Hace algunas semanas se conoció que Meta dejaría 11.000 empleados sin trabajo. Mark Zuckerberg justificó los motivos en una carta. Elon Musk, multimillonario dueño de Twitter, echó por mail a 3.500 empleados: “no hay otra opción” dijo sin vergüenza.
Pero la realidad es que en el mundo de las grandes tecnológicas los ajustes son mucho más extendidos. Según un informe de IProUP, otras empresas también están recortando:
BitMEX, Galaxy Digital y Dapper Labs también anunciaron desvinculaciones.
Según la plataforma Layoffs a esto hay que sumarle más de 120.000 trabajadores de startups despedidos por 776 compañías en 2022. Y aún el año no terminó.
A los miles de trabajadores y trabajadoras despedidos se suman cientos de profesionales que prestaban servicios de forma “independiente”.
Según especialistas, el motivo sería que algunas empresas habían “crecido mucho” durante la pandemia. Además se trata de empresas impulsadas por otros negocios financieros. Según IProUP, "el mercado hizo correcciones en términos de valor, ya que muchas tecnológicas están valuadas no por el flujo de fondos que producían sino por lo que se esperaba que valdrían a futuro. Al encarecerse el costo del dinero por la suba de tasas, los fondos que provienen de Wall Street se recortan". O sea que la crisis internacional también golpea a uno de los sectores dinámicos de los últimos tiempos.
Algunos especialistas intentan calmar las aguas. Dicen que los recortes comenzaron por los oficios “no tecnológicos” y comenzó en áreas periféricas de las empresas. Y que la Argentina no sería la más damnificada porque, justamente, las empresas norteamericanas o europeas prefieren contratar técnicos de otros países que cobran salarios inferiores (aunque “buenos” para la situación en nuestro país).
De cualquier manera, un ajuste a los trabajadores de Meta, Twitter, Netflix o Amazon, más temprano que tarde afectará a sus empleados y empleadas en todo el mundo.
Pero contra la "viralización" de los despidos, también vienen surgiendo fenómenos de organización entre los trabajadores de ese sector. Lo vimos en Google o Amazon, donde vienen creando sus sindicatos y encabezando reclamos. El capitalismo 4.0 también genera nuevas resistencias y luchas.