedos, tribulaciones y el tronar de dedos de Valeria, quien parece ser perseguida por una criatura que la ataca y vuelve cada momento de su vida cotidiana un calvario. El resultado no es sólo un thriller, es un descenso de Valeria al horror, al desmoronamiento de su vida interpersonal y su salud mental.

Así ensamblados ambos elementos temáticos de la película, nos encontramos con es el desdibujamiento del personaje principal. La Huesera atormenta a Valeria haciéndola cuestionarse esa nueva vida, quizás más aburguesada y cómoda, pero menos interesante y real. La huesera, si bien es un tormento para la protagonista, es también un símbolo de liberación de las ataduras que tanto ella como su familia, su pareja y la sociedad le han impuesto, quizás sin que ella se haya dado cuenta, como por sorpresa, así como la ataca la huesera.

Próximas funciones:

Viernes 4, 20:50 hs., Paseo Aldrey (Sala Aldrey 5)
Sábado 5, 20:10 hs., Paseo Aldrey (Sala Aldrey 1)

Entradas: Se pueden adquirir a $200 a través de miboleteria.com y la página oficial del Festival. ($100 para estudiantes y jubilados únicamente por boletería presentando carnet).