Los gobiernos de Río Negro, Neuquén, Misiones, San Juan, Jujuy, Salta, Tucumán, La Pampa, Chaco y Santa Fe, oficializaron el desdoblamiento de los comicios nacionales y confirmaron cronogramas propios para las elecciones provinciales.
Desde febrero a septiembre, cada gobernador se aseguró de que sus elecciones locales no queden pegadas a las elecciones nacionales y presidenciales que habitualmente son en octubre.
Es que la crisis de representatividad del régimen político argentino, lleva a que cada gobierno provincial busque revalidar sus propia "gestión"; sin quedar pegados a las grandes coaliciones nacionales, aunque cada uno de ellos integre o se referencie en estos espacios.
Por el lado del Frente de Todos, el éxodo de ministros del gabinete nacional que volvieron a sus territorios de origen, a fortalecer sus disputas políticas locales, fue un primer indicio de esta tendencia.
La derrota electoral en las elecciones de medio término durante el 2021, fue la primera muestra de rechazo mediante el voto popular. La pérdida de apoyo o legitimidad en el Gobierno y la figura presidencial, se fue agravando al calor de las crisis económica y social, y por las medidas de ajuste impulsadas al servicio del FMI. Esto acentuó la disputas de poder internas entre el oficialismo y el kirchnerismo.
Recientemente, el fallo proscriptivo del Poder Judicial contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, profundizó la fragmentación y la crisis dentro del Frente de Todos. CFK anunció que no se postularía a ninguna función de Gobierno y el peronismo busca rearmarse desde cada territorio, provincia y localidad.
Por el lado de Juntos por el Cambio, las internas muchas veces escandalosas entre el Pro, la coalición cívica de Lilita Carrió y la UCR, también dividida, los debilita como alternativa de gobierno, frente a la debacle del oficialismo. Por otro lado, las filtraciones ilegales que implican al jefe de Seguridad porteño, Marcelo D’ Alessandro, en el escándalo de Lago Escondido, junto al miembro de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, empañan el discurso de "institucionalidad" y "trasparencia" y son una muestra más de la podredumbre del régimen político argentino.
|