Las dependientas de las tiendas de La Coruña fueron las primeras en movilizarse y conseguir sus objetivos conquistando a finales del año pasado una subida salarial histórica de 382 euros al mes.
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En el resto del Estado se venían ya produciendo movilizaciones, pero el triunfo de sus compañeras gallegas ha dado mayor fortaleza a sus demandas. De esta manera la Confederación Intersindical Galega (CIG) y la CGT están convocando conjuntamente la huelga del día 7 de enero coincidiendo con el inicio de las rebajas, una de las fechas de mayor facturación para las tiendas de la multinacional en España. Sus reivindicaciones se expresan en exigir una subida salarial tal y como han conquistado en La Coruña y que las ayudas sociales del sector más precarizado de la empresa, el personal de tiendas, se equipare con las del resto de trabajadores.
En este sentido la CGT ha denunciado la política profundamente machista de Inditex, que a pesar de tener todos lxs empleadxs el mismo convenio, son los sectores más feminizados quienes tienen peores condiciones y salarios más bajos. Se trata de naturalizar que el trabajo de las dependientas, en su gran mayoría mujeres, es un empleo de segunda y complementario, y por esa vía hacer pasar todas las medidas precarizadoras de la empresa.
Los propios sindicatos mayoritarios han contribuido a naturalizar esta realidad, al dejar al margen de un esfuerzo sindical serio para organizar a estos sectores. Es debido a esto que no es extraño que la movilización y huelgas esté siendo motorizada por sindicatos alternativos como la CIG y la CGT, ya que han sido a través de estas organizaciones que se ha canalizado el descontento acumulado de estas trabajadoras.
La empresa no ha tardado en responder al envite que supone la huelga del día 7. En Madrid en diversas tiendas las dependientas han denunciado la presencia de jefes de Recursos Humanos con el objetivo de averiguar quiénes van ejercer su derecho a huelga. La imagen corporativa que trata de transmitir Inditex, como una empresa inclusiva y que se preocupa por sus trabajadores, expresada sobre todo en la figura de Amancio Ortega como un empresario amigable, queda totalmente en entredicho cuando lxs trabajadorxs tratan de reclamar sus derechos.
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Esta huelga es un punto de apoyo importante por la batalla salarial que se viene desarrollando actualmente espoleada por los altos índices de inflación. Inditex no es una empresa más, ya que agrupa a muchas de las marcas de moda más conocidas y extendidas del mundo, además de ser un ejemplo de gran multinacional con tentáculos en todo el planeta y sometiendo en algunos lugares a sus empleados a condiciones de auténtica miseria y explotación.
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Por tanto, como indicábamos en un artículo anterior es necesario desarrollar una fuerte campaña de solidaridad con este conflicto, porque si consiguen doblarle el brazo a un gigante como Inditex el resto de trabajadorxs estaremos en mejores condiciones de pelear y organizarnos en nuestros centros de trabajo.
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