El ministro de Transporte, a quien este jueves el Presidente le tomó juramento en reemplazo de Alex Guerrera, recordó que el incremento había sido planteado, dado que "la tarifa actual está en $25 y tiene una distorsión muy grande en todo el país". ¿Distorsión? habría que preguntarle al nuevo ministro si conoce cuáles son los ingresos de las grandes mayorías populares que utilizan el transporte público.
El valor del boleto mínimo de colectivo actual, de $ 25,20 pasará a $ 35,28 , acumulando un incremento anual del 95,5%. En los servicios ferroviarios, las tarifas mínimas subirán de $ 17,25 a $ 24,15 en las líneas Mitre, Sarmiento y Roca; a $ 15,75 en el ferrocarril Urquiza y a $ 13,30 en las dos líneas Belgrano (Norte y Sur).
Giuliano sostuvo, en diálogo con radio La Red: "Las tarifas fueron congeladas por 3 años y medio, casi 4 años. Si bien es cierto que eso significó un retraso, tuvo que ver con la pandemia, con la crisis más grande del transporte urbano de pasajeros en todo el mundo. En ese momento nosotros acompañamos a los trabajadores esenciales", afirma el funcionario al tiempo que omite hablar que los ingresos de los esenciales sufrieron un gran deterioro durante la pandemia.
El funcionario también se refirió a los subsidios sin control que el gobierno le otorga a las empresas del transporte y afirmó que “Alberto Fernández aumentó el subsidio al transporte del interior en un 1200%".
Con respecto al subsidio al transporte en la Ciudad de Buenos Aires, puntualizó: "Tiene que ver con lo que sucede con las 32 líneas que son exclusivas de la Ciudad, es decir que comienzan y terminan en el territorio exclusivo (del distrito), y es necesario que la Ciudad tenga su sistema de transporte a su cargo porque así lo tienen todas las provincias de Argentina".
El actual titular de la cartera, que fuera número dos durante la era Guerrera, no dio ninguna explicación sobre los controvertidos subsidios, donde los empresarios del sector embolsan grandes sumas, sin reinvertir en los servicios que brindan a los usuarios. Con este aumento, en menos de un año, los pasajes alcanzarán una suba de casi el 100 %, mientras los usuarios viajan cada vez peor. Con servicios nocturnos casi suspendidos, con servicios diurnos donde la mayoría viajan hacinada en colectivos y trenes, la clase trabajadora y los sectores populares son sometidas a estas condiciones, mientras los empresarios del sector llenan sus bolsillos, y el gobierno hace la vista gorda. La única alternativa es la unidad de usuarios y trabajadores del transporte en la lucha por un servicio de calidad. Ejemplos que han dado los trabajadores del subte en varios momentos de su historia de lucha, como la pelea contra el asbesto y el reclamo de mayor personal para brindar mayor frecuencia del servico y evitar que la gente viaje como ganado.
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