Este primero de enero Luiz Inácio Lula Da Silva asume su tercer mandato como presidente de Brasil luego de derrotar por escaso márgen al actual primer mandatario, Jair Bolsonaro, en la segunda vuelta celebrada el 30 de octubre.
En un contexto de alta polarización, Lula construyó la alianza más amplia que pudo para enfrentarse al ultraderechista Bolsonaro, cuestión que fue celebrada ampliamente por los medios hegemónicos y las cámaras empresarias y bancarias. Como decíamos en un análisis publicado luego de las elecciones Lula tendrá que ser un “pacificador moderado que enfríe los ánimos del país, complazca a los mercados con sólidas reglas fiscales y construya un frente tan amplio que pueda abarcar las múltiples expresiones de la derecha neoliberal tradicional (incluidos sus economistas e ideólogos)”.
Esa amplitud tan alabada por la burguesía debe ser un llamado de atención para todos aquellos que ven en el tercer mandato de Lula una posibilidad de recuperar lo perdido tras el golpe de estado a Dilma Roussef en 2016. De hecho, Lula mismo prometió durante su campaña que no tocará las odiadas reformas laborales y previsionales.
El pasado 29 de diciembre Da Silva terminó de confirmar los ministros de su gabinete donde se mezclan nombres con influencia en los movimientos sociales, especialmente en el movimiento negro e indígena, pero también una buena dosis de políticos burgueses tradicionales, hijos de oligarcas, golpistas y hasta gente del partido Bolsonarista (PTB) de Roberto Jefferson.
La ceremonia
Según informó el Senado y siguiendo la costumbre inaugurada en 1995 por Fernando Henrique Cardoso, el evento se llevará a cabo este 1° de enero en la Explanada de los Ministerios en Brasilia, la capital del país.
Lula arrivó al congreso cerca de las 13:45 y a las 15:00 inició la sesión oficial de toma de posesión en la que se hará la lectura y firma del Período de Mandato del Presidente y Vicepresidente de la República electos. Luego de la sesión Lula y Alckmin, su vice, se dirigirán hacia el palacio del Planalto, sede del ejecutivo.
De la ceremonia participan unos 120 representantes de diferentes países del mundo entre los que se cuentan 17 jefes de estado, según información oficial.
De latinoamérica está confirmada la presencia de Alberto Fernandez (Argentina), Mario Abdo Benítez (Paraguay), Guillermo Lasso (Ecuador), Xiomara Castro (Honduras), Lacalle Pou (Uruguay), Gustavo Petro (Colombia), Gabriel Boric (Chile) y Nicolás Maduro (Venezuela). En este último caso se necesitó anular un decreto de 2019 que prohibía la entrada de Maduro y un centenar de funcionarios de su gobierno al país.
Por su parte, el presidente mexicano Andrés Lopez Obrador anunció que no participará de la ceremonia y que lo representará su esposa, la historiadora Beatriz Gutiérrez Müller.
Además llegarán al país los presidentes de Alemania y Portugal así como el rey de España.
El gran ausente de la ceremonia será Bolsonaro, quién ya viajó a los Estados Unidos a pesar de que desde el entorno del presidente habían negado la posibilidad de un viaje. Varias fuentes ya informaron que se hospedará en uno de los hoteles de Donald Trump.
Aunque hubo dudas sobre tradicional desfile durante la ceremonia de investidura debido a cuestiones de seguridad, finalmente el nuevo presidente apareció saludando a la multitud en un auto descapotable. |