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· Una de las industrias que más va a crecer durante el Mundial de Qatar es la de las apuestas online. Se calcula que para finales de 2022 habrá un 40 % más de jugadores y jugadoras.
· Esta industria ya mueve 300 mil millones de dólares por año en todo el mundo. Las apuestas deportivas están hiperdiversificadas: resultados, lesiones, sanciones o el jugador que más pases hizo.
· En Argentina hubo un cambio importante en 2018, cuando un decreto de Mauricio Macri eliminó la Lotería Nacional para “achicar” el Estado. El argumento fue que la regulación de los juegos de azar era potestad de cada provincia.
· Hubo un crecimiento muy grande entre 2020 y 2021: la AFIP registró un 30 % más de operadores. Hoy dominan la publicidad de varios equipos y en medios. Codere, sponsor de River y BPlay, sponsor de Estudiantes de La Plata y de la radio Urbana Play.
· Esto genera muchos problemas. En Europa hace años hay denuncias e investigaciones de la relación entre clubes, jugadores y empresas de apuestas. Incluso existe una serie que habla de esto: en Perros de Berlín (Netflix) una de las protagonistas es la mafia que maneja las apuestas.
El juego más viejo del mundo
· La primera apuesta documentada es de China en el año 2300 AC por un reparto de tierras. Muchos años después, en Europa pasaba algo parecido, en el año 1000 DC una apuesta definió la disputa de territorios entre los reyes de Olaf Noruega y Olaf Suecia (que ganó el sueco cuando sacó un doble seis dos veces seguidas en los dados, probabilidad de 1 entre 36).
· La primera referencia a apuestas deportivas fue en la antigua Grecia con los Juegos Olímpicos. En las gradas era donde sucedía el verdadero juego paralelo.
· En la antigüedad, el azar se consideraba un favor de los dioses, tenían mucho que ver con las supersticiones. Algunos llegaron a considerarlo una metáfora de la vida. El pensador romano Plinio el Viejo escribió en el siglo I: “Estamos tan a merced de la misericordia del azar, que el azar es nuestro dios”.
· Durante la Edad Media aparecieron las primeras prohibiciones por motivos morales y religiosos. Para sorpresa de nadie, a la Iglesia católica no le gustaban las apuestas.
· El principal golpe que recibieron las apuestas llegó en el Renacimiento con las investigaciones sobre el riesgo y los avances en las matemáticas. A mediados de 1600, algunos matemáticos empezaron a buscar la solución a un enigma y su resolución introdujo la teoría de la probabilidad.
· Pasó mucha agua bajo el puente pero millones de personas siguen apostando por todo. ¿Qué es lo que más se apostó? El resultado de las últimas elecciones de Estados Unidos: Donald Trump o Joe Biden. Además de las agencias, participaron muchos casinos internacionales.
· La ciudad donde más se apuesta en el mundo no es Las Vegas. Es una ciudad al sudoeste de China llamada Macao, hogar del casino más grande del mundo. Hace casi 20 años, en 2006, el guionista Aaron Sorkin hablaba de esta “fiebre de Macao” en Studio 60. En su serie, el magnate dueño de un canal de televisión en Estados Unidos planea invertir su fortuna en construir un casino en Macao porque era el futuro de las apuestas.
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Otras apuestas
· El escritor John Steinbeck (autor de Viñas de ira) se burlaba de la literatura y decía que “la profesión de escritor hacía que las carreras de caballos parecieran un negocio sólido y estable”. Pero algunos libros no existirían si no fuera porque alguien quiso ganar una apuesta.
· El jugador de Fyodor Dostoyevsky. Dostoyevsky escribió el libro para pagar deudas generadas por su gusto por los juegos de azar. Apostó que si no terminaba de escribirlo en un plazo determinado debería ceder sus derechos de autor y las regalías de sus otras novelas. Ganó la apuesta, escribió El jugador y conservó sus derechos.
· El misterioso caso de Styles de Agatha Christie. Fue la primera novela de la escritora y la primera aparición de su detective insigna Hermes Poirot y la escribió cuando su hermana Madge le apostó que no podía escribir una novela en la que el lector (con las mismas pistas que el detective) no pudiera descubrir al asesino. Agatha Christie lo empezó a escribir mientras trabajaba en el dispensario de un hospital durante la Primera Guerra Mundial, muchos dicen que de ahí surgió la idea de usar el veneno como arma en su primer libro. La novela fue rechazada por seis editoriales antes de ser publicada.
· El más famoso: Frankenstein de Mary Shelley. En 1816, Mary Shelley estaba con Lord Byron y otros escritores de vacaciones y apostaron quién podía escribir una historia de fantasmas o monstruos. Lo que empezó como un juego terminó en un clásico de la literatura gótica de Shelley, que parecía que hablaba de un monstruo aterrador pero en realidad hablaba de la sociedad en la que vivimos. |