En la marcha del 26 de septiembre se hizo visible la participación de estudiantes normalistas de la CDMX exigiendo justicia por el caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa; posteriormente, docentes pertenecientes a la Agrupación Magisterial y Normalista Nuestra Clase, nos dimos a la tarea de establecer un diálogo permanente, que también aporte a la organización de las y los estudiantes para luchar, en unidad, en contra de las distintas problemáticas que aquejan a las Escuelas Normales y, por ende, a la educación del país.
Este proceso ha sido muy sorprendente, ya que, distinto a lo que quieren hacernos creer sobre que a los jóvenes no les importa su futuro, estas nuevas generaciones demuestran todo lo contrario poniéndose al frente de la organización y desarrollo de acciones concretas a favor de la educación pública y gratuita.
Y cómo no van a querer organizarse, si la realidad es que el gobierno y la SEP les niegan la educación que merecen, con escuelas que carecen de servicios básicos (agua, luz, internet, etc.), instalaciones que carecen de mantenimiento, dañadas por los sismos, con presupuestos bajos y sin transparencia en su administración, evidenciando la corrupción existente desde la administración de puestos directivos hasta las altas esferas, además con más represión a las escuelas normales rurales.
Uno de los problemas que más los afecta —y que vienen denunciando— es que la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros (USICAMM) pone todo tipo de trabas para acceder al servicio docente, imponiéndoles cursos a contraturno, algunos tienen costo fuera de sus posibilidades económicas e, incluso, exige experiencia laboral docente; sin embargo, aunque las y los alumnos cumplan con todos esos requisitos, las autoridades siguen negándoles este acceso, mientras que, a los que sí logran acceder a un lugar en alguna escuela, les ofrecen muy pocas horas, con contratos temporales y la excusa de que "no hay plazas"; por más que sabemos el enorme faltante de maestros en las instituciones educativas.
Con algunas normalistas, nos sumamos al movimiento estudiantil que se estaba forjando en las universidades y desde el nivel medio superior, mediante las asambleas interuniversitarias. Ahí fuimos sacando lecciones del paro de trabajadores de la Benemérita Escuela Nacional de Maestros (BENM), quienes exigían mejores condiciones de la institución normalista, así como un trato digno hacia ellos; pero, la respuesta de las autoridades fue usar distintas formas de romper con la organización estudiantil.
A raíz de esto, se convocó a la Asamblea Internormalista de la CDMX el pasado 12 de noviembre, en donde hubo participación de normalistas de la BENM, la Escuela Normal Superior de México (ENSM), la Escuela Normal de Especialización (ENE) y la Escuela Superior de Educación Física (ESEF), además de docentes de Nuestra Clase.
Cabe señalar, que las autoridades de la BENM no nos otorgaron un auditorio o espacio para llevar adelante nuestra asamblea, aunque se les solicitó con anticipación y, por lo tanto, se decidió que la haríamos en la explanada; por lo que, la directora y los subdirectores fueron a interrumpirnos en dos ocasiones para preguntar lo que hacíamos y, según ellos, para cerciorarse de que no fuéramos ladrones, criminalizando e intentando coartar de esta manera la libertad de organización, además de que intentaron justificarse sobre el por qué no pudieron prestarnos el auditorio.
En la asamblea se dialogó sobre el aumento de la militarización en el gobierno de la 4T, llegando a la conclusión de que a eso, y a los megaproyectos, se les destina un jugoso presupuesto en lugar de otorgarlo a necesidades sociales fundamentales como la educación, la cultura y la salud.
También se intercambió acerca de cómo el normalismo históricamente ha enfrentado la represión y la criminalización por parte de las autoridades en sus diferentes niveles, con más hostigamiento, violaciones, masacres, desapariciones forzadas, asesinatos, etc. Particularmente, se abordó el tema de la represión reciente a las compañeras y compañeros de Panotla, Teteles y Ayotzinapa, como parte del entramado para liquidar a las normales rurales y, con esto, a la educación pública.
En otro punto se abordó la importancia de la organización de los consejos o comités estudiantiles, para que sean realmente representativos, democráticos y que sean espacios donde puedan dialogar, reflexionar y actuar ante las problemáticas de las escuelas.
Uno de los últimos puntos tratados, pero no por eso menos fundamental, fue respecto al papel de la USICAMM y cómo este mecanismo le ha dado continuidad a la reforma educativa peñista aportando a la precarización laboral de las y los jóvenes normalistas que recién egresan para insertarse al trabajo educativo. Se mencionaron algunas experiencias con esta Unidad, así como los obstáculos que pone, siendo que hacen falta muchos más maestros en las escuelas, se llegó al acuerdo de luchar por plazas automáticas para las y los normalistas.
Las acciones que se van a impulsar son:
• 2a. Asamblea Internormalista (26 de noviembre en la Escuela Superior de Educación Física)
• Participación en la marcha del 25 de noviembre contra la violencia hacia las mujeres (en la glorieta de las mujeres que lucha a las 3:30 p. m.), relevante en un gremio mayoritariamente femenino.
• Creación del Foro: Presupuesto educativo, militarización y violencia de género
• Mitin contra la represión y el asesinato de Beatriz (normalista de Tlaxcala), el 17 de noviembre, a las 5:00 p. m., en la representación de Tlaxcala en la Ciudad de México (San Ildefonso no. 40, col. Centro Histórico)
• Formación democrática de consejos estudiantiles con representatividad
Desde la Agrupación Nuestra Clase nos parece muy cualitativo el ánimo que impera en estos jóvenes, ya que demuestra la potencialidad que tienen las y los normalistas para darle otro rumbo a la educación que necesita este sector, para ponerle un alto a la represión que se ha intensificado en este sexenio. Además, resulta fundamental el fuerte cuestionamiento que están haciendo a la USICAMM, que les está arrebatando su sueño de poder convertirse en futuros maestros.
¡Únete a esta lucha por derechos laborales y educativos plenos! |