El "anuncio importante" que prometía Trump para este martes, finalmente sucedió y frente a centenares de invitados afirmó que sería candidato en las presidenciales estadounidense del 2024. Fiel a su estilo provocador y derechista declaró que quería volver a la Casa Blanca para "devolver a gloria a un país en decadencia e invadido por millones de personas de otros lugares”, reafirmando su política antiinmigrante. Política que el demócrata Biden continuó.
De esta manera el republicano buscó adelantarse a sus posibles rivales en las primarias que se realizarán en el verano boreal.
Mientras tanto ya se sabe que en las pasadas elecciones de medio término, el Partido Demócrata se quedó con el control de la Cámara Alta, debido a que la demócrata Catherine Cortez Masto retuvo la banca del Senado de Nevada contra los pronósticos previos. Cortez ganó con los votos emitidos por correo, superando al candidato trumpista Adam Laxalt.
En esa cámara quedaron 50 a 49 (para los republicanos). Aunque el 6 de diciembre la elección del estado de Georgia arroje un resultado favorable para el Partido Republicano, Biden se quedará con el voto del desempate en manos de su vicepresidenta Kamara Harris, que por su cargo ejerce la presidencia del Senado.
Esto y el estrecho margen por lo cual los republicanos ganaron la Cámara de diputados -225 contra 220 de escaños demócratas-, dejó a Trump (que en la campaña electoral había prometido una gran marea roja -por los colores de los republicanos- ) en una posición de debilidad dentro de su propio partido. Incluso los resultados dejaron bien posicionado a un fuerte rival para el ultra derechista ex presidente. Se trata de Rom DeSantis (un Trump con buenos modales) reelegido gobernador de Florida, el segundo estado más poblado después de Texas.
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Ya la semana pasada varios miembros de su partido le habían pedido a Trump que esperara para su anuncio para el año que viene, porque les preocupa que si seguía adelante con su anuncio podría allanar el camino para una repetición de las derrotas de los republicanos en Georgia en 2021. Tal es así que el estratega republicano David Urban, exasesor de Trump, dijo que la marca Trump está herida sin importar lo que diga el expresidente.
Pero a pesar de esas declaraciones, a tono con la opinión de gran parte de los dirigentes de ese partido, Trump conserva su popularidad entre las bases.
De todos modos el resultado de las elecciones pasadas lo deja a DeSantis bien ubicado como una alternativa a Trump en las primarias presidenciales del partido republicano. Esto fue recibido con cierto alivio en el establishment imperialista norteamericano, que ve con preocupación el posible retorno de Trump a la Casa Blanca en 2024. Sobre todo en un momento en que el imperialismo estadounidense, con su rol en la guerra de Ucrania, había recuperado el liderazgo sobre los aliados europeos para su disputa con China.
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