Tras agotar los intentos de diálogo para arreglar mejoras en sus condiciones de trabajo, desde el Sindicato de Trabajadores Municipales de Esteban Echeverría (STMEE) decidieron visibilizar sus reclamos por medio de una movilización en la plaza Bartolomé Mitre frente al municipio. En diálogo con la Izquierda Diario Nélida Haye, secretaria general del sindicato, así lo manifestó: “tenemos los sueldos depreciados desde hace años. Después de tantos años de lucha conseguimos en 2014 la sanción de la ley 14.656 que nos reconoce el derecho a tener paritarias y un convenio colectivo de trabajo. Por decisión del intendente y los 24 concejales de la oposición y el oficialismo (N. de la R: Frente de Todos y Juntos por el Cambio) nos dieron un aumento que significan dos kilos de carne”.
Por otra parte, agregó que “la gestión busca confundir y dividir a los trabajadores en lugar de sentarse y dialogar. Desde el sindicato decidimos definir un primer reclamo que es movilizarnos a la plaza principal del municipio para visibilizar con los vecinos cuales son nuestras problemáticas además del salario”.
En un municipio -como en tantos otros- donde la verdadera grieta es entre los ricos que viven en barrios privados y los sectores populares que trabajan cada vez más y cobran cada vez menos, la crisis durante y después de la pandemia se volvió cada vez más aguda. En la movilización de ayer se pudo ver, por ejemplo, a una trabajadora que con su megáfono denunció no solo el problema del salario sino la condiciones en las que trabajaron y trabajan tras haber estado en la primera línea durante el bienio 2020-2021, entre sus reclamos sostuvo: “pensar que nosotros no nos podíamos enfermar porque teníamos que cuidar al distrito. Mucha gente sin nosotros no hubiera podido comer, no hubiera podido recibir medicamentos. nosotros vacunamos, nosotros hisopamos, nosotros asistimos. Seguimos trabajando para mantener limpio el distrito y hoy el señor intendente no lo recuerda”. A viva voz, siguió reclamando por no tener los elementos básicos de trabajo: “trabajamos sin tener los elementos de trabajo, sin tener la ropa ni los zapatos de seguridad, sin tener herramientas.Sin tener elementos de prevención, sin insumos en las unidades sanitarias. Cobramos 38.000 pesos ¿Quien puede tener un básico así?”
Omar, delegado del sector luminarias, también se acercó para hablar con este medio y contó que “en nuestro sector de trabajo los camiones no están en buenas condiciones, ninguno tiene la verificación técnica. Además estamos reclamando los adicionales de chofer y que nos paguen la categorización de electricista o de chofer, que en este momento no lo están pagando. El trabajo de riesgo en altura tampoco nos está pagando: trabajamos en las alturas y con electricidad”.
Teresa, trabajadora de la salud comentó: “hace más de 25 años que trabajo en el municipio, soy licenciada en enfermería, tengo 62 años y ya estoy para jubilarme. He mandado 3 cartas al intendente, he hablado personalmente con él, además soy esposa de un ex combatiente pero nunca me pudo atender. Espero que tenga él la tristeza que tenemos todas las enfermeras, que nunca fuimos reconocidas”.
Alba Cristaldo, secretaria gremial del STMEE. Soy empleada administrativa hace veinte años y todavía tengo categoría 13 inicial. Estamos peleando por la junta de calificación y ascenso, hace 25 años que no hay ascensos. Yo soy administrativa de la secretaría de gobierno, mi sueldo es de $38.115, no tengo ningún tipo de bonificaciones y de bolsillo me estoy llevando $45.000 por mes. Yo creo que a esta altura el intendente Fernando Gray cree que somos hormigas y que podemos vivir con migajas. No tiene respeto hacia el trabajador, se ve que somos un número. En la pandemia éramos esenciales, se ve que para él ya no lo somos”.
Una trabajadora del laboratorio que funciona en el hospital Santamarina también describió en la misma sintonía que el resto cuales son las condiciones en las que trabajan: “atendíamos 500 pacientes por día, éramos solamente dos administrativas. Teníamos que ingresar a los pacientes a las 5 de la mañana. Cargábamos cuatro horas y después hacíamos el recupero de obras sociales. Cuando comenzamos a reclamar nos empezaron a apretar diciéndome que si me tomaba mis días de estudio (yo estudio en la facultad de Lomas de Zamora) no me los iban a dar, que me iban a trasladar a otro lado y que la gente que estudia no les servía. Trabajamos 40 horas semanales (8 por día), yo me llevo $50.000 pesos por mes teniendo dos nenes y siendo madre soltera. La obra social no me cubre nada y me descuentan un montón de plata. No me dan la comida, no me pagan el desayuno, no me dan el viático. No sé quién puede vivir con este sueldo. El hospital es demasiado chico para lo que es el distrito. Las condiciones son muy malas. Ayer estuvimos en una reunión con el delegado de luminarias y resulta que a ellos los hacen salir con los camiones sin la verificación técnica. Ellos no quieren salir pero los obligan igual. Cuando trabajás así es hasta un maltrato psicológico. Espero que esto realmente sirva y que nos escuchen. Esto no es de ahora, hace veinticinco años que estamos así”.
Unir los reclamos para golpear como un solo puño
Como lo demuestran los testimonios de los trabajadores, el camino es la movilización y la coordinación de los distintos sectores en lucha.
Desde La Izquierda Diario nos acercamos a apoyar el conflicto como hemos hecho con docentes, ferroviarios, organizaciones sociales, neumático, residentes del sector de salud, etc. También somos parte de la convocatoria este fin de semana a más de cien asambleas abiertas en todo el país donde se debatirá, entre otras cosas, la propuesta para impulsar una Coordinadora Nacional de ocupados/as, desocupados/as y sectores en lucha para discutir democráticamente un plan para enfrentar el ajuste del gobierno y del FMI.
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