Según datos del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), en México el cáncer de mama representa una de las principales causas de muerte en mujeres; en 2019, por cada 100 mil mujeres de 20 años o más, se reportaron 35.24 casos nuevos de cáncer de mama. A nivel nacional, la tasa de mortalidad por cáncer de mama es de 17.19 defunciones por cada 100 mil mujeres de 20 años o más. En buena parte, estos fallecimientos se producen en casos en los que el tumor se ha vuelto resistente a las opciones terapéuticas actualmente disponibles, como la quimioterapia.
Sin embargo, además de los factores clínicos y de riego de las pacientes, también repercute la falta de acceso a la salud pública para muchas mujeres, y para las que cuenta con alguna afiliación, la prevención y los tratamientos no son oportunos. Muchas veces las mujeres no se hacen estudios por falta de recursos, porque una mastografía cuesta mil 600 pesos y no se cuenta con ese dinero en la bolsa, siendo este estudio algo básico para la prevención.
Los autores de una publicación en el medio especializado Cell Death and Disease estaban estudiando el papel de una proteína llamada p53, ya que investigaciones anteriores habían mostrado que cuando se encuentra en grandes cantidades en un tumor la probabilidad de que se produzcan recaídas aumenta.
En cultivos in vitro, comprobaron que incrementar la proteína en tejido mamario cancerígeno aumentaba la resistencia del mismo frente a la quimioterapia, lo que explicaría por qué se asocia a un mayor riesgo de recaídas.
Pero esto, también tiene implicaciones contrarias. Y es que estos investigadores teorizaron que debía ser posible aumentar la sensibilidad del tumor ante la quimioterapia mediante el proceso opuesto, reduciendo la cantidad de proteína.
La inhibición de la expresión de la variante genética que codifica esta proteína, efectivamente, volvía a los tumores en diversos medios celulares más vulnerables ante la quimioterapia. Este enfoque podría aplicarse para mejorar la respuesta a los tratamientos de las pacientes, algo que los investigadores dicen haber comprobado en sujetos vivos.
Aproximadamente, una cuarta parte de todos los casos de cáncer de mama acaban desarrollando resistencia a las terapias, una circunstancia que se da en la mayoría de los fallecimientos por esta enfermedad.
Por estas razones, es sumamente importante que el Estado invierta más recursos a la investigación sobre esta enfermedad, se construyan más hospitales, mejore el equipamiento en las clínicas y hospitales, se contrate –con plenos derechos- a médicos y especialistas para atender oportunamente a las mujeres con este padecimiento, se implementen programas de prevención y cuidados para reducir estos índices altos de decesos en las mujeres.
Siendo una necesidad de primer orden, es urgente destinar mayor presupuesto para la salud y no a la militarización. Por ello el movimiento de mujeres, junto a las y los trabajadores y con el sector salud al frente, tenemos que unirnos, movilizándonos y luchando en las calles para conquistar estas demandas. |