Ya sabemos la verdad. A Gerardo Escobar lo mataron patovicas, que además son policías, del boliche La Tienda. El boliche no tenía oficialmente la habilitación municipal, pero funcionaba normalmente y con plena impunidad, a pesar de que existen fuertes rumores sobre la vinculación de los dueños con el narcotráfico, especialmente luego de que el fiscal Spelta, que fue abogado de los Monos, jugara un rol central para encubrir a los patovicas.
La responsabilidad de Fein se agrava si consideramos que Gerardo era uno de los tantos jóvenes municipales precarizados que ponen lindos los parques de Rosario para que el Frente Progresista haga campaña. Con el mismo trato aberrante de los patrones de estancia hacia los peones, Fein no brindó ni un hipócrita pésame a la familia de “su” trabajador y mantuvo un oprobioso silencio durante toda la semana en la que estuvo desaparecido. Pero la movilización popular obligó a que se supiera la verdad. Trascendió el video que demuestra que Gerardo fue asesinado y arrojado al río para encubrir a los patovicas.
Con la crisis ya abierta y la verdad a la luz, el gobierno de Fein intenta reubicarse y lanza una supuesta cruzada contra los “testaferros de la noche”, según tituló una nota en el diario La Capital. La Intendenta pidió una reforma integral de la nocturnidad, pero al dar detalles sobre la misma explicó que se limita a la hipócrita medida de reducir los horarios de los boliches. Los patovicas tendrán que moler a palos a los pibes antes de las 5am o, si no, habrá multas. Una vergüenza que no sorprende. Es el mismo gobierno municipal que apoyó la instalación del boliche Esperanto, del empresario narco Luis Medina y que solo la queja de los vecinos frenó. Es el mismo gobierno que dio habilitación tras habilitación a los boliches y cabarets del Indio Blanco, procesado por proxeneta. Es el mismo gobierno municipal que tuvo al frente del Gabinete a Trigueros, padre del administrador de una red de prostitución llamada “Supergatitas”, cuya página web se actualizaba desde las oficinas del Concejo Deliberante según declaró un encumbrado dirigente radical.
A esta puesta en escena contra los empresarios de la noche se suma otra medida para darle una mano de pintura al cuestionado gobierno Municipal: Pablo Javkin, que había enfrentado a Mónica Fein en la interna del Frente Progresista, haciendo una excelente elección, se suma al gobierno como Secretario General. Los casi 70 mil rosarinos que votaron a Javkin expresaron un descontento por izquierda con un gobierno que prometió una “ciudad progresista” pero gobernó para los grandes emprendimientos inmobiliarios, hoteles cinco estrellas y casinos, mientras los barrios populares sufren la falta de vivienda, la violencia narcopolicial y la precarización laboral. Para Fein, la incorporación de Javkin al gobierno es una vía para tratar de reciclarse y limitar su crisis política. Veremos si lo puede lograr o si es el capital político de Javkin el que se liquida junto con Fein.
Alternativas desde la izquierda y la juventud
Las diferentes fuerzas de la izquierda que han acompañado las movilizaciones de la familia de Gerardo Escobar y de los trabajadores municipales rechazaron la medida de Fein de restringir los horarios de los boliches.
Octavio Crivaro, dirigente del Frente de Izquierda en Santa Fe, fustigó al gobierno municipal y provincial en declaraciones a la prensa: “Policía, boliches protegidos y patovicas matan y la “solución” de Monica Fein es restringir el horario para salir. Hipócrita. Y esto lo hacen mientras la Policía mata otro joven, a Roberto Arrieta, en Puerto General San Martín. Es una vergüenza”.
Por su parte, Virginia Grisolía, también del Frente de Izquierda, agregó: “Esta política de reducción de los horarios no ataca en nada a los empresarios de la noche, que compran policías, jueces e inspectores para obtener habilitaciones e impunidad. Solo afecta a la juventud que quiere divertirse. Lejos de ser progresista, es la misma medida que implementó Duhalde en la provincia de Buenos Aires, denunciada por Kapanga en la canción El mono relojero”.
Por su parte, el Concejal Juan Monteverde también rechazó que la solución sea restringir horarios e implementar más controles y propone la financiación municipal de bares culturales. Sin embargo, el referente del Partido de la Ciudad Futura acompañó esta propuesta con declaraciones chocan de frente con la certeza de los familiares y organizaciones movilizadas de que Gerardo fue asesinado. Monteverde puso en duda las causas de la muerte del joven al expresar que aún no se sabe que pasó”. Una curiosa declaración que omite que existe un video que muestra el asesinato y deja a los concejales de Ciudad Futura por detrás incluso de la cuestionada actuación de la Fiscalía que ratificó la prisión preventiva sin plazo para los imputados.
El camino para garantizar la diversión y el esparcimiento plenos y libres de violencia para la juventud no parece venir de ninguna ordenanza municipal que regule horarios y controles de manos de la policía asesina o la Guardia Urbana Municipal, mientras los empresarios vinculados al narcotráfico y la prostitución sigan manejando la noche rosarina. Bajo la actual normativa, solo quedan en pie los boliches que puedan mantenerse como negocio rentable, es decir, grandes emprendimientos privados, familiares, vinculados al narco y la prostitución o empresas disfrazadas de centros culturales. Debe garantizarse la libre creación de centros culturales y clubes sociales, son la intromisión del Estado y aumentando el presupuesto de Cultura.
Una alternativa al problema puede surgir de las organizaciones de la juventud, empezando por los centros de estudiantes, recuperando los espacios públicos, las facultades, las escuelas, los clubes, para poner en pie nuevas formas de disfrutar de la noche y cuidar de la seguridad sin la injerencia de la policía y patovicas. Los centros de estudiantes universitarios, que cuentan con la conquista de que la policía no puede ingresar a las Facultades, pueden allanar este camino, ofreciendo una alternativa seria a la noche dominada por narcos y empresarios. |