A principios de este mes, la rectora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), Tania Hogla Rodríguez Mora, expuso ante legisladores del Congreso local que la institución encabezada por ella, necesita más presupuesto, entre otras razones porque de los 17 mil estudiantes con los que cuenta, el 80% proviene de familias que subsisten con menos de dos salarios mínimos al día. Por ese motivo, los 63 millones de pesos al programa de becas resultan insuficientes para atender las necesidades de la comunidad, pues los alumnos están altamente expuestos a la deserción escolar.
Destacó en una de las mesas de trabajo de ese órgano de gobierno que este año se logró incrementar en 5.8 por ciento la matrícula de la Universidad y lamentó que fueron 15 mil las solicitudes de ingreso a esa casa de estudios, pero sólo estuvo en condiciones de admitir a 5 mil. Donde declaró que: “La UACM tiene hoy 10 mil estudiantes que no puede atender y necesitamos seguir haciendo un esfuerzo para incrementar la matrícula en al menos 4 o 5 por ciento más.”
Contrastes de los discursos y la realidad
Los discursos de la rectora contrastan con su forma de vida y las acciones que ha seguido durante este año, ya que los datos que arroja la Plataforma Nacional de Transparencia, en el 2021, fueron que Rodríguez Mora, percibió un sueldo mensual de 109,430.00 pesos, lo cual está muy por encima de cualquier trabajador, incluso de los profesores de tiempo completo que ganan alrededor de 48 mil pesos mensuales. Este sueldo oneroso que caracteriza a los funcionarios universitarios también contrasta con esos 10 mil estudiantes que no han podido atender, junto con el magro aumento de 2.9% a los sueldos de los trabajadores del Sindicato Único de la UACM (SUTUACM) y por los pobres salarios que ganan los profesores de asignatura (2,198.00 pesos por clase impartida al mes), nombrados ahora de forma eufemística como “personal docente con contrato por tiempo determinado”.
Sus declaraciones de preocupación también contrastan con que, en el último periodo en términos de manejo de recursos, hubo un subejercicio presupuestal, pues devolvieron 305 millones de pesos a Hacienda, de los cuales 185 millones corresponden al pago de salarios y prestaciones laborales. Lo cual va en detrimento de estudiantes, trabajadores y académicos, situación que nos muestra que las declaraciones de la rectora no son más que una forma de mostrarse como lo que no es frente a las críticas que ha recibido. Con el fin de evitar a toda costa que diversos sectores de estudiantes y de profesores se organicen y luchen, como ocurrió en la UNAM en los últimos meses con el despertar de un importante movimiento estudiantil, que por la represión y cooptación de las autoridades universitarias no pudo terminarse de desarrollar.
Casta dorada y los profesores de asignatura
Pero lo que ocurre en la UACM es sólo la punta del Iceberg, un reflejo de lo que sucede en el resto de las universidades, por ejemplo, en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde un profesor promedio gana 8 mil pesos al mes, los directores y funcionarios de la burocracia académica o también conocida como “burocracia dorada” ganan cerca de 200 mil pesos mensuales. Situación en la que, si los profesores precarizados alzan la voz, son despedidos de forma injustificada, como medio de aleccionamiento para destruir a la disidencia y eliminar las protestas.
Mientras estas élites académicas absorben el presupuesto, la comunidad tiene más y más carencias, por ejemplo, los estudiantes de la máxima casa de estudios muchas veces llegan a recurrir a la venta de mercancías dentro de los planteles para poder subsistir y sostener sus estudios, a causa de eso las medidas de control y hostigamiento por parte de las autoridades contra ellos se intensificaron este año.
Ya que este año las rectorías de las universidades del país acataron la política de regreso presencial a clases, sin preocuparse mucho en qué condiciones se iba a regresar, dando paso a la precarización estudiantil. Situación que también se replica en la UACM, pues las “normas de convivencia” aprobadas el año pasado, también tienden a criminalizar a estudiantes que venden cosas para sostener sus estudios.
Una salida como el Foro-encuentro
Para dar salida a esta situación es necesaria la unidad en objetivos y en acciones por parte de las comunidades educativas, entre las que se encuentran trabajadores, estudiantes y profesores, en unidad con otros gremios educativos y otros sectores, para luchar por el aumento del presupuesto a la educación pública, que consideramos debe darse de exigir que no se destine dinero a la militarización del país; donde se deje de pagar la deuda externa y se cobre impuestos progresivos a las grandes empresas y a los altos funcionarios, esto de la mano de plantear que el presupuesto debe administrarse democráticamente por las comunidades educativas.
En ese sentido tuvo lugar el Foro-Encuentro contra la represión, la precarización y en defensa de la educación pública, que se realizó este sábado 10 de diciembre en las instalaciones del Sindicato Independiente de Trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (SITUAM). El cual, consideramos como un paso en conquistar esa unidad que necesitamos. En él se vertieron diversas propuestas de unidad de parte de sindicatos como el SUTUACM, el SUTIEMS y llamados a la lucha como la que hizo el SutNotimex, así como de organizaciones de izquierda como el MTS, la AJA, la agrupación Nuestra Clase la Coordinadora 1DMX y el Comité 68 para denunciar la precarización laboral y defendernos como trabajadores de la represión ejercida por los patrones por defender nuestras condiciones de vida.
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