Los grandes empresarios nucleados en la Asociación Empresaria Argentina (AEA), el Foro de Convergencia, IDEA y Carbap salieron a pedirle al Gobierno que acepte el fallo por coparticipación de la Corte Suprema. En una defensa abierta de las decisiones del cuestionado tribunal, pidieron “respeto a la institucionalidad establecida en nuestra Constitución Nacional”. Es decir, que el Poder Ejecutivo Nacional acepte devolver fondos de coparticipación que le había recortado a la Ciudad de Buenos Aires.
En la AEA participan empresarios como Paolo Rocca (Techint), Héctor Magnetto (Clarín), Luis Pagani (Arcor), Alfredo Coto (Coto) y Federico Braun (La Anónima). El último es el que se burló de la remarcación de precios en la reunión de esa entidad, ocurrida en junio. Pero, además, tanto Clarín como Arcor fueron empresas que crecieron fuertemente vinculadas al régimen genocida de 1976-1983. Su pedido de “respeto a la Constitución” suena bastante cínico.
Muchas de estas cámaras empresariales aplaudieron el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y el Presupuesto 2023 que intenta garantizar un duro ajuste destinado a pagar la fraudulenta deuda con el FMI. Esas dos normas fueron votadas tanto por el Frente de Todos como por Juntos por el Cambio. Ahora esas entidades intentar torcer la vara en favor de Larreta y la oposición de derecha.
Son las grandes empresas las que reciben todo tipo de beneficios por parte del Estado nacional y los Estados provinciales. En el proyecto de Presupuesto 2023 se había incluido un agregado (se presentó como una “separata”) donde se detallaban los beneficios fiscales que reciben sectores patronales por parte del Estado, tanto por medio de subsidios como por montos que el Estado deja de percibir. Sobre cómo se asignan esos recursos fiscales del país no hay ningún debate. Solo se abren las manos para recibir la plata que llega desde los Gobiernos.
Esas “ayudas” a los empresarios también muestran bastante unidad entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio. Ahí no hay “grieta” y todos votan para que los empresarios sigan amasando fortunas. |