La foto tiene poco de novedosa. Como todo en la política de los partidos capitalistas argentinos. Juan Schiaretti y Juan Manuel Urtubey posando sonrientes, anunciando que intentarán pelear un lugar en las elecciones de 2023.
El anuncio se conoció en las últimas horas y da cuenta del escenario de crisis que atraviesa al peronismo. El gobernador cordobés y el exmandatario salteño se lanzan a la pelea por intentar construir un peronismo no kirchnerista. En el comunicado difundido tras la foto, se expresa explícitamente la intención de construir “un espacio político superador, por fuera de la grieta”.
La intención tampoco es nueva. Schiaretti y Urtubey ya intentaron la construcción de un peronismo de centro, no kirchnerista. Fue allá, hace tiempo, a finales de 2018. El rejunte incluía, en aquel entonces, a Sergio Massa, que luego “traicionó” el armado y se pasó al Frente de Todos. También estaba Miguel Ángel Pichetto, quien luego terminó siendo el candidato a vicepresidente de Mauricio Macri.
En su libro El peronismo de Cristina, el periodista Diego Genoud mostró el fracaso de aquella empresa política. Allí, entre otras cuestiones señala que "moderado y racional como se lo propagandeaba, el peronismo del orden no encontraba el medio para penetrar en la inmensidad del conurbano bonaerense. Era ese último componente el que delataba al PJ ortodoxo en toda su impotencia: mientras le faltaran votos de a millones, no podía ser tomado en serio".
El negocio de salir de la “grieta”
El intento de presentarse políticamente como “por fuera de la grieta” busca evadir el costo de quedar asociado a Juntos por el Cambio o al Frente de Todos. Sin embargo, esa imagen no se corresponde con la realidad.
En los años de Macri, tanto Schiaretti como Urtubey fueron aliados de la gestión de Cambiemos. Esto ocurrió con gran parte del peronismo territorial, que aportó a la gobernabilidad y el ajuste macrista, tanto por medio de acuerdos políticos como por medio de los votos en el Congreso. En esa labor también aportó lo suyo Sergio Massa.
Antes de esos años, como gobernador fue un firme aliado del kirchnerismo en sus diversas gestiones y ejerció el cargo como diputado nacional de ese espacio por varios años. El peronismo cordobés, por su parte, aunque ha tenido múltiples disidencias, también tuvo sus momentos de acercamiento con el kirchnerismo gobernante.
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