La lucha de las y los trabajadores de salud, que está entrando en su cuarta semana, causó un gran impacto sobre el escenario provincial y obligó a reubicarse a todos sus actores principales.
Por su extensión provincial, la inédita unidad lograda entre los distintos sectores que componen el sistema de salud y la organización asamblearia que permite que todas las decisiones sean mandatadas por las y los trabajadores de los hospitales y centros de salud, la lucha cobró una fuerza social histórica y rompió el molde de los esquemas de contención del gobierno provincial.
Desmintiendo los discursos de que lo único que hay es resignarse al ajuste o conformarse con alguna migaja de un punto más o menos pero siempre resignando salario, condiciones laborales y de vida, la lucha de salud está mostrando que hay un enorme descontento y disposición a pelear, que cuando se logra superar la política de entrega de las conducciones sindicales aliadas del gobierno se pueden poner sobre la mesa las verdaderas demandas y necesidades de las y los trabajadores.
El gobierno está debilitado, porque su fortaleza depende en gran medida de la capacidad de esas conducciones de garantizarle la paz social. Por eso tuvo que retroceder del intento de imponer descuentos que retiró a las pocas horas, y su tentativa de cerrar el conflicto mediante un decreto fue masivamente rechazada en las distintas asambleas de hospitales y centros de salud.
El conflicto entra en momentos decisivos, con el gobierno lanzando un aumento por decreto para dividir a los trabajadores y desprestigiarlos ante la opinión pública, y las conducciones sindicales que comienzan a intervenir, no para extender la lucha sino para quebrarla. Eso es lo que explica que Pihen, cuyo único “aporte” a la lucha fue firmar un acuerdo a la baja que fue masivamente rechazado por todos los sectores de salud, haya salido a pronunciarse públicamente cuestionando que el gobierno de Schiaretti haya reconocido a la coordinadora de representantes de los hospitales, exigiendo que “si hay un peso para uno, tiene que haber un peso para todos”, tratando de no quedar tan desprestigiado ante los miles de estatales que reciben salarios bajísimos y sufren condiciones de precarización laboral.
En este marco, la conducción del SEP anunció el estado de conflicto y asambleas en todas las dependencias de la administración central el viernes 2 de diciembre y la convocatoria a una movilización el lunes 5 de reclamando la reapertura de la negociación paritaria. Lo mismo hizo la conducción de UEPC, que la semana pasada cerró una paritaria que sigue dejando los salarios por debajo de la línea de pobreza, dando la espalda a la masiva voluntad de la docencia de ir al paro junto con los sectores de salud, ya que la entrada en acción de las y los miles de docentes en la provincia podría ser lo que incline la balanza para torcerle el brazo al gobierno, por el triunfo de la lucha de salud y de todas las demandas docentes, enfrentando conjuntamente el ajuste a la educación y la salud.
Tras una asamblea departamental en que la conducción ni siquiera permitió a las y los delegados intervenir, buscando imponer la rápida aceptación del acuerdo, en las últimas horas circuló una declaración firmada por Monserrat, Secretario General de UEPC, refiriéndose a la oferta hecha a los trabajadores de salud y exigiendo al gobierno la reapertura de la negociación paritaria.
En la declaración se señala que “hace pocos días, quienes suscribimos acuerdos salariales y quienes los estábamos analizando con la provincia para los trabajadores que representamos, agotamos una ardua negociación en la que la provincia se mostró inflexible en la posición de que no contaba con más recursos” (…) el Gobierno acaba de resolver por fuera del ámbito legal de la negociación colectiva, aumentos salariales (…) en porcentajes que superan largamente lo propuesto a nuestras organizaciones, lo que evidencia que la Provincia sí tenía los recursos que negó en la negociación colectiva.”
Semejante muestra de servilismo daría risa de no generar una enorme indignación. En primer lugar porque el aumento ofrecido por el gobierno, aún siendo muy inferior a lo reclamado por las y los trabajadores de la salud, fue arrancado con una lucha decidida, con una masiva participación de trabajadoras y trabajadores que están protagonizando un enorme estado de deliberación y organización en los centros de salud de toda la provincia, que sostuvieron paros y movilizaciones multitudinarios.
La perspectiva que, justamente, conducciones como el SEP y la UEPC buscan evitar a toda costa, negociando desde sus cómodos sillones en la mesa chica del gobierno. En segundo lugar, porque se muestran “sorprendidos” de que el gobierno alegue no tener recursos cuando si los tiene, algo que sabe cualquiera que vea el estado de las finanzas provinciales (con una recaudación provincial que va en alza y sólo tomando Octubre tuvo un crecimiento nominal de 97% respecto al mismo mes de 2021, lo que representa un 8 % real si se descuenta la inflación estimada). De la vía muerta de la negociación sin lucha a la que apuestan las conducciones sindicales como SEP y UEPC solo se puede esperar que el gobierno imponga todas sus condiciones y su relato de que “no hay recursos” para que los trabajadores sigamos pagando el ajuste. Es decir, que el gobierno salga fortalecido.
En la misma sintonía que el SEP y UEPC, la CGT Córdoba lanzó una declaración denunciando que el Gobierno Provincial “faltó a la buena fe negocial, negando disponibilidad de recursos y afirmando que la pauta propuesta era la misma para todos los sectores -todo lo que los hechos han desmentido- sino que adoptó una resolución que desconoce y viola la legislación vigente en ese aspecto, constituyendo lo que en la Ley de Asociaciones Sindicales se califica como práctica desleal”, anunciando que participará de la movilización del próximo lunes 5 de diciembre convocada por el SEP exigiendo la reapertura de paritarias.
En el medio de la huelga de la salud, la conducción de la CGT convoca a una movilización no para su triunfo sino jugando para su derrota, presionando en defensa de la estrategia de contener las luchas y negociar en la mesa chica del gobierno, es decir en defensa propia. Si de palabra dicen querer reabrir el conjunto de las paritarias estatales, la perspectiva para lograrlo y conquistar una suba general de salarios y jubilaciones no está en declaraciones o movilizaciones aisladas, sino en el fortalecimiento y extensión de la huelga de salud.
Por eso hoy más que nunca es necesario exigir el paro provincial a la CGT, para extender la huelga a las y los docentes, todos los sectores estatales y el resto del movimiento obrero. Con esa fuerza social, el gobierno retrocedería en toda la línea y se abriría una nueva situación para las y los trabajadores.
Porque la lucha de salud puso en la agenda pública un reclamo que comparten cientos de miles de trabajadores y se ubicó como la mayor expresión de un proceso anti burocrático que recorre a otros sectores de la provincia, como vemos en lucha docente y la posterior recuperación de delegados combativos que responden a las bases; en la forma en que el SEP fue expulsado por las y los trabajadores del Ministerio de Salud, que hace años no realizaban protestas y se sumaron a la lucha exigiendo ser reconocidos como trabajadores de salud; en los nuevos cuerpos de delegados combativos que hay en distintas fábricas.
Por eso, es necesario hacer masiva la exigencia al paro provincial de la CGT no porque tengamos alguna confianza en esas conducciones que quieren contener el conflicto de salud, sino porque es necesario dirigirse a la base de esos sindicatos, proponerles una perspectiva para unir fuerzas, que vean en la lucha de salud un aliado y un impulso para salir a luchar y evitar que la CGT divida entre sectores. Junto a la exigencia de paro provincial a la CGT, es necesario extender la alianza con la comunidad. En momentos donde el gobierno lanzó una campaña para instalar la idea de que ya se otorgaron los aumentos pedidos y que la lucha ya no tiene razón de ser, buscando poner la opinión pública en contra de las y los trabajadores, es necesario redoblar el apoyo y hacerlo activo.
La movilización anunciada por la Coordinadora para el próximo martes convocando a la comunidad a sumarse tiene que ser masiva, una contundente demostración de que las y los trabajadores de salud cuentan con el apoyo de los otros sectores de trabajadores, de las familias trabajadoras que sufren la desocupación, de los sectores populares. Es necesario convertir cada hospital en un centro de organización común entre trabajadores de la salud, usuarios y vecinos, donde puedan surgir comités en defensa de la salud, donde puedan realizarse grandes asambleas conjuntas donde se discuta como hacer de esta lucha una enorme lucha popular. |