La semana pasada el partido de Parisi se ponía en el centro de la noticia. Junto a la Democracia Cristiana decidieron romper el acuerdo administrativo que le entregaba la presidencia de la Cámara de Diputados a la parlamentaria del Partido Comunista Karol Cariola.
El Partido Comunista no opuso mucha resistencia para bajar la presidencia de Karol Cariola, señalando que no existían las condiciones en el país para que un comunista asumiera la testera de la Cámara, según declaró el propio Guillermo Tellier.
Con esta movida varios políticos y analistas se apresuraron a ubicar al Partido de la Gente como un partido bisagra en el congreso, en donde podría inclinar la balanza. Tanto así que inclusive se empezó a discutir en los pasillos del parlamento que la nueva testera podría quedar en manos del mismo Partido de la Gente.
La derecha empezó a sacar cuentas del golpe asestado al PC e incluso empezó a promover la candidatura de Victor Pino (PDG). Sin embargo, la situación volvió a cambiar esta semana. El PGD, que partió siendo bisagra, terminó con la bancada quebrada y con amenazas de expulsión.
Lo anterior ocurrió luego que la bancada se partiera en los votos, con Pino, además de Yovana Ahumada, Roberto Arroyo, Enrique Lee, Gloria Naveillán, cuadrándose con la derecha, Gaspar Rivas ausentándose de la votación y Rubén Oyarzo, Francisco Pulgar y Karen Medina inclinándose por Vlado Mirósevic, de gobierno, diputado del Partido Liberal y ex vocero de la campaña del Apruebo.
¿Incomodando a la élite?
El PDG salió al paso de esta crisis mediante una declaración pública acusando su quiebre interno y justificándolo en la intromisión de la “clase política” la cual habría usado al partido para sus intereses. Sin embargo, esta postura obvia que la crisis es producto de la propia adaptación del PDG a la política tradicional.
Entraron a la maquinaria parlamentaria bajo un discurso antipolítico, declarando ser “ni de izquierda, ni de derecha”, declarando incomodar a la élite, sin embargo, tras un par de meses en el congreso han demostrado ser más de lo mismo, se han sumado al espectáculo al que nos tienen acostumbrados los parlamentarios mientras el pueblo trabajador y pobre sigue viendo como decaen sus condiciones de vida.
La resolución de las urgentes necesidades populares no vendrá de la mano de los políticos tradicionales, por muy “antipolíticos” que se pinten, que debaten el turno para las sillas musicales del congreso mientras llenan sus bolsillos con dietas millonarias.
Los trabajadores y el pueblo tenemos que confiar en nuestras propias fuerzas para procurar que la crisis que estamos viviendo no las paguen nuestras familias.
Dauno Tótoro, del Partido de Trabajadores Revolucionarios, se refirió en el programa Sin Filtro sobre la crisis del PDG y el show televisivo del congreso durante esta semana.
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