Rico Rodríguez junto a Hugo Lobo de Dancing Mood (crédito: KVK fotos)
En Londres (donde residía desde hace décadas) durante la tarde de ayer dio el “paso hacia la eternidad” una figura legendaria de la música: Rico Rodríguez, trombonista y compositor que aportó sus vientos a infinidad de las mejores grabaciones de la música popular jamaiquina. Desde la era del Ska (Derrick Harriott, Prince Buster, The Skatalites, Toots & The Maytals, The Wailers), los años dorados del Reggae (Bob Marley, a quien acompañó en la histórica gira “Babylon by bus”, Burning Spear, Lee Perry, Yellowman, entre decenas de artistas de la isla). Pero fue protagonista de la prolífica escena del Ska y el Reggae en el Reino Unido y también en Argentina, país que visitó en incontables ocasiones para tocar y visitar a centenares de amigos músicos y fans.
Emmanuel Rodríguez, nombre con el que nació el 17 de Octubre de 1934, estudió en la mítica Alpha Boys School, una escuela de monjas especializada en música. Su madre cubana trabajaba todo el día y esa famosa escuela podía asegurarle una buena educación a su hijo, para evitar que su destino sea la calle. En esa escuela, verdadero semillero de talentos de la música jamaiquina, tuvo a Don Drummond como tutor y maestro. El joven Rico se nutrió de ese ambiente (convivió con los próceres que fundaron The Skatalites como Tommy Mc Coock, Roland Alphonso, el propio Drumond) para desarrollar su propio talento y levantar vuelo.
Al finalizar sus estudios, abrazó la religión rastafari (fue uno de los primeros músicos en hacerlo y uno de los que influenció al Reggae en esas creencias) por su relación con Count Ossie. Se internó en las colinas de Wareika Hill donde terminó de formarse como músico.
En 1961 se mudó a Londres para poder sobrevivir dedicándose a su mayor pasión, la música. A partir de ese momento fue protagonista indiscutible de la escena del Ska y el Reggae en el Reino Unido. Allí colaboró en la difusión de los sonidos de Jamaica y puso su impronta a temas de Max Romeo, Dandy Livingstone, Slim Smith y diversos artistas que fueron suceso en Inglaterra a fines de esa década.
Con una interesante carrera solista (recomendable poner el oído en discos como “Blow your horn”), en 1976 grabó el que se considera –incluso por él mismo- su mejor obra: “Man from Wareika”, donde rememora el sonido que absorbió en sus tiempos en las colinas junto a Count Ossie. A nadie que le guste el Reggae se le puede escapar escuchar este discazo.
Video: versión en vivo de “Lumumba” del disco Man from Wareika.
Para 1979 fue parte del elenco estable The Specials, una de las bandas más importantes de la ola revival del Ska conocida como 2-Tone (junto a Madness, The Selecter, The Beat). Otorgó su calidez, su simpatía y su música a los jóvenes Rude Boys de la Inglaterra post-punk de fines de los ´70.
Video: con The Specials como invitado estelar, interpretando “A message to you (Rudy)” en vivo
Su carrera atravesó todas las décadas y seguía muy vigente hasta hace poco: formaba parte de la Rythm & Blues Orchestra de Jools Holland (músico y célebre presentador de la TV inglesa, conductor de uno de los mejores programas musicales que registre la historia de la televisión). Con Holland realizó una de sus últimas visitas a su querida Argentina.
Video: Rico Rodríguez pone la voz en la banda de Jools Holland
Es que su primera visita en el año 2000 fue tan emotiva que quedó registrada en un hermoso disco en vivo, “Togetherness” editado por el sello Subterrannia (todo obra de fans y amigos del músico, como Martín Cueto, que hicieron el esfuerzo por concretar esa visita). Se hizo fanático de la pizza de “Las Cuartetas” y no perdía oportunidad de colaborar con bandas argentinas como Dancing Mood de Hugo Lobo.
Video: Rico Rodríguez junto a Dancing Mood interpretando un clásico del Jazz
A pesar de la perdida, será siempre recordado por sus aportes y por su amor a esta música can la que interpelaba a quien se cruzara: “¿Qué me estás diciendo? ¿Qué no te gusta el Reggae? ¡Debés estar loco!” recitaba en el tema “Jungle Music”.
En cada disco de Ska o de Reggae al día de hoy, allí donde suene un trombón, lo más probable es que sea el de Rico. Inevitablemente surgirá en el recuerdo la arenga que le hacían los Specials cuando tocaban “Guns of Navarone”, un clásico de The Skatalites: “Blow, Mr. Rico, blow!” (“¡Sople, Sr. Rico, sople!”). Hasta siempre, maestro.