Con una inflación que no frena, y que se estima de alrededor del 100 % para 2022, el Gobierno autorizó a las grandes petroleras a aumentar un 15,8 % en cuatro tramos el precio de los combustibles. Presentado como una medida para combatir la inflación, en los hechos representa una autorización a seguir aumentando precios a uno de los sectores más concentrados en medio del deterioro de los salarios e ingresos. Sin embargo, las naftas y el gasoil no serán lo único que aumentará en diciembre. |
Desde este jueves entra en vigencia el aumento de nafta y gasoil, acordado el lunes por el Gobierno con las empresas de venta de combustibles, mediante el cual se les permite a las expendedoras aumentar un 4 % en los meses de diciembre, enero y Ferbrero; y un 3,8 % en Marzo.
Ese acuerdo fue presentado como parte del programa Precios Justos, con el que el Gobierno intenta atenuar la inflación, mediante el congelamiento de los precios de unos 2.000 productos. La efectividad del plan queda a la “buena" voluntad de las empresas y los grandes supermercados, que hasta el momento no mostraron piedad con la remarcación de precios en detrimento de los bolsillos de las mayorías trabajadoras.
Se trata de un programa similar al ya puesto en práctica reiteradas veces, como Precios Cuidados, que no tuvo ninguna incidencia significativa sobre la alta inflación que alcanzó el 88 % de octubre de 2021 al mismo mes de 2022, y acumula en lo que va del año 76,6 %. Diversas consultoras estiman que el año cerrará con un índice cercano a las tres cifras, mientras que desde el Gobierno añoran que el programa logre bajar algún que otro punto porcentual esa estimación.
Si bien el acuerdo con las empresas de combustible, YPF, Shell, Axion y Puma, se presentó como una medida contra la suba de precios, en la práctica implica la autorización a ese sector de gran rentabilidad, a seguir subiendo el precio hasta marzo inclusive de un bien estratégico que tiene impacto en el resto de los bienes y servicios. Es decir que representará un nuevo golpe al poder de compra de los salarios e ingresos de las mayorías trabajadoras y populares.
Este aumento de precios garantizado para las empresas del sector por los próximos cuatro meses, se suma al ya realizado a principios de noviembre pasado. El día 3 de ese mes, el Gobierno dispuso también un incremento del 6 % promedio en los precios de las naftas y el gasoil de la estatal YPF, mecanismo que luego replicaron sus competidoras, y que se trasladó a los precios de gran parte de otros bienes y servicios.
Sin embargo en diciembre, los combustibles no serán lo único que aumentará sus precios. El agua, la luz, el gas tendrán un incremento en los costos por la aplicación de la reducción de subsidios que implementó el Gobierno, como parte de las políticas de ajuste fiscal que le exige el FMI. Al aumento en esos servicios privatizados, se le suman entre otros, los peajes (un 90 % los que son parte del Sistema Vial Integrado del Atlántico, en manos de Autopistas de Buenos Aires S.A.), los colegios privados (14,5 % en Caba y 10 % en Provincia), y la medicina prepaga.
Las empresas de ese rubro aplicarán en diciembre una suba de 6,9% en las cuotas de sus planes. El aumento previsto originalmente era de 13,8%, pero se decidió desdoblar (6,9% en diciembre y 6,9% en enero) a partir del cuestionamiento público de Cristina Kirchner a Massa y el Gobierno. Un cuestionamiento que sin embargo no buscó anular el aumento de precios por parte de un sector con enormes ganancias a costa de la privatización de la Salud. |