Este jueves 5 de enero se desarrolla la cuarta jornada del juicio que investiga el asesinato del joven Fernando Báez Sosa en la ciudad de Villa Gesell el 18 de enero del 2020. En el banquillo de los acusados se encuentra un grupo, también de jóvenes, conocidos como los rugbiers, que atacó al joven a golpes hasta matarlo.
Los 8 imputados están acusados de “homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”. Ellos son: Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano (21), Ciro (22) y Lucas Pertossi (23) y llegaron a los tribunales de Dolores pasadas las 8 de la mañana.
Hoy declaran una docena de testigos, entre ellos:
Los efectivos policiales que asistieron al boliche Le Brique, minutos después de que Fernando fuera atacado y que estaban afectados Operativo Sol. Ellos son: Roberto Gustavo Basualdo, Carlos Aníbal Contino, Fernando Raúl González y Leandro Hipólito Barreca Maidana..
La joven Virginia Pérez Antonelli, una turista que se encontraba en Villa Gesell, y que se acercó al lugar también después del ataque y le practicó maniobras de RCP a Fernando.
Dos comerciantes que estaban trabajando en el momento del ataque en las inmediaciones.
Los ocho imputados están acusados, también por el delito de “lesiones leves” por la agresiones que sufrieron al menos cinco amigos de Fernando.
El juicio comenzó el pasado lunes 2 de enero, día en el que declararon los padres de Fernando y causaron mucha emoción. "Lo vi en una morgue, hecho pedazos. ¿En este mundo puede haber tanta crueldad? Me lo pregunto todos los días. Tengo tanta bronca encima”, fue una de las frases más fuertes dichas por el papá.
Como ya venimos escribiendo desde este medio, el asesinato de Fernando abrió diversos debates. Por un lado, puso en discusión la brutalidad del hecho y la saña con la actuaron el grupo de jóvenes atacantes. Por otro lado, visibilizó el origen social de los victamarios y los insultos racistas y de clase emitidos por los jóvenes atacantes como la utilización de frases del estilo. "es un negro de mierda mátenlo’". Y por último, como puede observarse en redes sociales y medios de comunicación, la instalación de un discurso altamente punitivista que pide no solo la pena máxima (como cadena perpetua) para los atacantes, sino que enarbola también un clima, peligroso por cierto, “ojo por ojo”. |