Quizás haya sorprendido a algunos la foto de la semana pasada donde la candidata de “Progresistas” se sentó al lado de Mauricio Macri, el día que los presidenciables de la oposición tradicional se reunieron en el Sheraton para exigir la reforma del sistema electoral actual luego del escándalo por las elecciones fraudulentas en la provincia de Tucumán.
En varias notas de La Izquierda Diario se denuncia la política de estos opositores, tan amigos de las maniobras fraudulentas como sus pares del Frente Para la Victoria. En el caso de Margarita Stolbizer, aunque su imagen es la de alguien que gusta aparecer como líder de la “democracia”, tampoco se trata de una exageración. Stolbizer tiene una trayectoria.
Como parte del gobierno de Fernando De la Rúa fue una de las diputadas que votó la ley laboral de las coimas a los senadores con la Banelco. Pero no es el único “pecado” que carga en su curriculum. El 29 de marzo de 2001 el gobierno de la Alianza lograba que el Congreso le otorgue “superpoderes” a su ministro de Economía, el ultra neoliberal Domingo Felipe Cavallo. Los “superpoderes” significaban una especie de “suma del poder público” al Ejecutivo que podía dictar leyes sin necesidad de consultar al Congreso.
Las facultades que consiguió Cavallo fueron enormes. Los superpoderes duraban un año, habiéndolos pedido el ministro, entre otras razones, para encarar, una reforma del Estado. La lista de atribuciones concedidas era larga.
Cavallo podía garantizar con activos públicos el pago de la deuda así como nuevos préstamos que acordase el país teniendo exclusiva prioridad los organismos internacionales de crédito. Los organismos públicos podían ser fusionados, transferirse a las provincias o transformarse en sociedades o empresas lo que incluía su privatización o concesión. La ley de Ministerios podía cambiarse con lo cual Cavallo podía decidir traspasos o que haya más o menos ministerios. Respecto a la política impositiva podía establecer nuevas o bien eliminar viejas exenciones. El Congreso también habilitaba al ministro, entre otras atribuciones, a reformar o derogar leyes y normas que según su criterio fueran perjudiciales para la competitividad de la economía. Aunque no logró derechos para privatizar el Banco Nación, empresas públicas y universidades sí podía por ejemplo avanzar en la privatización del PAMI o el ANSeS.
El día de la votación en Diputados, el 27 de marzo, se logró la aprobación de los “superpoderes” gracias a 119 votos afirmativos contra 102 negativos, 4 abstenciones y 31 ausentes.
Margarita Stolbizer, en ese entonces diputada nacional de la Alianza por la provincia de Buenos Aires, fue una de las que votó esta ley de absoluto corte reaccionario que le otorgaba a Cavallo la posibilidad de conducir el país a su antojo. Sólo intervino en esa sesión, como parte del oficialismo que presentaba el proyecto de ley, para contestar negativamente una duda planteada por un diputado de la oposición respecto a si los “superpoderes” habilitaban a privatizar TELAM, ATC y Radio Nacional. |