A los 48 años Haydée Gastelú de García Buela integró el grupo de catorce mujeres que el 30 de abril de 1977 llegaron a Plaza de Mayo con la decisión de hacer oir lo más fuerte posible su reclamo de aparición con vida de sus hijos, desaparecidos por la dictadura cívico-militar-eclesiástica. Ese día, sin que ellas lo supieran, comenzaba la larga y emblemática historia de las rondas de las Madres.
Gastelú nació en noviembre de 1928 en San Justo (La Matanza). Hija de un militante del Partido Socialista, en la secundaria conoció a Oscar “Coco” García Buela, con quien terminó casándose y teniendo tres hijos: Alicia, Horacio y Diego.
En enero de 1976 Horacio fue llamado a hacer el Servicio Militar Obligatorio en un cuartel de la Armada de Bahía Blanca. Exalumno del Nacional de Buenos Aires y estudiante de Biología de la UBA, el joven era uno de los colimbas “observados” por sus superiores militares, quienes llegaban a leerle la correspondencia personal.
El 7 de agosto de ese año, luego de una visita a la familia, Horacio y su novia Ada “Dodó” Porta, fueron detenidos en Banfield (donde vivía ella), torturados y secuestrados por un grupo de tareas. Luego se sabría que el hijo de Haydée lo llevaron a la Superintendencia de Seguridad Federal (Coordinación Federal) y que trece días después, el 20 de agosto, fue acribillado a balazos junto a otros 29 detenidos en la llamada Masacre de Fátima (por el nombre de esa localidad del partido bonaerense de Pilar).
De las treinta víctimas de la masacre, su cuerpo fue uno de los trece identificados con posterioridad. En su caso, la identificación (producida más de dos décadas después) estuvo a cargo del Equipo Argentino de Antropología Forense.
Durante su desesperada búsqueda, Haydée concurrió varias veces al Edificio Libertad, sede de la Armada Argentina, ya que Horacio desapareció mientras se encontraba haciendo el servicio militar a las órdenes de esa parte de las Fuerzas Armadas. Exigía, siempre sin éxito, que los militares le dijeran dónde estaba su hijo, dando por sentado que la Armada no podía desconocer el paradero de uno de sus conscriptos.
Luego comprendió que ésa no era la puerta a golpear y emprendió un largo proceso de lucha, incansable, junto a decenas (luego cientos) de mujeres que a lo largo y ancho del país encabezaron la resistencia a la dictadura y se convertirían en ícono de la pelea contra la represión y la impunidad.
“A Horacio te lo arrebató la última dictadura cívico-militar-eclesial y lo perdimos para siempre. Sólo sus restos recuperados te devolvieron algo de paz y hasta una pizca de dicha. Desde aquel día fatal te volviste una firme e incesante buscadora de Justicia y Verdad. Serena y sabia, tu gran corazón te hizo compañera de tantas Madres, y mamá de tantas hermanas de desaparecidos”, dice parte del texto con el que Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora despidió este martes a Haydée.
¡Haydée Gastelú de García Buela Presente! | 
