La empresa distribuidora eléctrica Edesur, informó este lunes que un equipo técnico de la compañía detectó 34 conexiones clandestinas en el barrio cerrado La Dolfina Polo Ranch, ubicado en el partido de Cañuelas, provincia de Buenos Aires.
Según informó Edesur, un escribano público constató el robo de energía que era destinada a viviendas, bombas de riego, canchas de polo y caballerizas.
El personal de la compañía confirmó que varias unidades no contaban con medidor y constató que se utilizaban estas conexiones clandestinas para abastecer de energía a casas, predios con bombas de riego, iluminación de servicios generales, canchas de polo y 15 caballerizas.
"Este tipo de conexiones son un gran problema para la red de distribución, debido a que provoca fallas en el sistema y afecta a los clientes que pagan por su consumo", destacó la empresa.
Además, implica un "enorme riesgo para quien realiza la conexión ilegal que puede sufrir daños para sí, para terceros y generar altibajos en la tensión de sus vecinos".
Como demuestran las permanentes denuncias, esto no es una práctica nueva.
Esto sucede mientras los cortes de luz afectan rápidamente a los barrios más pobres y postergados, con los primeros golpes de calor de cada verano. Además, mientras millones de familias trabajadoras y pobres hacen malabares para pagar las tarifas energéticas o se encuentran muy endeudadas por no poder hacerlo. Los más ricos de este país se dan el lujo de colgarse de la energía eléctrica para regar sus canchas de golf. Miserables. |