En asamblea, y como parte de la ruta de lucha de paros escalonados, la comunidad de la FFyL decidió impulsar un paro de 72 horas que abarcaría los días 10, 11 y 14 de noviembre, esto debido a que las demandas del pliego petitorio de la facultad no han sido resueltas en su conjunto; incluso el estudiantado propuso a la dirección la resolución de las exigencias mínimas del pliego petitorio (entre las que destacan aumento de insumos para los baños del anexo y la facultad, y la apertura de la entrada del jardín de los cerezos), algo que no fue cumplido, y habla de la poca voluntad de resolver las problemáticas y lo poco que les interesa las mismas. También se denunció que las autoridades están intentando quitar le salone un espacio ocupado por disidencias y mujeres de la FFyL.
Además de dichas exigencias, el paro se realizó en el marco de la convocatoria a paro para el 14 de noviembre de la asamblea interuniversitaria.
Las autoridades, lejos de escuchar y respetar los acuerdos de la asamblea, difundieron comunicados para desinformar al estudiantado y a les docentes, en lo que decían que el paro concluía el viernes, lo que derivó en una serie de ataques hacia les estudiantes que continuaron con el paro. Una clara medida para confrontar a la comunidad y deslegitimar la lucha estudiantil.
Este martes 15 de noviembre, estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras, entregaron las instalaciones. Una vez entregada la facultad, lo primero que hicieron los directivos que acudieron a recibir las instalaciones fue acusar al estudiantado por la desaparición de equipo de cómputo y de maltrato del salón de estudio. Las acusaciones se fundamentan en que “es responsabilidad de los paristas el cuidado de las instalaciones”. Dicho salón, en el que se encontraba el equipo de cómputo que señalan, era de difícil acceso para el estudiantado que resguardaba las instalaciones, cosa que deja en claro el ataque directo a lxs estudiantes organizadxs que mantuvieron el paro, además de que en dos ocasiones (una durante la noche del 14 de noviembre y la segunda al entregar las instalaciones) se hizo constar que todos los sellos para el resguardo de las instalaciones estaban intactos.
Los directivos continúan replicando la misma fórmula de criminalización a les estudiantes mientras las exigencias de la comunidad organizada. Inicia la persecución por falsas acusaciones a estudiantes, mientras las altas esferas de la universidad, que se mantienen más reaccionarias y menos dispuestas a abandonar sus privilegios, continúan despilfarrando el presupuesto universitario.
La reacción de los directivos de la FFyL se da en un contexto de mucho cuestionamiento a las autoridades de las distintas universidades del país, al que se le suma una serie de movimientos contra la mala gestión del presupuesto a distintos niveles: por un lado, a nivel gobierno, se le destinan mayores recursos a la militarización; y a nivel Universidad, los altos directivos y “vacas sagradas” (un reducido sector de académicos que acaparan la mayoría de los recursos destinados a la investigación) se niegan a abandonar sus salarios altísimos mientras las condiciones de lxs trabajadorxs, estudiantes y docentes se precarizan cada vez más.
El rechazo al aumento salarial del 20% al STUNAM, a pesar de la crisis inflacionaria por la que atraviesa la clase trabajadora, la inestabilidad laboral que vive el profesorado, los oídos sordos hacia las demandas estudiantiles y la nula cooperación de las autoridades por atender los problemas de violencia en CCH sur, son problemáticas que la Universidad, lejos de resolver, busca la forma de desarticular y ahogar en un eterno “diálogo” (como pasó en las mesas de la FCPyS, donde la directora frenó las exigencias por medio del desgaste), o avanzar en la criminalización o la represión directa como el caso de la FES Acatlán.
Nos oponemos a la persecución contra estudiantes organizadxs de la Facultad de Filosofía y Letras, FES Acatlán, a los profesores en lucha de la facultad de ciencias y el constante ataque que sufre la educación pública y gratuita a nivel nacional, como es el caso de Beatriz, estudiante de la Escuela Normal Rural Licenciado Benito Juárez de Panotla, asesinada por policías estatales.
Urge la coordinación de todas las escuelas, para hacer frente a la represión y exigir la resolución de todas nuestras demandas. |