Entendiendo que en Chile la ley no establece el aborto libre, las causales reconocidas para poder realizar la interrupción del embarazo son tres:

Causal 1: la persona embarazada se encuentra en riesgo vital. Esta causal puede constituirse a lo largo de toda la gestación, por lo que no contempla límites de edad gestacional para la interrupción del embarazo si la mujer así lo desea.

Causal 2: El embrión o feto padezca una patología congénita adquirida o genética, incompatible con la vida extrauterina independiente, en todo caso de carácter letal. No contempla límites de edad gestacional para la interrupción del embarazo, si la persona así lo desea.

Causal 3: El embarazo sea resultado de una violación, la interrupción podrá realizarse siempre que no hayan transcurrido más de 12 semanas de gestación. Tratándose de una niña de menos de 14 años, la interrupción del embarazo podrá realizarse siempre que no hayan transcurrido más de 14 semanas de gestación.

El reporte corresponde a casos constituidos reportados tanto de establecimientos públicos como privados del país, entre los años 2018 y 2022. Además, del Minsal recalcan que la información 2022 es preliminar, lo que implica que las cifras entregadas están sujetas a cambios de acuerdo a los procesos de validación técnica y la actualización del sistema de información. Así mismo, en el sitio especifican que no se cuenta con información 2017. El sistema de información IVE empezó oficialmente y de forma estandarizada en 2018.

Triste realidad país: casi la totalidad de menores de 14 años acudió al IVE por la causal 3

A nivel nacional, el período 2018 - 2021 cuenta con un total de 3.556 casos, donde el año 2018 se registraron 732 casos totales, el 2019 con 818 casos, 2020 con 660, 2021 con 807 y 2022 con 539. Dentro de este universo, la causal más recurrente es la n°2, seguida por la 3 y finalmente la 1. En el siguiente gráfico se muestra la distribución en porcentaje por año de cada caso según causal.

En el gráfico, la causal 1 está representada por el color azul, la 2 por el naranja y la 3 por el rojo. Fuente informedeis.minsal.cl

Destaca dentro de las cifras que en los años 2018, 2019 y 2021, el 100% de los casos de interrupción voluntaria del embarazo en menores de 14 años fue por causal 3, es decir por violación, mientras que el año 2021 la cifra fue de 96.43% (sólo 1 caso correspondía a otra causal). En el grupo etario siguiente, entre los 14 y 17 años, por causal 3 no son el 100% de los casos pero sí la mayoría en cada año del período, pues no bajan del 64% mientras que el máximo sucede el año 2021 con un 80%.

En el gráfico, la causal 1 está representada por el color azul, la 2 por el naranja y la 3 por el rojo. Fuente informedeis.minsal.cl

Al mismo tiempo, a medida que se va avanzando en los grupos etarios, la causal 3 disminuye y se sitúa la 2 como mayoritaria. En el grupo de 45 o más años la gran mayoría de los casos es por causal 2 (inviabilidad del feto), para cada año del período.

La lucha por la defensa y protección de las infancias y el rol fundamental de la Educación Sexual Integral.

Poniendo sobre la mesa como antecedente importante que la ley de IVE que existe hoy es insuficiente, pues criminaliza a los abortos que quedan por fuera de las 3 causales, las cifras de la aplicación de esta ley son claras y expresan la urgencia de desarrollar y aplicar planes y herramientas que permitan prevenir (al menos) el abuso a menores, así como también garantizar el acompañamiento a las víctimas a través de salud mental y tratamientos adecuados, de forma gratuita. Una medida simple y que podría implementarse inmediatamente es la aplicación de Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas y liceos, acorde a la etapa cognitiva de las infancias, involucrando además a toda la comunidad educativa en el proceso. El objetivo es entregar herramientas que permitan a les niñes hacer algo tan básico como identificar una situación de abuso, denunciarla, que puedan hacer valer el respeto y cuidado sobre su cuerpo, la importancia del consentimiento y la validez de la identidad de género y orientación sexual. Con docentes, trabajadores de la educación y apoderados involucrados para que puedan convertirse en adultos que sean red de apoyo y protección y también crear protocolos de forma democrática.

En la misma línea, implementar la ESI en carreras universitarias y postgrados relacionados con la educación resulta fundamental para que les adultes que se harán cargo del proceso educativo de infantes tengan competencias mínimas que permitan actuar cuando sea necesario, proteger, reconocer y respetar identidades y orientaciones sexuales, acompañar adecuadamente en cada estadio de su proceso de desarrollo como seres humanes y tomar decisiones en conjunto con todes les actores de la comunidad escolar.

Sin embargo, la lucha de la conquista de la ESI queda corta si pensamos en el problema profundo. En el fondo, la batalla es contra el régimen y sus defensores, contra el estado burgués y patriarcal, las Iglesias, la derecha y ultraderecha, contra el feminismo trans-excluyente, quienes se oponen a la implementación de la ESI y le demonizan exigiendo más represión y punitivismo por parte del estado, a pesar de su tejado de vidrio, como por ejemplo la iglesia católica que encubre y protege a los abusadores y violadores de su institución, o sectores como la derecha que impulsan en el parlamento que se baje la edad penal, criminalizando a la niñez y juventud al considerarles aptos para ser castigados penalmente, pero no así para educarse sobre sexualidad y afecto, afectando especialmente a las infancias más precarizadas. O como las feministas trans-excluyentes que militan discursos de trans odio (por ejemplo, invalidan las infancias trans) y exigen a los distintos gobiernos, de la corriente que sean, fiscalización, castigo y el refuerzo de herramientas represivas del estado para los abusadores sin una perspectiva de cambio de paradigma de la sociedad e incluso haciendo equipo con los sectores más conservadores y reaccionarios.

La conquista de la ESI es a contra corriente y al mismo tiempo un buen paso para avanzar en la lucha por derribar el patriarcado y capitalismo, que perpetúan estas miserias. La liberación de las infancias será parte fundamental de una nueva sociedad donde no exista opresión ni explotación, en el cual vivir la etapa de la niñez no implique vulnerabilidad si no una etapa bella y cualitativa de la vida.